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España confía hoy en la remontada de Barcelona para la Agencia del Medicamento

La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, confirma a última hora su asistencia a la votación La ciudad colma todos los baremos, pero tiene en contra la inestabilidad y otras tres agencias en España

La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, en su despacho. REUTERS/Susana Vera
La ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, en su despacho. REUTERS/Susana Vera

España ha redoblado los esfuerzos diplomáticos en las últimas horas para intentar que Barcelona consiga este lunes la nueva sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, según sus siglas en inglés), que será desalojada de Londres en 2019 tras la consumación del brexit. Este domingo, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, incluso ha confirmado in extremis que asistirá el lunes en Bruselas a la decisiva votación sobre el nuevo destino de la preciada Agencia.

La candidatura de Barcelona colma con creces los criterios objetivos fijados por la Comisión Europea para el traslado de la sede y su excelente calificación solo es comparable a la de Ámsterdam, Copenhague y Milán.

Un verde intenso (señal de máximo cumplimiento) cubre también la evaluación de la candidatura catalana llevada a cabo por la propia EMA en base a los criterios de accesibilidad, oferta escolar para los hijos de la plantilla, acceso al mercado laboral para sus cónyuges y capacidad para retener al personal cualificado necesario.

Otras candidatas, como Bratislava (Eslovaquia), Helsinki (Finlandia) o Sofia (Bulgaria) aparecen teñidas de un marrón que denota el riesgo de una estampida de los más de 900 funcionarios que esperan seguir desempeñando sus funciones en una ciudad tan internacional y bien conectada como Londres.

La sede ofrecida por Barcelona, los 30.000 metros cuadrados de la Torre Glories (antiguamente conocida como Torre Agbar) también satisface las necesidades de la EMA, aunque la Agencia muestra sus reparos sobre la distribución interna del edificio y las posibles dificultades para disponer de un amplio espacio para conferencias.

Pero en contra de Barcelona juegan, sobre todo, dos factores que pueden suponer un lastre insuperable.

En primer lugar, España es, junto a Francia, el país aspirante que cuenta con más Agencias de la UE (tres cada uno), entre ellas una de las más importantes y lucrativas (la de Propiedad Intelectual, en Alicante). Ese factor puede alejar los votos de Barcelona y llevarlos hacia otras candidaturas mucho más débiles pero procedentes de países que no cuentan todavía ninguna sede (como Bratislava, capital de Eslovaquia).

Y en segundo lugar, se ha cruzado la inestabilidad política provocada por el procés independentista, que ha desembocado en la activación del artículo 155 de la Constitución y la destitución del govern catalán y su encarcelamiento preventivo. Este mismo domingo, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha señalado en una entrevista concedida a El País que "Cataluña es una gran, una enorme preocupación. No me gusta la situación que ha provocado: es un desastre".

La situación es tan estrambótica y poco inteligible fuera de España que la candidatura de Barcelona fue presentada en público en Bruselas solo hace un mes por la ministra de Sanidad y el consejero de Sanidad de la Generalitat, Antoni Comín. Ambos estarán el lunes en Bruselas. Montserrat defendiendo el traslado de la sede a Barcelona. Y Comín, fugado, a la espera de la posible ejecución de una orden europea de detención y entrega cursada por la Audiencia Nacional, que le acusa (como al resto del govern) de delitos tan graves como rebelión y sedición.

Designar Barcelona sería una señal de confianza. La ciudadanía nos lo agradecería.

Gobierno y oposición se han movilizado para intentar contrarrestar las dudas sobre la coyuntura política en Cataluña. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprovechó la cumbre europea del viernes en Gotemburgo para buscar posibles aliados ante la votación del lunes.

Rajoy se entrevistó, en concreto, con el primer ministro belga, Charles Michel, quien también necesita apoyos para otro proceso de selección en marcha (la designación del máximo responsable de Europol). Según fuentes diplomáticas, ninguna de las dos partes se comprometió en firme, pero el encuentro (demandado por Michel) muestra que el intercambio de cromos entre las delegaciones continúa a poco más de 24 horas de la elección de la sede la EMA.

Desde las filas socialistas, Javier Solana abogó este sábado por darle la vuelta al factor político y defender la designación de Barcelona "como una señal al continente de nuestra vocación de permanecer unidos y de mirar al futuro de Europa con mayor confianza. La ciudadanía nos lo agradecerá".

La irrupción de Solana no es baladí porque como antiguo secretario general del Consejo de la UE sigue contando con numerosos contactos en las capitales de la UE y su voz sigue siendo escuchada. En este caso, sin embargo, no será fácil contrarrestar el enorme interés de muchos países (19 candidaturas) por hacerse con una Agencia tan prestigiosa.

Montserrat también tiene previsto llegar este lunes (hacia las 11:45) con tiempo para intensificar los contactos hasta el momento en que comience la reunión del consejo de ministros de Asuntos Generales, que es el foro donde se llevará a cabo la votación.

Ese Consejo es el encargado de las negociaciones sobre la salida del Reino Unido de la UE (brexit) y suele contar con una representación de segundo rango (a nivel secretario de Estado). La llegada de Monserrat para encabezar la delegación indica, según fuentes diplomáticas, que España no da por perdidas las posibilidades de Barcelona.

Voto olímpico

La votación tendrá lugar este lunes por la tarde y seguirá un sistema similar al utilizado para designar las sedes de las Olimpiadas, aunque sin las sospechas de sobornos que suelen rodear al Comité Olímpico.

En la primera ronda, cada uno de los 27 países (Reino Unido no vota) tendrá derecho a emitir hasta seis votos, repartidos entre la candidatura favorita (tres votos), una segunda opción (dos votos) y una tercera (un voto).

En teoría, de esa primera ronda podría salir elegida ya la ciudad de las 19 presentadas. Pero solo si alguna de ellas obtiene al menos la máxima votación (tres votos) por parte de 14 países. Fuentes diplomáticas ven poco probable que eso ocurra, por lo que deberá realizarse una segunda ronda a la que pasarán las tres candidaturas (o más si hay empate) que hayan obtenido la máxima puntuación.

La jugada puede acabar muy al estilo comunitario: la elección de una ciudad que incumple los criterios, como Bratislava, pero que puede apoyarse en Viena

El sistema incluso se presta a que la primera ronda se utilice no solo para dar los tres votos a la propia candidatura sino también para relegar a las favoritas e impulsar a los rivales más débiles.

La carambola podría hacer que pasasen el primer filtro candidaturas que apenas cumplen los criterios objetivos marcados, aunque se espera que las negociaciones previas a las votaciones eviten un desastre que pondría en peligro la viabilidad de una Agencia que necesita una sede atractiva y útil para su personal altamente cualificado.

En la segunda votación, cada país contará con un solo voto. Y bastará con que una de las tres (o más) candidatas obtenga el apoyo de 14 países para salir elegida. Entre las dos rondas, será crucial la negociación y la búsqueda de alianzas.

Fuentes diplomáticas temen que la jugada termine con una solución muy al estilo comunitario: la elección de una ciudad como Bratislava, que incumple prácticamente todos los criterios, pero que se encuentra a solo una hora en coche de Viena, ciudad bien conectada y con facilidades suficientes para acoger a los familiares de la plantilla de la EMA.

Minutos después de la EMA, se decidirá la nueva sede de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), que también debe salir de Londres y a la que aspiran ocho ciudades, con Fráncfort como favorita. La promesa de apoyos para esa segunda votación de la jornada puede influir en la primera.

Si aun así, ninguna ciudad obtiene 14 votos como mínimo, se realizará una tercera ronda con las dos candidatas (o más, si hay empate) mejor puntuadas. En este caso, cada país también contará con un solo voto. Y saldrá elegida la que obtenga más votos. Si se produjera un empate, se echará a suerte entre las dos finalistas.

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