Yellen (y Trump) en la cuerda floja.
«Lo más probable es que (de ganar las elecciones) la reemplace (Yellen)»
«Es un problema muy fuerte y en cierto modo, creo que debería (Yellen) estar avergonzada de sí misma»
Trump en 2016.
«Absolutamente, (Yellen) está entre los candidatos. Me gusta, me gusta su actitud, creo que ha hecho un buen trabajo»
«Conozco a Gary (Cohn) desde hace mucho tiempo, pero he ganado un gran respeto por Gary trabajando por él, así que Gary desde luego está también en la lista»
Trump en 2017.
Ayer especulábamos sobre el camino que tomará la política monetaria en las distintas area económicas en los próximos años. Quizás no nos hemos percatado todavía de que ello se va a producir en un entorno en el que los principales actores, tanto de la Reserva Federal como del BCE, cambien serán otros.
Hace unos días, y por sorpresa, tuvimos la dimisión (por “motivos personales”) del vicepresidente de la Reserva Federal, y mano de derecha de Janet Yellen, Stanley Fischer. Aunque sorprendente, no ha hecho más que anticipar su salida unos meses. Exactamente ocho meses ya que su renuncia se produce con efecto el próximo 13 de octubre y estaba prevista su posible renovación, como vicepresidente, en junio de 2018. Si bien podía haber permanecido en el FOMC hasta enero de 2020, pero también ha renunciado a esta posibilidad.
La renuncia de su lugarteniente deja el camino abierto al debate sobre la renovación también de la presidenta Janet Yellen. Su mandato finalizará el próximo febrero y corresponde al presidente Trump decidir quién estará al frente del mismo durante los siguientes cinco años. Si bien podía estar claro que Yellen no renovaría su mandato, al situación se ha vuelto algo confusa.
El multimillonario plan de estímulo fiscal de Trump, sustentado mediante recorte de impuestos y un aumento de la inversión en infraestructura, solo podría ser sustentado con un contexto de bajos tipos de interés que permitan un coste de financiación asequible y no dispare la ya abultada deuda del país. Ayer ya veíamos lo que "abultado" significa cuando se sitúa al lado de endeudamiento. Y no es un problema menor. Trump no dispone del margen de maniobra de Reagan.
Los reiterados mensajes de subida de tipos de interés de la actual presidenta no deben gustar mucho al nuevo inquilino de la Casa Blanca. Sus prioridades cambian, las criticas por mantener artificialmente bajos los tipos de interés y crear una falsa prosperidad para favorecer a la candidatura de Hillary Clinton al frente de la Casa Blanca se ha convertido, una vez alcanzado el cargo de presidente, en un necesidad acuciante.
Trump, al fin y al cabo, es un constructor. Un personaje que ha construido si imperio en base a la deuda y las reestructuraciones de la misma. Pedir tipos altos esta en las antípodas de un personaje como éste, por lo que el cambio de parecer no es más que una consecuencia lógica de su personalidad. Lo de la campaña es lo que debe considerarse mentira y absurdo.
Como elemento adicional de presión en la construcción de una Reserva Federal «a medida» esta el hecho de que previamente a la dimisión del Fischer, existían 3 puestos libres en la junta de gobierno central de la FED por lo que el cambio de cara de la institución en los próximos meses será muy significativo. Recientemente el senado ha completado uno de los puestos con la aprobación de Randal Quarles que se encargará además del tema de la supervisión bancaria. Es muy posible que Marvin Goodfriend pueda ser una alternativa a completar otra de las vacantes. Se trata de un profesor de macroeconomía de la Carnegie Mellon con reconocida experiencia. Pero en todo caso será determinante como se completen los dos primeros puestos de la institución.
Normalmente la tradición es que el puesto sea una pugna entre el actual líder de la institución monetaria, Yanet Yellen, y el director del Consejo Nacional Económico, Gary Cohn. Ya hemos comentado que es muy poco probable el primer caso, pero tampoco es muy factible el segundo dado que Cohn es muy necesario para poner en marcha la reforma fiscal prometida por Trump.
Podría aparecer un tercer candidato. Y el abanico es amplio. Las principales posibles candidaturas son: el ex gobernador de la Fed, Kevin Warsh, el economista de la Universidad de Columbia, Glenn Hubbard, y el profesor de la Universidad de Stanford John Taylor.
A falta de conocer la designación podría suceder que Janet Yellen, antes de acabar su mandato, quisiera dejará «bien atado» el plan de reducción del balance de la institución. Pero la REALIDAD es, la mayoría de las veces, un enemigo más potente que los simples mortales. Planificar cuando todo se esta derrumbando no parece lógico y mucho menos práctico.
El enemigo de Trump no es Yellen y viceversa.