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No es solo España: el problema global de las pensiones

Las pensiones y la jubilación son un tema cada vez más presente en los medios de comunicación y en el debate social. El Fondo Monetario Internacional lanzó un aviso a navegantes hace unos días y dijo que era necesario retrasar la edad de jubilación, entre otras cosas. Pero no es el único. En general, desde diversas fuentes y organismos se señala la necesidad de una reforma en profundidad del sistema. Y una simple búsqueda en internet nos permite hacernos una idea de la dimensión del tema.

El Foro Económico Mundial (WEF, siglas en inglés), por su parte, publicó en mayo un informe sobre el envejecimiento y la sostenibilidad de las pensiones, del que sacaba cinco conclusiones sobre la jubilación que nos espera, en general, a nivel global.

La primera es que vamos a vivir muchos más años de los que preveía el diseño de los sistemas de pensiones de los países desarrollados. En la mayoría de países, la edad legal de jubilación se sitúa en torno a los 65 años -en Japón es a los 60-. A dicha edad, la esperanza de vida en la década de 1960 oscilaba entre cinco y ocho años (dicho de otra forma, los años que se iba a cobrar una pensión).

Sin embargo, con la esperanza de vida de 2015, este periodo de rentas se ha ampliado a entre 8 y 11 años (16 en el caso de Japón) y las previsiones apuntan a que aumentará aún más. Este simple hecho añade presión al sistema, ya que con los mismos años para generar esas rentas habrá que financiar un periodo más largo.

La segunda cuestión que destaca el informe del WEF es que, actualmente, existe un déficit entre lo que se necesita para financiar la jubilación y lo que se ahorra en realidad para este objetivo (incluyendo en este cálculo tanto a los estados, como a las empresas e individuos). Y el 75% de ese déficit corresponde a las administraciones públicas, mientras que el 24% de la brecha entre ahorro y renta necesaria sería el del ahorro individual.

En tercer lugar, el documento advierte de que la situación es peor para las mujeres: a nivel global, los fondos que corresponden a las pensiones de las mujeres son entre el 30 y el 40% inferiores que los de los hombres como consecuencia de la situación de esta en el mercado laboral (salarios inferiores, menos años cotizados, etc.) y del hecho de que, de media, las mujeres viven más años, por lo tanto, necesitarán disponer de rentas durante un periodo de tiempo mayor.

Por otra parte, el déficit respecto al dinero disponible para financiar las pensiones “se está ampliando a un ritmo alarmante”, según el Foro Económico Mundial. Así, el gap global estimado en 2015 era de 70 billones de dólares y en 2050 alcanzará los 400. Y son Estados Unidos y China los dos países con mayor déficit en ambas fechas.

Por todo ello, el Foro Económico Mundial trata de llamar la atención de gobiernos, empresas e individuos sobre la necesidad de afrontar el problema cuanto antes.

Como decimos siempre, planificar nos ayuda a eliminar incertidumbre en aquello que sí depende de nosotros. Dado que existe incertidumbre sobre qué ocurrirá con las pensiones públicas en el futuro o cómo serán esto, tenemos en nuestra mano una serie de decisiones que nos pueden ayudar a aliviar parte del problema, desde plantearnos una segunda carrera profesional o retrasar la edad de jubilación hasta establecer un plan financiero de ahorro para el objetivo de la jubilación.

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