Las casas en Madrid y Barcelona se venden en solo tres meses
Tinsa estima que los precios en la capital catalana se disparan un 21,7% anual en el segundo trimestre
Los tres indicadores clásicos que suelen servir para medir la buena o mala salud del mercado inmobiliario son los precios de los inmuebles, el volumen de compraventas (asociado al número de hipotecas suscritas) y finalmente la producción de nuevas viviendas. Sin embargo, también es muy significativo y de qué manera el tiempo que tarda en venderse una casa, contado desde que se publicita su salida al mercado hasta que se formaliza la transacción.
No existe una estadística oficial que mida esta variable, pero sí hay empresas del sector con información suficiente como para estimar el tiempo medio que tarda en venderse un inmueble en la actualidad. Así lo corrobora el informe de conyuntura publicado este viernes por una de las principales tasadoras del país, Tinsa, correspondiente al segundo trimestre de este año.
Mientras en lo peor de la crisis fue bastante frecuente que se tardara en vender una vivienda hasta dos años (24 meses) y más, los datos relativos al segundo trimestre de este año reducen ese periodo ya a solo 9,5 meses de media nacional; si bien por territorios la situación, como es ya costumbre, es muy dispar.
Así, en las dos grandes urbes, Madrid y Barcelona, ese plazo se reduce drásticamente hasta los 3,4 y 3,6 meses, respectivamente. Si en lugar de las ciudades, se tiene en cuenta toda la provincia, en Madrid el tiempo que se tarda en vender una casa se eleva a 4,8 meses, mientras en Barcelona se prolonga más, hasta los 7,3 meses. Se trata de una mejora espectacular, sobre todo si se tiene en cuenta que hace solo dos años, en el segundo trimestre de 2015 y con la recuperación inmobiliaria ya en marcha, en la provincia de Barcelona los pisos se vendían en un promedio de un año, mientras en la provincia de Madrid costaba una media de ocho meses, el doble que en la actualidad. A nivel nacional, hace dos años lo más normal era vender una vivienda transcurridos 10,6 meses, mientras ahora se consigue en esos 9,5 meses.
¿Por qué esta reducción de los plazos? Los expertos subrayan que es consecuencia directa de la normalización que se está consolidando en el sector y de un factor muy a tener en cuenta si usted está pensando en vender un inmueble: el precio de oferta al que se pone en venta la casa. Desde las agencias inmobiliarias consultadas admiten que "en la crisis era bastante frecuente que los vendedores fijaran precios de oferta para sus inmuebles muy alejados de la realidad, lo que, como era normal, entorpecía la venta y alargaba los plazos", aseguran en una inmobiliaria.
"Ese fenómeno ahora ha concluido, los precios de oferta se ajustan mucho más a las operaciones que se suscriben para el mismo barrio y similar tipo de vivienda y eso, obviamente, acorta la distancia entre lo que pide el vendedor y lo que está dispuesto a pagar el comprador", sostienen en uno de los principales portales inmobiliarios.
Pese a todo, todavía existen muchos territorios, en concreto 32 provincias, donde el tiempo que se tarda en vender una vivienda supera los 10 meses de promedio.
El informe de TInsa realiza también un exhaustivo análisis del comportamiento que protagonizan los precios inmobiliarios y, de nuevo, nada tiene que ver lo que se están revalorizando las viviendas en los grandes núcleos urbanos, con lo que ocurre en numerosas capitales de provincia.
Barcelona lidera el ranking con un aparentemente disparatado incremento del 21,7% anual, más acorde con otras etapas que con la actual, seguida de Alicante, donde las casas se revalorizaron un 12,9% anual y Madrid, con un 10,8%, casi el mismo repunte que el registrado por Vigo (10,2%). El encarecimiento de los inmuebles en el resto de las capitales es ya de un solo dígito y en 18 ciudades todavía las casas continúan depreciándose. Esto explica que los ajustes acumulados desde que las casas alcanzaron sus precios máximos sean aún tan abultados. En Barcelona, por ejemplo, y pese a ese repunte de más del 20%, las casas son hoy un 30,3% más baratas que en los años 2007/2008 cuando alcanzaron los máximos de la serie. Madrid, por su parte, acumula una depreciación del 40,2%.
Por último, el informe de Tinsa compara el esfuerzo financiero que han de realizar los compradores de casa para pagar el inmueble, medido como la cantidad de renta que han de destinar las familias al pago de su vivienda, y expresada tanto en términos absolutos, como es la cuota mensual media en euros, como en términos relativos.
Así, en esta comparativa destaca desde los casi 700 euros de media que pagan los compradores de Baleares o Madrid, donde se localizan las viviendas más caras, pasando por los 613 euros de Cataluña, los 568 de País Vasco y hasta los 339 euros de Extremadura, la comunidad autónoma con el menor coste.
En porcentaje, contrasta el 25,6% de la renta que han de destinar los residentes en Baleares al pago de su vivienda, con el 21,3% de andaluces, el 20,3% de los catalanes y el 19,8% de los madrileños. En la parte baja de esta clasificación se sitúan los riojanos, que han de destinar el 15,7% de su renta, seguidos de los murcianos y asturianos, con poco más del 16%.