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El oasis seco.

Siempre intento conseguir algo muy simplificado, una verdadera síntesis […] Los compositores suelen estar contentos cuando pueden añadir más y más páginas a su partitura. Yo no. Yo disfruto suprimiendo, eliminando todo lo que considero innecesario o superfluo, hasta que me quedo con lo esencial. Entonces soy feliz”.

Frederic Mompou

"Damunt de tu només les flors" de Frederic Mompou

Victoria de los Angeles (soprano)

Federico Mompou (piano)

Hermosa canción escrita sobre la base de un soneto de Josep Janés y música de Federico Mompou (Barcelona, 1893-1987), uno de los más grandes genios que ha dado la música española en el siglo XX, representa de manera sintética todo lo que Mompou entendía por música: simplicidad, eliminación de lo superfluo, concreción, atención a lo básico, nada de aspavientos. La letra lo acompaña a la perfección, escrita por el poeta Josep Janés, más conocido en el resto de España por su labor de editor: en 1959, como fusión de las editoriales de German Plaza (Ediciones Clíper) y la del propio Janés, el poeta lideró la editorial Plaza & Janés que en los años 70 contaba con una presencia importante en el mercado editorial español e hispanoamericano.

La cita de Mompou de hoy, tanto la musical como la teórica, nos debería motivar como economistas, a seguir los mismo pasos que el compositor catalán propone en el proceso de la creación y fuéramos capaces de sintetizar la explicación de los acontecimientos de los últimos años. Si algo ha habido en los último años ha sido exceso de aspavientos, simulaciones, engaños, superficialidades, los argumentos esgrimidos por unos y otros en los acontecimientos de las últimos días continúan en esta deriva que solo beneficia los amigos del engaño y no de la claridad. Todo ello es ampliable a los últimos diez años, es decir desde el inicio de la crisis del 2007, al cierre en falso de una crisis por unas estadísticas amañadas y solo creadas para alterar la realidad y no ser, lo que se suponen que son: un notario de la misma.

El oasis seco

Durante buena parte del siglo pasado Cataluña ha sido definida como un oasis en el contexto peninsular. Sin embargo, esta semana todo se ha transformado de manera muy acusada. Quizás ese oasis haya existido jamás, pero lo que queda claro es que la situación actual no es en absoluto la de un oasis. La Cataluña actual, en medio de una profunda crisis económica, social y política, parece estar a la deriva. Crece de manera acusada (como en el resto del país) la desafección hacia los líderes políticos que en el entorno catalán, en el que el anti españolismo goza de un gran eco social, se ha canalizado hacia un nacionalismo exacerbado.

El derrumbe de CIU, la corrupción (el caso Palau/Millet es fiel reflejo de todo ello) han puesto al descubierto la verdadera maquinaria de funcionamiento de la sociedad en Cataluña y han acabado por romper los diques que contenían este aparente oasis. La desafección se ha transformado rápidamente en una alta abstención, cuando no en una emergencia de liderazgos populistas que alzan la bandera de la “identidad amenazada” o del "enemigo exterior" como rédito político. Ahi tenemos el enlace con Trump y el Brexit cuyas sociedades, alejadas cada vez más de las ventajas de un modelo agotado y muerto, se aferran a las creencias de que los chinos, los mejicanos o lo canadienses les roban sus puestos de trabajo o que la UE es la culpable de la mala calidad del servicio sanitario británico.

Para que quede claro también diré que la rampante corrupción en el resto de España nos permite aventurar a decir que si un ser extraterrestre aterrizara ahora mismo en nuestro país no encontraría ninguna diferencia entre las autoridades de Cataluña y las del resto del Estado. Llegaría a creer incluso que la corrupción forma parte del ADN de nuestra nación. Encontraría incongruente que personas tan iguales se vieran tan distintas.

El “oasis catalán” (la ilusión de prosperidad en el Reino unido y los EE.UU.), si acaso existió alguna vez, se ha acabado y con él lo hace la imagen de una Cataluña que hasta ahora era sinónimo de europeísmo, progreso, “seny” (cordura) y ambición.

Los más de 350 millones de libras esterlinas a la semana que se ahorraría en contribuciones a la UE el Reino Unido y que podría dedicar a la a la seguridad social es el equivalente a «Espanya ens roba» de los soberanistas catalanes. Por cierto, el lema británico fue desmentido por sus promotores una vez conseguido su propósito (que ganara el Brexit) y el creador del lema catalán (Alfons López Tena) se despachaba en la prensa en marzo pasado con "No habrá referéndum, sólo agitación y propaganda". En ambos casos no había, no hubo ni habrá intención de cumplir ninguna promesa solo crear confusión.

Cuaderno 1 pieza nº 3 “Placide” de «Música Callada» de Frederic Mompou

Sira Hernández (piano)

La sección A del tema de esta pieza, la más famosa de Mompou, se utilizó durante mucho tiempo como sintonía de Radio Barcelona cadena SER. Se la llegó a conocer como la "Sintonia azul". Utilizo esta obra para llamar la atención del papel de los medios de comunicación en la visión de la realidad. La batalla de esta semana se ha librado prácticamente en los medios de comunicación. El pasado 6 de octubre pero en 1934, Companys también desafió, en aquel caso, a la II República española y el discurso fue transmitido por Radio Barcelona.

Pero lo que mas quiero destacar es el magnífico oxímoron «Musica Callada» que da título a la serie de cuadernos de Mompou y que vuelve a ser fiel reflejo de su legado musical. La figura literaria, sacada de un poema de San Juan de La Cruz («Cantico General»), refleja como eliminando de la música lo superfluo (haciéndolo callar) se alcanza la verdadera música. De manera que la «música callada» una aparente contradicción en si mismo (que no es más que lo que significa la figura literaria del oxímoron) sea nada más que una reivindicación de una vuelta a la esencia: "callando" la música superflua esta logra definitivamente por resplandecer de manera completa la música.

Los medios de comunicación actuales, más sofisticados, han contribuido por un ejercicio de entrega a lo superfluo, justo lo contrario de lo que significa el oxímoron "música callada", ha general un caldo de cultivo del que difícilmente podrá salir la población sin arañazos. Los medios de comunicación incumplen flagrantemente con el cometido para el que fueron creados: informar a la población de la realidad y controlar los abusos del poder. Los economistas e intelectuales, con igual "saña" y esfuerzo, incumplen su cometido de guiar a la población dotándola de una visión coherente de la realidad y ayudarla en la toma de decisiones lógicas y razonables. Más bien al contrario. Su música es muy sonora, excesivamente sonora. En este momento todos ellos se dedican a crear una realidad paralela, a enaltecer como apropiados los abusos del poder y a llevar a las poblaciones a decisiones que a la larga va en contra de sus intereses. Salir de esta situación nunca ha sido fácil. Por ello digo que difícilmente las población va salir de indemne.

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