Visionlab, los primeros en ofrecer gafas graduadas en una hora
La cadena que renovó la imagen de las ópticas en España, con la apertura de tiendas amplias y luminosas, lanzará lentes progresivas que mejorarán la visión hasta cuatro veces
El concepto de salud óptica se puede relacionar con métodos y aplicaciones médicas a partir de los desarrollos llevados a cabo en la Edad Media, cuando las lentes comenzaron a tener una finalidad útil para corregir los defectos de la vista.
Hasta no hace mucho, España todavía vivía en el más absoluto retraso y desconocimiento en lo que respecta a este campo. Pero todo cambió cuando se comenzó a escuchar hablar de una máquina que diagnosticaba cualquier problema de vista y, pocos años después, cuando apareció alguien que fabricaba las gafas en solo una hora. Ambos acontecimientos tienen el mismo protagonista.
Para conocer más a fondo estos hechos, hay que remontarse a los años setenta, cuando el trabajador de una fábrica de monturas madrileña decidió abandonar su puesto de trabajo y montar por su cuenta, junto con su mujer, su propio centro. Aquí comenzó la andadura de Ferri Ópticos, que instaló su primera sede en el paseo de las Delicias, en Madrid.
Gran emprendedor, José María Ferri importó de Alemania un concepto que hasta el momento era desconocido en España y que revolucionaría el negocio: la computadora óptica. Un aparato con el que se conseguía averiguar la graduación del ojo más rápidamente.
El establecimiento y su novedosa máquina se anunciaban en las cuñas publicitarias de la radio local, ningún otro centro tenía este curioso aparato. Carlos Otero, director general de Visionlab, cuenta que “la gente hacía largas colas para revisarse la vista en Ferri Ópticos”. El crecimiento llevó a la empresa de la familia Ferri Cornejo a poseer hasta 17 puntos de venta en la capital.
La historia no acabó ahí y en 1980 se hicieron con un local de amplias dimensiones en el centro financiero de la época en Madrid, la calle Orense. La fama de la casa crecía y la venta de gafas se disparaba hasta el punto de no que se daban abasto para la elaboración del cristal.
El proceso de fabricación manual de aquellos momentos comenzaba a quedarse obsoleto y “las gafas se entregaban a los clientes con un retraso de mes y medio o más; había que desarrollar una nueva oferta”, explica Otero. Ese mismo año, José María Ferri viajó a Nueva York en busca de una máquina de la que había escuchado hablar y que era capaz de biselar lentes a tamaño reducido.
A su regreso, aparcaron la apertura de una nueva tienda y comenzaron un proceso de investigación tecnológica a partir de la maquinaria que habían importado de Estados Unidos. El objetivo era elaborar un sistema capaz de tallar las lentes de forma eficiente.
Un lustro después, en 1985, Ferri decidió ir más allá y juntar en el mismo establecimiento el servicio de óptica y el laboratorio de fabricación de lentes. Además, se llevó a cabo una importante campaña de publicidad que dio a conocer el famoso concepto, tus gafas en una hora, que revolucionó el sector. Cumplidas las expectativas, llegó el momento de abrir la nueva tienda, que se rebautizó como Visionlab.
Locales luminosos
Los centros ópticos eran hasta los años ochenta lugares oscuros, pequeños y con escasa variedad de lentes. La nueva marca cambió esta imagen: ahora eran amplios, luminosos, abiertos y coloridos. El éxito continuó creciendo y se replicó el modelo en Valencia y después en Barcelona, donde abrieron el local más grande de Europa con 1.500 m2.
Hoy en día, Visionlab es una compañía que fabrica sus propios productos, mantiene a 750 empleados y dispone de 150 establecimientos repartidos entre España y Portugal. Además, en el último año registró una facturación de 60 millones de euros, que supone un 5% de la cuota del mercado. Entre tanto, la inversión en I+D de la firma alcanzó los nueve millones de euros.
El dato
60 millones de euros facturó la empresa el año pasado. El 60% de las ventas anuales proviene de gafas graduadas, mientras que el 40% restante corresponde a gafas de sol y lentes de contacto.
A pesar del aumento de la cirugía refractiva, Otero asegura que las pérdidas ocasionadas por este avance quirúrgico no llegan a representar el 1% de la facturación del sector y la venta de gafas graduadas sigue creciendo.
La oferta de la empresa abarca desde gafas graduadas y de sol, lentes de contacto hasta líquidos y audífonos. Otero es cauteloso y explica que el gran problema es que “la óptica es un mercado minúsculo que factura 2.000 millones de euros”, y en el que son “muchos los que comen de una tarta muy pequeña”. Sin embargo, el objetivo de la marca es intentar arañar una parte más grande del pastel.
El ejecutivo atribuye el exceso de oferta a la obligación por ley de tener un óptico diplomado en cada centro, lo que “tiende a generar mucho autoempleo”. “Además, muchos se unen luego a grupos de compra y de imagen”, añade.
Innovaciones
Tecnología e innovación casan perfectamente en Visionlab, que en treinta años ha sido pionera en las gafas ultraligeras de titanio, las de sol graduadas, las polarizadas, el cristal antirreflectante y las lentes progresivas.
Su fabricación de cristales ha incorporado novedades como la capa hidrófoba, que sirve para reducir la suciedad en la lente y facilitar su limpieza. Lanzaron de forma exclusiva la i-lens, que combate la fatiga ocasionada por la luz led, y la tecnología Kümer Lens, Kümer superhidrofóbico y Kümer digital, lentes que bloquean las ondas electromagnéticas que emiten los aparatos electrónicos.
Pero la gran novedad se prepara para octubre de 2017. Visionlab ultima el lanzamiento de Kümer 4k Único, una lente progresiva de doble cara personalizada con curva variable y con un innovador diseño en la cara anterior. Otero afirma que estas han sido “fabricadas con tecnología de alta generación, por lo que ofrecen una definición visual que es cuatro veces mayor”.
Llevadas a cabo con la tecnología Digital Ray-Path, estos instrumentos han sido diseñados para conseguir amplios campos de visión a cualquier distancia. Su adaptación es más fácil y rápida, los usuarios perciben una mayor anchura de la zona de lectura, haciendo que sea más sencillo encontrarla. Estas lentes tienen mejor estética, dado que la curva base garantiza una lente más planta y estética.
Entre los nuevos diseños que Visionlab está desarrollando junto con otros expertos, está uno destinado a contrarrestar el llamado síndrome de la cabeza adelantada, defecto que pretenden corregir mediante unas lentes conectadas a una aplicación móvil que indica la posición adecuada de la cabeza para que las cervicales no sufran.
En el mercado ya está disponible otra invención de la marca, las gafas especiales para cortar y picar cebolla. Se trata de unos anteojos preparados para evitar el lagrimeo y los picores producidos por los gases que desprende la cebolla al ser cortada, mediante un borde interior de espuma que se ajusta a la cara.
Al ataque del mercado de los audífonos
Nuevo segmento. Visionlab lleva varios años desarrollando una nueva línea de negocio, la de los audífonos. Es un segmento que en los últimos tres años se ha revelado como interesante para el sector de la óptica y que está haciendo uso de la tecnología para explotar al máximo sus beneficios.
Aperturas. La puja por el mercado del audífono ha sido tal que en dos años, la cadena ha abierto 38 nuevos centros dedicados exclusivamente al tratamiento auditivo.
Aplicación móvil. Una de las novedades que llevará a cabo Visionlab es el desarrollo de una aplicación móvil que a través de Bluetooth conectará el audífono, por ejemplo, al timbre de la puerta, al televisor o al manos libres del coche.
Desafío. Carlos Otero, director general de la firma concluye que para contemplar avances en este segmento “se necesita fomentar la preparación de profesionales en el campo de la audición, a fin de que el sector se profesionalice”.