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Las acusaciones cruzadas embarran el debate en las elecciones al ICAM

Los candidatos afrontan la recta final de la campaña con numerosos frentes abiertos La exigencia de mayor transparencia se ha convertido en una de las cuestiones clave

Los candidatos, durante el debate celebrado en la sede del ICAM.
Los candidatos, durante el debate celebrado en la sede del ICAM.ICAM

Los candidatos a decano del Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) afrontan la recta final de la campaña electoral y la proximidad de la cita con las urnas para renovar la junta de gobierno el próximo 13 de diciembre hace que la tensión entre candidaturas vaya en aumento. Así se puso de manifiesto durante el debate entre quienes se postulan a decano, organizado en este miércoles en la sede de la institución. Los acontecimientos que se vienen observando en las últimas semanas ya hacían presagiar un debate enconado, pero el desarrollo del mismo ha superado todas las expectativas.

Desde el inicio del encuentro, moderado por la periodista Patricia Rosety, comenzaron los problemas, no sólo por las intervenciones de los candidatos, sino también por comentarios –e incluso gritos- procedentes del público presente. Llegó a interrumpirse incluso el minuto de silencio en honor del recientemente fallecido fiscal general del Estado, José Manuel Maza, algo que fue recriminado por uno de los candidatos, Nicolás González-Cuéllar, que lamentó el gesto y recordó que la libertad de expresión también tiene límites. El siguiente momento tenso llegó poco después con la polémica sobre el tiempo acordado para el uso de la palabra, ya que el candidato Manuel Valero, actual vicedecano del Colegio, consideraba insuficientes los dos minutos de intervención iniciales que correspondían a cada candidato y que habían sido previamente acordados por todos. "Es un debate encorsetado", se quejaba.

Pero los momentos más tensos llegaron con el duro cruce de acusaciones entre candidaturas. La financiación de las campañas, el uso de los medios del colegio, el acceso a los arbitrajes desde la institución, la gestión de las arcas del ICAM o el beneficio de sociedades ajenas al colegio, como el CIAR o el ISDE, fueron temas recurrentes que impregnaron la mayor parte de las intervenciones, eclipsando las propuestas concretas que plantea cada candidatura.

Los mensajes de los candidatos

El candidato de la lista continuista, Javier Íscar, centró sus palabras en subrayar lo logrado en el último lustro por la actual junta de gobierno, dirigida por Sonia Gumpert y de la que él forma parte: "Hay que hablar de hechos y de proyectos y nuestros hechos están ahí, no son promesas". Explicó que se ha producido "un antes y un después en el Colegio" y mencionó algunos logros como la organización de dos congresos en cinco años o la creación de 32 secciones en las que han llegado a participar 8.000 abogados, recordando que cuando llegaron solo había una con 100 profesionales. "Ya nos conocéis, queremos seguir consolidando el cambio que iniciamos hace cinco años", afirmó, para lanzar una pregunta a continuación: "¿Queréis volver al pasado o seguir avanzando hacia el futuro?"

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También insistió en que "no se puede negar la evidencia de que estos cinco años han sido los más transparentes", pero los otros candidatos le recriminaron el presunto uso de medios del Colegio para su campaña, por ejemplo con el acceso a los correos electrónicos de los colegiados. El más duro en este sentido fue Nicolás González Cuéllar, que le preguntó en repetidas ocasiones de dónde había sacado el correo electrónico de una compañera de su despacho que había recibido propaganda de la candidatura de Íscar. No obtuvo respuesta.

José María Alonso incidió en que la suya es una candidatura transversal que combina veteranía con juventud y representa a abogados de todo tipo. "Queremos ser la abogacía de todos, que represente el cambio". Habló de la "ilusión" y la "ambición" en la consecución de objetivos y su deseo de "que sea el mejor colegio de abogados de Europa". Además, aseguró que sus compromisos con los colegiados serán "un contrato de obligado cumplimiento".

Alonso, a quien en numerosas ocasiones se recuerda que formó parte de la junta previa a la llegada a Sonia Gumpert, la liderada por el ex decano Antonio Hernández-Gil, repasó los logros de aquella junta y recordó que en la misma se trabajó en un proyecto de reforma de los estatutos, pero el trabajo fue interrumpido por su sucesora, a lo que Íscar respondió que la razón por la que no se han modificado los estatutos es porque están pendientes de la reforma del Estatuto del Consejo General de la Abogacía Española, para luego adaptarse al mismo. José María Alonso insistió en que es necesario reformar los estatutos del colegio y dijo que es "absolutamente urgente la implantación del voto electrónico o derogar la norma de cinco días para el voto por correo".

"Pachá nos lo dieron gratis"

El discurso de Nicolás González-Cuéllar incidió una y otra vez en la necesidad de identificar el origen de los fondos de cada una de las candidaturas y los posibles compromisos que puedan haber adquirido con quienes les financian. Reclamó un pacto para que Transparencia Internacional verifique los presupuestos de cada campaña. Y es que, en su opinión, "no es muy normal gastar una enorme cantidad de dinero en unas elecciones de una institución colegial".

Fue especialmente incisivo al señalar hasta la saciedad que tras la candidatura de Alonso se encontraba el centro de formación ISDE aportando fondos a la campaña. En este sentido, se dirigió en innumerables ocasiones a su oponente exigiéndole que explicara quién pagó la fiesta de inicio de campaña en el Teatro Barceló –el antiguo Pachá-, a lo que finalmente Alonso respondió: "Pachá nos lo dieron gratis". Tras esta revelación, González-Cuéllar se centró entonces en preguntar quién pagaba a los mensajeros que ha puesto la citada candidatura a disposición de los colegiados para gestionar el voto por correo, y Alonso finalmente respondió que había sido él mismo. Ante la insistencia en estos asuntos, le recriminó sus acusaciones. "Yo no tengo compromisos con nadie", aseguró Alonso, y le advirtió de que "hay que tener pruebas de lo que se dice porque es radicalmente falso que ISDE está pagando nuestra campaña".

González-Cuéllar aseguró que muchos colegiados, entre los que se situaba, "no participaban en el Colegio porque lo ven como un chiringuito" y afirmó que Ignacio Gordillo, que forma parte de la junta de gobierno saliente, pero se presenta ahora en su lista, "impidió la intervención del ISDE" en materia de formación en el Colegio, tras la victoria de 2012. Además, criticó que tanto la candidatura de José María Alonso como la de Javier Íscar "se plantean el colegio como un club privado".

También reclamó que la corporación haga pública una relación de cargos del ICAM, con el importe de la retribución de cada puesto de la institución, a lo que Íscar respondió que no era posible por cuestiones de protección de datos.

Polémica con los arbitrajes

Otra cuestión delicada que González-Cuéllar puso sobre la mesa es la relativa a la gestión de los arbitrajes, tanto los del Colegio como los del Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR), del que Íscar es secretario general. El candidato sucesor de Sonia Gumpert zanjó el asunto: "Nunca he sido designado en ningún arbitraje, ni he participado en la designación de árbitros".

Finalmente, el candidato del Movimiento 24 Dos incidió en la necesidad de que el 13 de diciembre el voto sea masivo porque "sólo así se podrá recuperar el Colegio" que, según afirmó, ha estado hasta ahora alejado de los colegiados. "Queremos limpiar el Colegio con una lluvia de votos. Nosotros no hemos venido a ponernos medallas al final de nuestra vida profesional ni a gestionar arbitrajes", afirmó. En este sentido, lamentó que no se haya puesto en marcha el prometido voto electrónico, pese a que, como señaló Valero en una de sus intervenciones, se han destinado 44.000 euros a esta cuestión resultando un proyecto fallido.

Manuel Valero, actual vicedecano de la institución, fue especialmente duro con la gestión que ha hecho la junta de la que aún forma parte. Dedicó sus intervenciones a detallar los problemas y encontronazos que ha tenido con los demás diputados y, como tesorero, pormenorizó algunas de las partidas presupuestarias que, en su opinión, están en entredicho. En esta línea, dijo que el Colegio ha estado a punto de entrar en concurso de acreedores. "Se han desperdiciado o malgastado 8 millones de euros y puedo demostrarlo", aseguró. Además, ofreció otros datos: "En este Colegio se ha despedido a 27 personas y se ha contratado a 19 y, sin embargo, la partida para sueldos ha aumentado". "Vamos a sanar el ICAM optimizando los recursos y olvidando los criterios mercantilistas", concluyó.

Luz Elena Jara, la candidata de la Asociación Libre de Abogados (ALA), afirmó que para el 90% de los colegiados el Colegio se limita al pago de una cuota y poco más y subrayó el papel activo de ALA en la actividad del Colegio: "Estamos presentes siempre, no sólo venimos cada cinco años como hacen otros". También recriminó que la suya es la única candidatura de las presentes en el debate –junto con la liderada por la abogada Begoña Trigo- que no cuenta con miembros de la junta actual en sus listas.

Además, Jara quiso poner en valor todo el trabajo que se ha hecho desde ALA para lograr una mayor transparencia en el Colegio. A los demás candidatos les afeó que se llenaran la boca con el tema de la transparencia cuando sólo ellos se habían preocupado por esta cuestión con acciones concretas. Fue especialmente crítica con la actual junta de gobierno, señalando que no les han permitido llevar a cabo acciones en este sentido e incluso llegó a cuestionar si es transparente "que le paguemos a Íscar la secretaria y los viajes internacionales".

Begoña Trigo que, junto a Sebastián Gómez Marfil -ausente en el debate-, son los únicos dos candidatos que no se presentan a las elecciones con una lista completa, defendió a lo largo de sus intervenciones una idea clara: la necesidad de promover cambios ante el maltrato a la Justicia en general y al turno de oficio en particular. "Queremos un Colegio prestigioso que intervenga activamente en la sociedad y, para ello, necesitamos la concienciación de todos los abogados", concluyó.

Baja representación y mala imagen

Otro tema recurrente a lo largo del debate fue la baja participación que caracteriza siempre las elecciones del ICAM, en torno al 10%, recordando varios candidatos que resulta difícil defender una posición firme ante las instituciones si no se cuenta con un mayor respaldo del colectivo. En este sentido, Valero propuso que el Colegio pusiera autobuses para contribuir a que más abogados acudieran a votar el 13 de diciembre.

Respecto a la mala imagen que se pueda estar dando de la abogacía madrileña ante el duro cruce de acusaciones y algunas conductas de ciertas candidaturas puestas en entredicho durante la actual campaña electoral -sin olvidar que llueve sobre mojado, después de las polémicas elecciones de 2012-, los candidatos explicaron sus posturas al respecto. Javier Íscar afirmó que el espectáculo que se dio hace cinco años ya se ha recompuesto con el trabajo de la actual junta: "No hay más que preguntar a cualquier colegiado". Explicó que en campaña "pasan cosas que no deberían pasar", pero cree que también es importante "que todos los colegiados vean cómo es realmente cada candidato".

Begoña Trigo señaló que es una "asignatura pendiente" y que actuar al respecto dependerá del colegio y de un departamento de prensa que refleje y haga llegar adecuadamente las cuestiones relativas a la justicia a la sociedad.

Por su parte, González-Cuellar explicó que si habían tomado la decisión de presentarse a las elecciones era precisamente "por el oscurantismo que rodea al Colegio", y aseguró que la manera de solucionar la mala imagen que se está dando es yendo a votar el 13D y lograr una alta participación.

Manuel Valero quitó hierro al asunto señalando que se trata de una "competición electoral" sobre los problemas del Colegio: "Esto no es un espectáculo, es democracia, lo que pasa es que no estamos acostumbrados a este tipo de democracia". A lo que añadió que "lo de 2012 fue una barbaridad sin sentido, nuestros votos triplicaban a los de las otras candidaturas".

José María Alonso reconoció que "el espectáculo de 2012 fue lamentable y si queremos dignificar la abogacía no lo podemos permitir". Y añadió que "el tono desabrido y en ocasiones falaz lo estamos viendo en este acto, quien descalifica se califica a sí mismo". Culminó afirmando que por lo que a su candidatura se refiere los colegiados pueden tener "la garantía de que vamos a actuar con toda la dignidad posible".

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