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Tribuna
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Los trapos sucios en la crisis y caída de Popular

Encuesta del FMI sobre el efecto de su intervención Los dosieres de Ron, Arias y Saracho

Unas mujeres pasan ante una oficina del Banco Popular en Barcelona. EFE/Archivo
Unas mujeres pasan ante una oficina del Banco Popular en Barcelona. EFE/ArchivoEFE

La crisis y posterior caída de Banco Popular sigue generando ríos de tinta, de dimes y diretes, de intrigas, de buenos, malos y más malos y de perjudicados, miles de perjudicados. La nueva situación que ha creado la crisis del que fuera hace una década el banco más solvente y rentable de Europa ha llegado a tal punto que incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su reciente visita a España ha incluido en el cuestionario dirigido a los bancos preguntas sobre el efecto del caso Popular en cada banco nacional en particular y en el sistema financiero en general.

Los conocidos como los hombres de negro (que ni van de negro, y en gran parte son mujeres) han visitado durante las dos últimas semanas España, donde han mantenido conversaciones con los principales mandatarios de la economía y ejecutivos de la banca del país.

Su objetivo ha sido recabar información para elaborar su informe anual sobre la economía y sector financiero español, y cuyas conclusiones preliminares sobre su examen serán presentadas mañana, 18 de julio.

El cuestionario ha sido amplio, como amplio ha sido el abanico de preguntas relativas a Banco Popular y a sus repercusiones en el sector, y la influencia que han tenido en el destino final de esta entidad, que fue hasta hace nada el quinto banco español.

¿Es necesaria y puede llevarse a cabo una mayor concentración bancaria? ¿Podría ello ayudar a mejorar la eficacia y rentabilidad del sector? ¿Existe el riesgo de que se creen bancos demasiado grandes? ¿Cómo considera que se ha manejado la crisis de Banco Popular? Estas son algunas de las cuestiones que ha planteado el FMI a los responsables de las principales entidades financieras del país, pero no han sido las únicas.

¿En su opinión cuál cree que ha sido el fracaso de Banco Popular? ¿Ha detectado algún impacto negativo en el mercado de liquidez o en el fluir de los depósitos por este caso? ¿Existe algún tipo de preocupación como consecuencia de los riesgos legales asociados a la compra de Popular? ¿Cree que pueden prevenirse? ¿Cuáles son las principales lecciones para el sector bancario español?

El cuestionario que ha pedido en las dos últimas semanas el Fondo Monetario Internacional que respondan los banqueros ha sido, de hecho, aún mayor. Y se produce una vez que Popular fue intervenido por el Mecanismo Único de Resolución (MUR) y vendido a Banco Santander por un euro el pasado 7 de junio. Hay que tener en cuenta que esta es la primera vez que entra en funcionamiento en Europa la Junta de Resolución, equivalente al FROB español, pero en este caso europeo. De ahí que los hombres de negro hayan tenido a última hora que afinar sus cuestiones para conocer de primera mano (el sector) cómo ha sido la caída y resolución de Popular, así como el efecto dominó que ha podido tener en algunos puntos en la banca española.

Pero el examen del FMI al sector ha sido mucho más completo. La elevada acumulación de ladrillos en el balance de los bancos, y que Europa quiere atajar a la menor brevedad posible, ha sido también objeto de varias preguntas. No hay que olvidad que la banca europea tiene en sus balances cerca de un billón de activos inmobiliarios y es una de las grandes asignaturas pendientes del sector proveniente de la crisis, y la lacra que ha hundido a Popular.

¿Cómo ve usted las perspectivas para terminar con los activos problemáticos? ¿Es probable que los bancos necesiten más provisiones para facilitar los esfuerzos de limpieza de los balances de las entidades financieras? y ¿Cómo ve el mercado de activos improductivos en España?, son varias de las cuestiones efectuadas por el FMI para conocer la opinión del sector para finalizar con este aún gran problema de la banca.

Pero siguiendo con el éxito de ventas de este verano, el caso Banco Popular, las aristas de la caída de la entidad se multiplican día a día. El grito de sálvese quien pueda parecer que se ha convertido en el lema de la previsible batalla judicial que se va a llevar a cabo en los próximos meses, incluso años, entre los antiguos gestores de Popular, los pequeños y grandes accionistas, e incluso las autoridades ejecutoras de la resolución del banco como el FROB español, la JUR o incluso el BCE. Eso sí, el Banco de España se ha librado de esta gracias a que la supervisión de los bancos nacionales corresponde desde noviembre de 2014 al BCE, pese a que el deterioro de la salud de Popular comenzase mucho antes, hace unos ocho años, poco antes de adquirir Banco Pastor, entonces aún vigilado por el supervisor nacional.

Ahora los ya exconsejeros de Banco Popular comienzan a tomar posiciones ante su próxima defensa. En juego están sus posibles responsabilidades penales en el triste desenlace de Banco Popular.

Las luchas internas existentes en el seno del consejo de administración el pasado año y que llevaron a la salida de Ángel Ron de la presidencia, el nombramiento de Emilio Saracho como su sucesor, y el cambio de casi todo el consejo de la entidad, se han vuelto a repetir. Y con más virulencia, si se puede, ya que las consecuencias pueden ser peores que hace un año. Pueden ser penales.

El juego no ha hecho más que empezar, y ya ha tomado el cariz de venganza, según apuntan varias fuentes. Ya hay denuncias de los accionistas que no solo van a por las autoridades europeas o el FROB, o contra los expresidentes, Santander como banco adquiriente, o la excúpula de Popular en general. También las hay contra personas muy concretas, como contra el que fuera uno de los principales accionistas y consejero del banco, Antonio del Valle, o contra Reyes Calderón, también consejera de Popular, y todo apunta a que en estas demandas hay algo de venganzas personales.

Fuentes próximas al que fuera presidente de Pastor y vicepresidente de Popular, José María Arias, también apuntan a venganzas personales los dosieres que se están conociendo estos días sobre posible blanqueo de capitales en el banco gallego. Hay que tomar posiciones y cada uno se agarra donde puede.

El caso Popular desgraciadamente durará aún mucho tiempo, y es casi seguro que la exhibición de los trapos sucios que puedan existir o no entre los exconsejeros de la entidad “serán utilizados por los diferentes abogados para salvar o atenuar las penas de sus defendidos”, explica una fuente financiera. Insisto, “el caso Popular será la lectura casi obligatoria de este verano”, señalan las mismas fuentes.

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