Los ajustes de la política monetaria nunca son fáciles
La confianza económica de los inversores alemanes, medida a través del índice ZEW que elabora el instituto de investigaciones económicas ZEW, se ha situado en agosto en su nivel más bajo desde octubre de 2016. En concreto el índice de sentimiento económico, publicado ayer, se situó en los 10 puntos frente a los 17,5 del mes anterior. Según el presidente del ZEW, esta caída « ... refleja el alto nivel de nerviosismo respecto a la futura trayectoria del crecimiento económico de Alemania» No obstante, a pesar de que este indicador se sitúe 7,5 puntos por debajo del mes precedente y por debajo del nivel promedio a largo plazo de 23,8 puntos, las perspectivas económicas en general permanecen relativamente estables y en un nivel "bastante alto".
Por el contrario, el índice ZEW que evalúa la situación económica actual aumentó tres décimas en agosto, hasta situarse en 86,7 puntos. El dato supera las previsiones de los analistas que esperaban un retroceso hasta los 85,5 puntos. En este sentido los últimos datos macroeconómicos son un fuerte apoyo, especialmente el crecimiento del 0,6% del PIB en el segundo trimestre de 2017.
Por otro lado, el instituto ZEW publicó también su indicador de la situación económica actual para la Eurozona que aumentó a 38,4 en agosto, 9,7 puntos más que en julio y su nivel más alto desde enero de 2008. Del mismo modo, la confianza económica de los inversores (índice de sentimiento económico) para los países pertenecientes al euro retrocedió en agosto 6,3 puntos, hasta los 29,3 puntos.
Tras la publicación del dato, el euro llegó a caer frente al dólar alrededor de un 0,6% en algunos momentos de la sesión. A media mañana marcaría el mínimo de la sesión al cotizar en los 1,1742 USD/EUR frente a los 1,1790-1,1800 de la apertura.
Anticipo de Jackson Hole
Dos días antes de la cita de Jackson Hole, el presidente del BCE, Mario Draghi, comparecía en una reunión de académicos con Nobel que se celebra anualmente en Lindau (Alemania). Aprovechó la cita para defender la actuación del banco central y las medidas extraordinarias adoptadas durante la crisis, pero evitó dar pistas sobre su comparecencia en la reunión de banqueros centrales en Jackson Hole.
Draghi no quiso repetir su error de junio en un simposio en Sintra (Portugal) en la que el exceso de optimismo favoreció la recuperación del euro, verdadero dolor de cabeza para la autoridades europeas actuales. Desde entonces, el euro se ha revalorizado más de un 5,1% frente al dólar en ese periodo, superando el pasado 31 de julio los 1,18 dólares por primera vez desde 2015. En Portugal, el mercado interpretó este optimismo de Draghi era una clara señal que avisaba de su intención de comenzar a retirar los estímulos.
En la comparecencia de hoy, un discurso muy académico, el gobernador del BCE solo ha dado una pista, o más bien un mensaje de "final de camino": «... los ajustes de la política monetaria nunca son fáciles [...] Cuando el mundo cambia como lo hizo hace diez años, las políticas, especialmente la política monetaria, necesitan ser ajustadas. Ese ajuste, nunca fácil, requiere una evaluación sin prejuicios y honesta de las nuevas realidades con ojos claros, libre de la defensa de los paradigmas que antes se habían mantenido y que habían perdido cualquier poder explicativo».
Me parece bien que cuando el mundo cambia, las políticas, los instrumentos, los objetivos deben cambiar. De hecho todo debe cambiar para adaptarse al nuevo entorno, a la nueva realidad, que no dominamos (ni siquiera la antigua realidad la dominábamos aunque nos pareciera así). Lo importantes es que todo lo que hagamos no puede hacerse para conservar vivo lo que debe morir, lo que pertenece a la antigua realidad. Si los ajustes que se han de hacer son para hacer una transición cómoda al nuevo mundo no deberían ser tan difíciles.
Otra cosa es que los que quieren vivir en el pasado hayan decidido permanecer en ese tiempo. O, lo que es peor, que los que toman las decisiones estén sometidos a su control. Para ellos más que difícil, los ajustes serán traumáticos. Para los demás una tragedia, que acabará cunado se concrete el cambio en dicha relación de fuerzas. Este es quizás el primer aviso para ellos. Su actitud solo ha retrasado lo inevitable.
Por último, Wall Street cerró ayer con fuertes subidas. El Dow Jones, marcando su sesión más alcista desde el 25 abril, subió un 0,9%, el Nasdaq un 1,36%, y el S&P 500 un 0,99%. El mercado recibe con optimismo las noticias que aseguran que la Casa Blanca y los republicanos del Congreso están cerca de pactar una nueva reforma fiscal. ¿Quiere renacer de sus cenizas el «Trump rally»?