Madame Yellen
"... el sistema bancario ha aprendido las lecciones de la crisis, por lo que ahora es capaz de mantener su estabilidad junto a la vigilancia continua en busca de riesgos [...] creo que estamos más seguros y espero que no ocurra (una crisis) durante nuestra vida."
Janet Yellen el pasado martes 27 de junio de 2017.
«Un vel di vidremo» de la ópera Madama Butterfly de Giacomo Puccini
Versión cinematográfica de la ópera de Puccini realizada por Frédéric Mitterrand
Aprovechamos que en la semana de la ópera el Teatro Real ha programado Madama Butterfly, que se retrasmitió el pasado viernes, vía satélite a toda España, para presentar una obra que nos habla del oportunismo de unos, la ingenuidad de otros, de los falsos sentimientos, de la fe ciega y de la cobardía. Muchas de estas cosas las hemos visto recientemente y en concreto esta semana con unos discurso de Yellen y Draghi y buena parte de los responsables económicos que se acercan peligrosamente a todos estos conceptos.
Los cambios de paradigma son especialmente peligrosos ya que la siempre difícil relación entre la fe y la realidad se hace especialmente complicada. Fe no es necesariamente negación de la realidad, incluso puede llegar a ser la mejor estimación de la realidad. Pero cuando se ha perdido completamente el control de la realidad, y se ha querido vivir al margen de ella, el mundo resultante es difícilmente sostenible. La caída es inevitable y alguien sale siempre perdiendo del engaño.
La niña apodada Mariposa.
«Vogliatemi bene» de Madame Butterfly de G. Puccini
Mirella Freni (Cio-Cio San)
Plácido Domingo (Pinkerton)
Wiener Philharmoniker
Herbert von Karajan (director)
En 1904, un oficial de la Armada estadounidense, Pinkerton, a bordo de la fragata Abraham Lincoln, llega en misión comercial a Japón. Concretamente a la ciudad portuaria de Nagasaki. Mientras dura su misión en la ciudad, alquilar una casa en la colina de la ciudad y “casarse”. La elegida es una niña, tienes apenas 15 años, llamada Cio-Cio-San pero más conocida como Butterfly. Ella cree que ese vínculo matrimonial con Pinkerton es real, pero él no parece pensar lo mismo. Este tipo de matrimonios temporales eran corrientes y tolerados por las autoridades. Muchos jóvenes oficiales extranjeros "expatriados" tomaban como esposas a jóvenes japonesas, a las que pagaban por su tiempo y luego dejaban a su regreso a sus países de origen[1].
Tres años más tarde, Butterfly está sola. Pinkerton, a los pocos meses de casarse, volvió a los EEUU y ahora ella carga con un hijo fruto de su relación con él. Primavera tras primavera espera el regreso de su “marido”. Su criada Suzuki intenta convencerla de que él no volverá, pero ella no la escucha. El aria «Un bel dí vedremo» es fiel reflejo de su convicción/fe de que Pinkerton volverá.
Poco después, Butterfly ve divisar la bandera de la nave estadounidense en una nave que entra en el puerto. Es la fragata "Abraham Lincoln", la nave de Pinkerton que (piensa ingenuamente) vuelve a casa para reunirse con ella. Siente por fin, triunfar su fe sobre la desesperanza. La triste realidad es que Pinkerton volvía, pero no para quedarse con ella. Además Pinkerton no viene solo. Regresa a Nagasaki con Kate, su nueva (y verdadera) esposa estadounidense. Quiere verla porque, al enterarse de la existencia de su hijo quiere criarlo en los Estados Unidos. Madama Butterfly no soporta ni una cosa ni la otra y se hace el harakiri y muere.
Aunque la ópera de Puccini esta basada en una obra de teatro de David Belasco[2], al músico italiano siempre le interesó presentar su obra como si se basara en un hecho real. No le faltaba razón, parece se que Cio-Cio San existió realmente y lo mismo ocurre con la historia de amor con un oficial americano. Parece ser que esta historia ocurrida también en Nagasaki alrededor de 1890, se la contó a unos misioneros la misma protagonista que acudió a ellos para para pedir su conversión al cristianismo. Es igualmente cierto que el americano se llevó a su hijo a Estados Unidos, y que nuestra protagonista, Cio-Cio San, quiso suicidarse haciéndose el harakiri, pero no lo consiguió. Quedó malherida pero sobrevivió. Para los que quieran vivir tranquilos y relajarse tras el desenlace trágico de la obra, la verdadera historia tiene un final menos amargo, puesto que el hijo, tras conocer la historia de su madre (e imagino que por problemas de racismo en su país adoptivo) volvió a Nagasaki y pasó un tiempo con su madre.
Coro «a bocca chiusa» (a boca cerrada)
Este coro tiene la función de ilustrar la espera de Cio-Cio San tras el avistamiento del barco de Pinkerton. Dramáticamente, representaría como un aparente éxito se trastoca en el más rotundo de los fracasos. Tras ver como entra en el puerto la fragata Abraham Lincoln, Cio-Cio San se vanagloria del triunfo de su fe ciega en Pinkerton y acusa a todos de su incredulidad. Inicialmente le invade la alegría y el éxtasis de su fe. No obstante, ésta se convertirá con el paso de la noche, en la que se queda dormida de cansancio esperando el encuentro con Pinkerton, en tristeza. La esperanza inicial del reencuentro no se concreta. O lo hace de la peor manera ya que Pinkerton, no se atreve a verla, manda a otras personas para que convenzan a su “mujer” japonesa de que le entregue el hijo. ¿Será así también el 2017/18?
NOTAS:
- El antecedente de este tipo de obras de corte oriental en donde se idealiza el carácter de la mujer de Oriente esta en la novela «Madame Chrysanthème» (1887) de Pierre Loti (seudónimo de Julien Viaud). En ella nos narra la llegada del protagonista a Japón con la idea de casarse con una joven japonesa que le cuide, se ocupe de la casa y le sirva de distracción durante su estancia en tierra. Así, vemos, como nada más atracar en Nagasaki y tras las primeras impresiones de lo que ve y observa en el muelle, se despide de su amigo y va en busca de la casa de té, "El jardín de las flores", donde se encuentran estas adolescentes para concertar el matrimonio.
- Que no es más que la dramatización del cuento "Madame Butterfly" (1898) de John Luther Long.