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Compras anticipadas hasta 2019

Las grandes aerolíneas se blindan ante futuras subidas del petróleo

Ryanair ya ha comprado la mitad del combustible que consumirá entre abril y septiembre El carburante supone el 23% de los gastos de IAG

Un avión de Iberia repostando en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas
Un avión de Iberia repostando en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas

La cotización internacional del petróleo se ha montado definitivamente en el ascensor y lo que aún no se conoce es el piso en el que se va a parar. El barril de Brent, de referencia en Europa, tocó suelo el 20 de enero de 2016, cuando bajó de 28 dólares, y desde esa fecha ha iniciado una escalada progresiva que le ha llevado a superar los 64 dólares en el inicio de noviembre de 2017.

Un incremento del 127,22% en casi dos años, que ha estado impulsada por la voluntad de los países productores de petróleo por recuperar la cotización. Estos decidieron recortar la producción en noviembre de 2016 en 1,2 millones de barriles diarios, posteriormente la ampliaron a 1,8 millones y mantendrán esa decisión hasta marzo de 2018, lo que hace aventurar que el precio podría continuar al alza en los próximos trimestres.

IAG calculaba en 2016 que una apreciación del petróleo del 30% podría tener un impacto de 114 millones en el ebitda

Una mala noticia para los sectores intensivos en consumo de combustible, en los que una variación al alza del precio de los carburantes supone una estocada en su cuenta de resultados. Uno de los más afectados es el de las aerolíneas, donde supone una parte sustancial de sus costes. En el caso de IAG, el grupo que engloba a Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus, el carburante ha representado el 23% del gasto entre enero y septiembre de 2017. Para el conjunto del año, el gasto en combustible se elevará a 4.600 millones de euros, siempre y cuando el precio de la tonelada métrica se mantenga en 565 dólares por tonelada métrica, la media prevista, y el cambio entre el euro y el dólar lo haga en 1,18.

El tipo de cambio es, junto al petróleo, el otro factor determinante. El combustible se compra en dólares y una apreciación del billete verde supone un encarecimiento de la factura energética para las aerolíneas europeas, mientras que una depreciación representa un abaratamiento muy importante. En su última memoria de 2016, IAG calculaba que una caída del precio del crudo del 30% tendría un impacto positivo de 114 millones en el ebitda (beneficio antes de impuestos, depreciaciones y amortizaciones) y de 1.006 millones sobre el patrimonio neto. En el caso de una subida del 30%, el efecto sería una merma de 114 millones en el ebitda y de 855 millones en el patrimonio neto.

Por ello, los departamentos de compras de las aerolíneas han acelerado el paso para anticiparse a futuras subidas del petróleo y están adquiriéndolo con más rapidez que tradicionalmente en el mercado de futuros para evitar que la factura energética se dispare. Es el caso de Ryanair, que ya ha adquirido el 93% del combustible que prevé consumir en el primer trimestre de 2018, el 51% del segundo trimestre, el 50% del tercero y el 7% del cuarto.

Las compras realizadas por la aerolínea irlandesa muestran que el precio del combustible se mantendrá estable hasta el tercer trimestre de 2018 y que posteriormente sufrirá un fuerte subida. Este incremento del precio del combustible (el coste de la tonelada métrica pasará de 490 a 547 dólares) no estará propiciado por el tipo de cambio, que se estabilizará en el entorno de un cambio de 1,12 a 1,15 dólares por euro, sino más bien en una apreciación de la materia primera.

Las previsiones de IAG apuntan en el mismo sentido, aunque en un intervalo diferente. Para el período comprendido entre el cuarto trimestre de 2017 y el primero de 2019 prevé que el precio medio de la tonelada métrica se situará en 565 dólares, muy por encima de las previsiones de Ryanair. La compañía compara el precio del carburante cada trimestre con el mismo del ejercicio anterior y lo que apuntan sus estimaciones es que el precio en dólares, la divisa en la que se comercializa, se encarecerá en los seis trimestres medidos.

En ese contexto, IAG ya tiene cubierto el 84% de sus necesidades de combustible para el cuarto trimestre de este año, el 70% para el primer trimestre de 2018, el 58% para el segundo trimestre, el 44% para el tercero, el 33% para el cuarto e incluso llega al 27% en el primer trimestre de 2019.

De hecho, la política de la compañía aérea, tal y como figura en la memoria correspondiente al ejercicio 2016, pasa por cubrir una proporción del consumo de combustible para los siguientes ocho trimestres (dos años) dentro de unos límites que no define de forma explícita. Además el Grupo deja margen para ampliar las coberturas a doce trimestres (tres años). En la anterior memoria sí explicitaba porcentajes de cobertura:entre un 60% y un 100% del consumo de combustible del trimestre siguiente;una media del 45% entre los trimestres segundo y quinto;hasta un 30% entre los trimestres sexto y octavo; y flexibillidad para cubrir hasta el 20% de los trimestres nueve al doce.

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