Las máquinas ganan su primer pulso a los abogados
Un software puede realizar la función de más de cien abogados sin necesidad de supervisión humana
Hace pocos días una startup especializada en la predicción legal usando técnicas de aprendizaje profundo (Deep learning) hizo públicos los resultados del primer enfrentamiento entre un software de predicción legal y un equipo de 112 abogados. CaseCrunch quería comprobar quién podía predecir con mayor acierto el criterio adoptado sobre más de 775 resoluciones legales en materia financiera. Y pese a que los abogados tuvieron una semana entera para decidir, la maquina ganó por goleada. Predijo casi el 87% de las decisiones legales, muy por encima del 62% de acierto del equipo de abogados.
Más allá de las reseñas de algunos entusiastas, el experimento, aunque significativo, ha tenido escasa repercusión en el entorno legal español. Un software puede realizar la labor de más de cien abogados sin necesidad de supervisión humana. Es un primer ejemplo de cómo la tecnología va a modular la manera en la que se llevan a cabo determinados procesos y asuntos. La tecnología es la herramienta para optimizar procesos, lo que irremediablemente obligará a los profesionales del derecho a ofrecer más valor en los servicios que prestan, si no quieren competir con instrumentos no humanos que ofrecen la misma o mayor eficiencia sin detenerse para alimentarse y descansar.
Aunque algunos auguran un ‘Netflix’ disruptivo que se llevará por delante a la mayoría de despachos que se dedican a desarrollar su negocio de manera tradicional, la innovación en el sector legal y gracias el uso extendido del incipiente legaltech ─el término que aúna el sector legal con la tecnología─ se apoyará primero en la optimización de procesos y su consecuente repercusión en los precios, para abordar definitivamente la creación de nuevos servicios. Apoyándose en la ciencia aplicada, se mejorará con ideas y modelos inspirados, con casi toda seguridad, en otras industrias cercanas y siempre pensando en el beneficio del cliente.
Los despachos de abogados están obligados desde ya a mejorar en la prestación del servicio para adaptarla a las necesidades de los clientes. Y hacerlo sin olvidarse de optimizar la manera de gestionar el despacho y mejorar la forma de hacer marketing, algo, esto último, que hasta ahora se ha demostrado, que no se hace de la manera tan eficaz como en otros sectores.
La abogacía ya no será más el negocio tradicional al que estábamos acostumbrados los prestadores de servicios jurídicos y los clientes, porque ellos, los clientes, han cambiado, el entorno ha mutado y la transformación tecnológica avanza a un ritmo exponencial.
Los clientes, muchos ya abogados, son ahora los que lideran la compra de servicios jurídicos y exigen a sus abogados externos mucho más que nunca antes. Ha desaparecido el misterio en el que se envolvía el abogado de despacho para ofertar sus servicios y fijar precios. El sector jurídico es hoy más transparente, pero también se mueve en un entorno más amplio y a la vez, más volátil, que exige estar siempre al día. Así lo explica, con precisión, la experta en innovación y tecnología aplicada a la industria legal Eva Bruch en su nuevo libro “Tendencias, marketing e innovación en el sector jurídico” (Wolters Kluwer, 2017). Y es que los despachos de abogados deben saber qué pueden hacer para adaptarse a los cambios que está experimentando el sector. El invierno se avecina largo e intenso para algunos y menos duro para los que estén bien abrigados.
Jordi Fernández es director de Innovación en Gómez-Acebo & Pombo.