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El asombro como táctica (y II)

«Entrada de Apolo» perteneciente al ballet «Les Amants Magnifiques» de Jean-Baptiste Lully

Escena en los jardines de Versalles. Película del director franco-belga Gérard Corbiau «Le Roi Danse» (titulada en España «La pasión del Rey»)

El estado soy yo

Luis XIV es la tercera pata (las otras dos son Moliere y Lully) en la que se asienta nuestra historia de hace unos días y que quedó muy bien reflejada en la película «La pasión del Rey». Interesante solo casi por ese motivo.

El rey francés Luis XIV encarna el prototipo de la monarquía absolutista, ideología que junto a la Iglesia contrarreformista utilizó más el arte como medio propagandístico. Concentró el poder como pocas personalidades históricas lo han hecho, su frase más conocida lo deja bien en claro: L'Etat, c'est moi (El estado soy yo). Llegado el caso incluso podría decirse que Luis XIV encarna la figura del REY por antonomasia.

Luis XIV se convirtió en Rey a la temprana edad de 4 años (tras el fallecimiento de su padre Luis XIII). Como era apenas un niño, su madre Ana de Austria (de origen español, hija de Felipe III) se encargó de tomar las decisiones. Fue la época del Cardenal Mazarino, quien previamente había ejercido como ministro de Francia, como hombre fuerte de Francia. Solo tras la muerte de éste último, cuando el rey tenía 22 años, se puede decir que Luis XIV comenzó a ejercer el poder de manera autónoma. Murió cuando apenas faltaban unos días para cumplir los 77 años lo que le permitió ser el monarca que más tiempo estuvo en activo en Europa: 72 años, 3 meses y 18 días. Cosas de ser rey con apenas 4 años.

"De pronto, comprendí que era rey. Para eso había nacido. Una dulce exaltación me invadió inmediatamente".

Luis XIV en su diario el 9 de marzo de 1661, fecha de la muerte de Mazarino

Interpretó su reinado como una más de las obras de teatro a las que era muy aficionado. El ballet, tal y como hoy lo entendemos, debe su nacimiento y su profesionalización a este rey, quien fundó en 1661 la Academia Real de la Danza. De hecho, fue el primer acto de gobierno del rey nada más dar el “golpe de estado” en contra de su madre, Ana de Austria, al morir el cardenal Mazarino (este hecho se narra de manera clara en la película «La pasión del rey»).

Esta acontecimiento no sorprende ya que Luis era bailarín y la danza le permitía la creación de "ceremonias" y pompas que afianzaban su concepto del poder. El rey Luis XIV hacía del ballet la piedra angular de su sistema propagandístico contribuyendo a afianzar el concepto de la política (y el poder) como espectáculo. Pero eso tenía un coste: la profesionalización de la danza requería eliminar la exclusividad de la práctica de la misma a la aristocracia para “entregársela” a los plebeyos. Aunque hoy parezca extraño, los ballet de la época eran protagonizados por los aristócratas y apenas había bailarines profesionales. Los trajes que portaban eran pesados y llenos de adornos por lo que, aún favoreciendo la vistosidad de la ceremonia, impedían la ejecución de los movimientos y los pasos más vistosos. La introducción de los profesionales del ballet y la mejora en el vestuario permitió aumentar la vistosidad del espectáculo y a la vez de un nuevo tipo de ceremonia.

El cultivo de la imagen, la creación de ceremonias, la construcción de una apariencia, la teatralidad, ... son conceptos básicos y necesarios cuando se quiere construir una realidad "a medida". Atento a todo ello, el rey Luis XIV debió ver como una necesidad la existencia de un escenario a su altura y para ello se construyó el más suntuoso: el Palacio de Versalles.

Los jardines de Versalles "...se convirtieron en su corte (Luis XIV), con un teatro una sala de conciertos, un invernadero y un parque de diversiones y un fastuoso espectáculo acuático; todo diseñado para distraer a su hastiada corte y asegurar lealtad. [...] Versalles estaba diseñado para ofrecer un modelo de tranquilidad y orden en la tradición de los grandes jardines del Renacimiento" [1]

Pero, tras el escenario, "el Estado se tambalea. No hay dioses en la tierra". Esta escena que hemos visto de la película del año 1670, marca la última ceremonia de ballet protagonizada por Luis XIV. El rey dejará de bailar y representa la pérdida de poder del Lully en la corte francesa frente al músico Charpentier en el favor del rey (y de Moliere). Toda la apariencia empieza a no poder sobrevivir para siempre.

"Vas a ser un gran rey. No imites mi amor por los edificios ni mi amor por la guerra. Intenta vivir en paz con tus vecinos. No olvides nunca tu deber ni tus obligaciones hacia Dios y asegúrate de que tus súbditos le honran. Acepta los buenos consejos y síguelos. Intenta mejorar la suerte de tu pueblo, dado que yo, desgraciadamente, no fui capaz de hacerlo".

Luis XIV, en su lecho de muerte, a su delfín Luis XV

Enmanuel I ¿el nuevo rey sol.?

Entrada de Enmanuel Macrón en la explanada del Louvre tras la victoria en las elecciones presidenciales de mayo pasado.

La victoria de Macrón en las elecciones presidenciales marcan un NO francés a la deriva en otras zonas. El exbanquero europeísta y liberal derrotó con rotundidad a Marine Le Pen y contrasta con las victorias en EE.UU. de un Trump aislacionista y una May (que no se sabe todavía lo que es/será/quiere ser). De momento frena la ola de descontento contra las élites pero solo parece querernos decir que, a pesar de los intentos de lo contrario por parte de los mass media occidentales, la situación económica, política y social en lo países anglosajones esta en un estado de mayor descomposición que en la Europa continental.

De momento, en la presidencia francesa tenemos al líder del nuevo movimiento En Marche!. Nuevamente es alguien joven (Macron, a sus 39 años será el presidente más joven de la V República) y que se supone supo conectar con las ansias de cambio de una parte de la sociedad.

"Decidí no formar parte del próximo Gobierno. Daré una conferencia de prensa esta tarde a las 17.00"

Francois Bayrou, Ministro de Justica francés, ayer a la agencia France Press

La inercia de la «onda Macron» no parece tener fin. En la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia, celebradas el pasado domingo, el Rey Macron ha sido coronado.

Pero ya empiezan ha haber problemas tras el escenario. El ministro de Justicia Francois Bayrou y la de Asuntos Europeos, Marielle de Sarnez, dejan el Gobierno francés tras la investigación judicial por supuestos empleos ficticios con dinero del Parlamento Europeo. Recuerden que Fillon, el candidato gaullista a las presidenciales, perdió toda opción a su elección tras ser acusado de haber pagado, a cargo del contribuyente, 900.000 euros a su esposa Penelope y casi 100.000 a dos de sus hijos, por puestos que en realidad ninguno de los tres habría desempeñado.

En apenas un mes, el gabinete de irreprochables acumula ya cuatro reproches. Incluso son graves estas últimas dimisiones por la circunstancia que Bayron, el último reproche, fuera el encargado de elaborar la "Ley de Moralización de la Vida Pública con la que se quería evitar el nepotismo y el conflicto de intereses de los políticos y funcionarios.

NOTA:

  1. «Bailando al borde del precipicio» de Caroline Moorehead.

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