US Open, el torneo más lucrativo e igualitario del tenis
Este año reparte 50 millones de dólares, la mayor cifra de la historia Fue el primer Grand Slam en pagar el mismo dinero a hombres y mujeres
El calendario tenístico ha llegado esta semana a Nueva York, donde se celebra el cuarto y último Grand Slam del año: el US Open. Un torneo que para los españoles Garbiñe Muguruza y Rafael Nadal presenta dos grandes retos:la primera tiene la posibilidad de convertirse en número uno mundial por primera vez; y el segundo, mantener su actual liderazgo en el ranking masculino.
A nivel deportivo, el atractivo está garantizado. Y si en el aspecto económico este torneo siempre ha garantizado importantes ganancias, este año todavía más.
El US Open de 2017 se ha convertido en el torneo tenístico más lucrativo de la historia de este deporte. Por primera vez, una competición reparte más de 50 millones de dólares, en concreto, 50,4, casi 42 millones de euros al cambio actual. Una bolsa un 9% mayor que la del año pasado. Las cantidades destinadas al cuadro individual han crecido un 7,5% en cada ronda, y los ganadores de los torneos masculino y femenino se embolsarán 3.7 millones de dólares, una cifra récord, mientras que el otro finalista ingresará 1,8 millones. Es, por ejemplo, casi la misma cantidad que recibe el ganador de Roland Garros. En el torneo francés, los vencedores individuales ganaron 2,1 millones de euros en su última edición, y los finalistas uno. Algo más, 2,3 millones, recibieron los vencedores de Wimbledon, y 2,4 los que alzaron la copa de campeones del Open de Australia. Los cuatro principales torneos del calendario del tenis han aumentado sus premios este año, lo que viene a demostrar la buena salud de la que goza el deporte de la raqueta, pero ha sido el estadounidense el único en superar la cifra histórica de los 50 millones de dólares.
Y no es la primera vez que el US Open destaca por ser un pionero entre los grandes torneos. En al actualidad, todos los Grand Slam remuneran de forma equitativa a los participantes masculinos y femeninos del cuadro individual y de dobles. Sin embargo, esta política de igualdad en el reparto de premios no se implantó de forma simultánea. El US Open fue el primero en adoptarla, nada menos que en 1973, 34 años antes de que Wimbledon adoptara la misma decisión. El torneo londinense fue el último en hacerlo, aunque los otros dos GrandSlam restantes, Australia y Roland Garros, no le llevan mucha diferencia: el primero lo hizo en 2001 y el segundo en 2006.
Brecha salarial
Pero el calendario se compone de decenas de torneos más, y no en todos reina la igualdad salarial. Hay casos como los Masters de Indian Wells, Miami o Madrid en los que sí existe. Contrastan con el de Roma, donde el vencedor masculino ingresa 820.035 euros, y la femenina, 476.000. El de Cincinnati, disputado hace escasos días, también destaca por su desigualdad. El vencedor masculino, Grigor Dimitrov, fue premiado con 794.000 euros. La española Garbiñe Muguruza, con 435.000 euros. En conjunto, el circuito masculino profesional se compone de 68 torneos, excluyendo los challengers, disputados por tenistas de bajo ranking, en los que se reparten un total de 160 millones de euros. En el femenino hay 59, donde se reparten 120 millones, un 25% menos.
Otro indicador de la brecha salarial es el ranking de los jugadores que más dinero han ganado en sus carreras. Novak Djokovic ha ingresado 91,3 millones de euros desde 2004, por los 70 que Serena Williams se ha embolsado desde 1997. Su hermana venus es la segunda mujer que más ha recibido, 31,5 millones, menos de la mitad. En el cuadro masculino el segundo es Roger Federer, con casi 90 millones. El suizo es el que más ha ganado en 2017, 7,4 millones, por Muguruza en el cuadro femenino, pero con 3,6 millones.