Hawkers abrirá este mes en Madrid su primera tienda física y ultima otra en Roma
Ficha talento de Apple, Luxottica , Desigual y Parfois para profesionalizar la compañía La empresa venderá también gafas graduadas y su matriz lanza una marca de relojes
Hawkers, la startup española que ha revolucionado la forma de vender gafas de sol, pisa el acelerador. El pasado año facturó 60 millones y en sus tres años y medio de vida ha vendido más de 4,5 millones de gafas, llegando ya a más de 50 países. Pero ambiciona más. La compañía ultima su salto del mundo online al offline. La última semana de julio –“si no hay ningún contratiempo”– abrirá su primera tienda física, en Madrid, en la céntrica calle Carretas, muy cerca de una tienda de Zara. Pero habrá más.
Un segundo establecimiento será abierto en Roma antes de que acabe 2017, aunque los responsables de la compañía no desvelan la fecha exacta. ”Nuestro consejo ha aprobado la apertura de hasta seis tiendas, pero antes de abrir más veremos cómo nos va la experiencia con estas dos”, explica a CincoDías Francisco Pérez, cofundador y director general de Hawkers, quien aclara que ya España solo representa el 25% del total de la facturación de la empresa, que este año ascenderá a 100 millones. México e Italia son el segundo y tercer mercado más potente para la empresa, que destaca también el peso que tiene Australia y Latinoamérica en su negocio.
Para impulsar su negocio, Hawkers se ha reforzado en talento. Ha contratado, cuentan, profesionales de Inditex, Cartier, Dior. Pero hay tres fichajes top que destacan especialmente: el de Diego Sebastián, procedente de la mismísima Apple, que ha llegado desde California para asumir el cargo de director de Retail de la firma española; Manel Bernal, un ex directivo de la lusa Parfois y la catalana Desigual, que ocupa el cargo de director de Recursos Humanos, y José Marin, que trabajó en Privalia y Luxottica (propietaria de marcas como Ray-Ban, Persol y Oakley), y que es ya su director financiero.
Pérez afirma que este “es un año de profesionalización de la compañía”, que ha reforzado igualmente su equipo directivo en algunos países donde opera. “El objetivo es que nos den el feedback de cada mercado donde abrimos para poder adaptar mejor nuestra estrategia a ellos”.
Ni Pérez ni David Moreno, cofundador y director creativo de Hawkers, quieren desvelar detalles sobre cómo será la tienda de Madrid, pero sí apuntan que va a ser “un contenedor de experiencia, de relaciones. La tienda para nosotros es una oportunidad no una obligación y eso se reflejará en el proyecto, con el que buscamos el contacto humano que se está perdiendo con la era tecnológica”.
Ambos emprendedores destacan que en Hawkers son “exploradores natos”, y que con esta tienda quieren que los clientes disfruten de una experiencia de compra tradicional: que vean, toquen y se prueben las gafas. “Aunque nuestro ADN está en internet, no queríamos desaprovechar la oportunidad de ver qué ocurriría. Estamos en continuo cambio y nos sentimos cómodos en ese caos, porque es ahí donde surge la verdadera creatividad”.
Entre esos cambios también está la diversificación del negocio de esta empresa alicantina, que va a empezar a vender gafas graduadas. “Esa podría ser la innovación de la nueva tienda, porque estamos abiertos a comercializar este producto a través de la web, en tiendas físicas, en marketplaces [como Amazon, eBay]... igual que las gafas de sol, que ya las vendemos por múltiples canales. Precisamente ahora, en EE UU vamos a empezar a venderlas a través de una de las cadenas de moda más grandes del mundo. Aún no podemos desvelar quién es, pero pronto se sabrá”, comenta Pérez.
Más financiación y nueva marca de relojes
Hawkers Group, sociedad a la que pertenece Hawkers y que opera también con marcas como Northweek, Wolfnoir y Miss Hamptons, mantiene conversaciones con socios industriales y fondos de capital riesgo para cerrar una posible ronda de financiación. La empresa ya captó 50 millones en 2016, en una ronda liderada por los fundadores de Tuenti y por O’Hara Financial, el fondo del venezolano Alejandro Betancourt, pero admite que “cambiar el mercado es caro, más si lo quieres hacer rápido como nosotros. Así que cuántos más fondos tengamos para cumplir nuestras metas, mejor”. Eso sí, aseguran que solo estarán dispuestos a dar entrada a nuevos socios siempre que “podamos mantener la libertad que tenemos ahora y hacer lo que nos gusta”. Pérez recuerda que algunas empresas de las que se han acercado a hablar con ellos ya lo hicieron antes de recibir la inyección de capital de 2016, “pero no culminamos ninguna operación porque no estábamos de acuerdo con algunas normas o premisas que nos querían imponer”. También hubo fondos que consideraron que el estado de madurez de Hawkers no era suficiente y decidieron no invertir, “pero ahora sí creen que tenemos el crecimiento adecuado”.
El grupo anunciará pronto su cuarta marca, de nombre Bratleboro y especializada en relojes. Su web ya está operativa desde el pasado junio, pero no han hecho apenas ruido. “Hemos estado haciendo pruebas y creando el equipo”, continúa Moreno.
Mientras, Hawkers, que cuenta con una plantilla de 200 personas, anunció ayer el lanzamiento de 30 nuevos modelos de gafas de sol. “Una colección más atrevida, sofisticada y arriesgada, con la que buscamos una tipología de cliente más exigente en términos de moda”.
Pérez destaca cómo la joven compañía ha logrado vender casi cinco millones de gafas con solo cuatro modelos y con variaciones de colores. Aunque eran modelos muy reconocibles, pues “interpretamos modelos históricos que habían marcado la industria óptica durante años”. Ahora, con esta nueva colección, parte de ella inspirada en las grandes firmas de lujo, “podremos ampliar nuestras posibilidades de negocio”. La compañía ha logrado algunas licencias importantes como la de Basquiat. En esta línea, Hawkers asegura que “busca la excelencia” no solo en los materiales sino en los diseños. La firma ha introducido el acetato de Mazuqueli (“una de las casas más antiguas y prestigiosas de Italia”), el nylon en sus lentes e introducirá en unas semanas las lentes de cristal. Y todo, manteniendo su misma política de precios. El precio de los diferentes modelos va de los 20 a los 40 euros. “Es un gran esfuerzo de la compañía, pero no vendemos a pérdida. Nuestro enfoque no es ser líder con pérdidas. Queremos apurar y estirar los límites hasta ver cuál es el mejor producto que podemos ofrecer al mejor precio”.