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Bruselas se prepara para endurecer los objetivos de CO2 de los coches desde 2020

Un informe plantea los retos de competitividad para el sector del motor hasta 2030 Crecerá la implantación de los vehículos eficientes y alternativos

Una fábrica de automóviles de Audi en Bruselas
Una fábrica de automóviles de Audi en Bruselas

La industria de la automoción europea ya ha planteado cuáles serán sus retos para la próxima década, entre los que destacan sobre todo los medioambientales: la reducción de emisiones contaminantes gracias a los vehículos más eficientes y a los alternativos.

De este modo, crecerán en relevancia los vehículos de cero emisiones, se tendrá que definir un marco regulatorio tecnológicamente neutral con incentivos a nivel local y nacional para estos automóviles y que logre un desarrollo más rápido de la infraestructura de repostaje y recarga así como del avance en tecnologías de baterías.

Además, la Comisión Europea ya está revisando los objetivos de emisiones de CO2 para el periodo después de 2020 y considera necesario un marco que tenga en cuenta todas las opciones para reducir esta contaminación, dado que presumiblemente serán mucho más exigentes para la industria de la automoción.

Así lo establece el informe final del Grupo de Alto Nivel GEAR 2030, una comisión conformada por representantes de los Estados de la UE, la industria de la automoción y componentes, servicios, consumidores, protección del medio ambiente y seguridad vial, que tienen como objetivo establecer, a petición de la CE, recomendaciones para afrontar los principales retor y oportunidades a los que se enfrenta el sector en los próximos 15 años. El informe, solicitado por la Comisión Europea a finales de 2015, tiene el objetivo de “asegurar que Europa tiene la industria de la automoción más competitiva, innovadora y sostenible en el horizonte 2030”.

En este sentido, el informe destaca la “creciente competencia de los rivales no europeos en el mercado de la UE” por lo que sería necesario “contar con un entorno regulatorio ambicioso pero realista que apoye el desarrollo tecnológico y la competitividad”. Solicita además que “la Comisión Europea emprenda diálogos regulatorio bilaterales con mercados de terceros países y establecer políticas contra prácticas comerciales y medidas proteccionistas que garanticen la igualdad de condiciones”, explica el informe.

En cuanto al empleo, la Unión Europea debe, a criterio de los técnicos, “adoptar medidas, a nivel industrial, para apoyar la adquisición de nuevas capacidades laborales de cara a la transformacion de la industria de la automoción, incluyendo el apoyo a la movilidad” y “apoyar a las regiones afectadas por la transición a los vehículos con bajas emisiones en carbono”.

Los retos del vehículo autónomo

El informe destaca la necesidad de que Europa cuente con una estrategia común sobre vehículos autónomos y conectados.

De hecho, considera conveniente definir una gobernanza europea que permita beneficiarse del ensayo a gran escala y los programas de investigación y financiación tanto a nivel europeo como de Estados miembros.

Además, apuntan a desarrollar normas sobre recogida de datos y acceso a los mismos, de tráfico y del vehículo a niveles europeo y nacional.

Se necesita establecer un marco europeo para promover las inversiones necesarias en conectividad en los vehículos y la infraestructura.

Valorar el impacto en el largo plazo de los vehículos automatizados y conectados en el empleo y en cuestiones éticas, incluyéndolos en las políticas europeas de transporte, desarrollo regional, etc. para asegurar su aceptación social.

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