Bruselas acaba con las fronteras nacionales de la nube digital
La CE prohíbe las restricciones a la libre circulación de datos de un país a otro de la UE El mercado europeo de datos tiene un potencial de 10 millones de empleos
La Comisión Europea ha aprobado un proyecto de Reglamento que prohíbe las restricciones nacionales a la libre circulación de datos y anula la obligación de guardar ciertos datos dentro del territorio nacional de cada empresa, según detalla el vicepresidente de la CE para el área digital, Andrus Ansip, durante un encuentro con varios medios europeos, entre ellos, CincoDías.
Ansip presentará este martes en Bruselas la nueva norma, con la que pretende desencadenar una revolución económica y empresarial en la gestión europea de datos y facilitar el nacimiento de startups y de aplicaciones gracias a la explotación de una ingente nube de datos que ahora a menudo resultan inservibles.
Tacógrafos, domótica, internet de las cosas, estaciones de meteorología, información bancaria o empresarial... El volumen de datos generados a nivel mundial se dobla casi cada dos años y su gestión genera un negocio multimillonario, pero en Europa se desperdicia gran parte de esa materia prima autóctona e inagotable.
La infrautilización del big data en el Viejo Continente se debe, en gran parte, a las numerosas normas nacionales que obligan a almacenar y gestionar los datos en el territorio del país donde se generan, lo que impide una explotación a escala europea.
Ese “nacionalismo digital”, como lo define Ansip, daña la competitividad europea, multiplica el coste de la gestión informática de las empresas con presencia en varios países y, sobre todo, frena el desarrollo de un mercado que, según los datos manejados por Bruselas, podría facturar 106.000 millones en 2020 y generar 10 millones de empleos si se fijan las condiciones adecuadas. No hay que olvidar que las tecnologías analíticas y la inteligencia artificial (apoyadas en los datos) están cambiando la forma de hacer negocios.
Las barreras nacionales impiden, por ejemplo, la explotación de los datos generados por el cuarto de millón de camiones que la empresa Scania mantiene conectados por las carreteras europeas, según ilustra la Comisión.
Los aparatos de navegación (GPS) también captan a diario millones de datos sobre la situación del tráfico, una información que podría usarse para mejorar la fluidez del tráfico y reducir el consumo de combustible (con un ahorro de 500.000 millones de dólares a nivel mundial, según el centro de estudios del Parlamento Europeo) o la emisión de CO2.
Las barreras nacionales tampoco permiten que las entidades financieras con filiales en varios países europeos centralicen su gestión, obligándolas a multiplicar sus gastos operativos. Bruselas recuerda que la informática supone de media el 15% de los gastos operativos de un banco (solo superado por el gasto en personal) y calcula que esa factura se podría reducir en un 40% con el uso de una nube común a toda la entidad.
Bruselas espera facilitar la emergencia de servicios de explotación de datos a escala europea con su nuevo Reglamento, que obligará a las administraciones a notificar a la CE las restricciones que imponen a la libre circulación de datos. Y la CE sólo autorizará las que estén justificadas por razones imperiosas de seguridad pública, un criterio que, según Bruselas, sólo se cumple en contadísimas ocasiones.
Alemania y Francia cambian de actitud
Ansip confía en que el Reglamento reciba rápidamente el visto bueno de los Gobiernos, tras superarse la resistencia mostrada hasta hace poco por Berlín y París. “Alemania ha cambiado de actitud porque ha comprendido la importancia de la libre circulación de datos para su política industrial”, señala Ansip durante un encuentro la semana pasada en el edificio Berlaymont. Ansip también aprecia el mismo giro en Francia tras la llegada al Elíseo del presidente Emmanuel Macron.
El Reglamento atañe a todos los datos no personales (estos están cubiertos por otra norma que ya prevé la libre circulación) y suprime las restricciones a su circulación basadas en razones como la seguridad o la disponibilidad para las autoridades. El inventario de restricciones elaborado por la Comisión ha encontrado hasta 65 barreras para la libre circulación de datos relacionados con información contable, fiscal, financiera, sanitaria o de contratación pública, entre otros. España, con solo una barrera, es de los países más abiertos.
Las razones para justificar esas limitaciones abarcan desde la necesidad de garantizar su seguridad y confidencialidad a la accesibilidad por parte de las autoridades. Pero el departamento de Ansip considera que la inmensa mayoría (45) son “infundadas” o “desproporcionadas”. “Europa no debe tener miedo de los datos, que son la base de su prosperidad digital”, repite Ansip desde hace meses, un tanto desesperado por el potencial de crecimiento y empleo que pierde el Viejo Continente.
Cambio de nube con rapidez
El proyecto de Reglamento aprobado por la Comisión Europea también pretende facilitar el traslado de datos (comerciales, fiscales, financieros, etc.) de una nube a otra, para que las empresas puedan cambiar de proveedor del servicio de almacenamiento si lo desean.
Las normas europeas sobre protección de datos personales ya contemplan el derecho de un particular a reclamar y trasladar su información personal. Pero las empresas no pueden invocar esa norma para trasladar sus bases de datos cuando incluyen datos personales de sus clientes.
El nuevo Reglamento anima a los gestores de las nubes a desarrollar códigos de conducta en los que especifiquen a sus clientes profesionales, por adelantado y de manera clara, los plazos y el coste del traslado de datos, así como las condiciones técnicas y operativas que requiere.
Bruselas ha optado por una norma muy suave en esta materia porque el negocio de la nube está en pleno desarrollo y prefiere no regular de manera demasiado concreta para evitar que la legislación quede desfasada o frene la innovación. Pero el Reglamento prevé una revisión de la situación dos años después de su entrada en vigor y el organismo comunitario no descarta una norma más estricta si detecta abusos en el sector.
Actualmente, Amazon, Google, Microsoft e IBM son los principales proveedores de plataformas en la nube para almacenar información.