Fráncfort se vuelca en mostrar la tecnología que moverá el coche del futuro
La muestra abre con el diésel en el foco de la campaña electoral alemana Habrá una zona exclusiva para los avances en conectividad
Los coches pierden poco a poco protagonismo en sus propios Salones de la Automoción. Los motores de combustión, las cuatro ruedas ya no están de moda, dados los escándalos por manipulación de las emisiones y la criminalización del diésel en el centro de las ciudades. Los titulares ahora los acaparan Facebook y Google. Las tecnológicas entran como estrellas de cine en los foros automovilísticos porque el futuro de la automoción está en sus manos.
El coche del futuro será eléctrico, autónomo y compartido y la tecnología, los servicios en la nube, el Big Data tienen la clave para estos desarrollos. Por mucho que las tecnológicas traten de ensamblar sus propios coches autónomos y las automovilísticas de diseñar sus propios sistemas de conectividad, en este caso, están condenadas a colaborar.
Y la presencia en la 67 edición del Salón del Automóvil de Fráncfort (IAA por sus siglas en inglés) de Google, Facebook (como patrocinadores premium), SAP, Qualcomm (desarrollador de los chips que BMW e Intel utilizan en sus desarrollos autónomos), IBM, Sony, Siemens o el experto en cuberseguridad Kapersky demuestran que la asociación es imprescindible.
Su espacio natural será el próximo New Mobility World, donde se presentarán las principales novedades en movilidad y donde el público podrá experimentar la conducción autónoma y todas las novedades en conectividad. Pero lo más puntero e innovador se dará cita en el NMW Lab17, un laboratorio en el que más de 250 startups internacionales presentarán sus ideas para el coche del futuro en una suerte de competición frente a multitud de oyentes.
Además, este será el primer IAA que se celebra después de conocerse el escándalo de la manipulación de las emisiones contaminantes de los vehículos diésel de Volkswagen. Esta cita se celebra cada dos años, turnandose con París, y en 2015, el ya expresidente del grupo Volkswagen, Martin Winterkorn reconoció, dos días después de que el IAA cerrara sus jornadas de prensa, que muchos modelos diesel de sus marcas cargaban un software que trucaba los datos de contaminación cuando los vehículos estaban en el banco de laboratorio, tras una denuncia de la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU. Desde entonces, las marcas están en el punto de mira de las investigaciones por nuevos fraudes y para reducir la contaminación de sus motores diésel.
De hecho, la canciller alemana, Angela Merkel, emplazó a las automovilísticas a utilizar la cita para “subsanar” los errores cometidos por la industria de la automoción germana. La canciller alemana aludió, en su mensaje semanal, a la “gran pérdida de confianza” que ha sufrido la industria del país a raíz del escándalo y que queda “mucho trabajo por hacer” para devolver la reputación a una industria de la que dependen cientos de miles de empleos.