La banca se ha tragado el 50% del dinero del rescate de los países de la zona euro
Primera evaluación independiente de las cinco intervenciones del MEDE Valoración positiva, pero se pide más énfasis en la reestructuración del sector financiero
El sector financiero se ha tragado el 49,6% de los 300.000 millones de euros desembolsados para sanear las finanzas públicas de los socios rescatados durante la crisis, según un evaluación independiente encargada por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y publicada hoy en Luxemburgo.
El informe, dirigido por Gertrude Tumpell-Gugerell, ex consejera del Banco Central Europeo, hace un balance positivo sobre la intervención del MEDE y destaca que todos los países rescatados, salvo Grecia, han recuperado el acceso al mercado y en el caso de España, que no lo perdió, se ha estabilizado.
Pero el documento recomienda que los futuros rescates presten más atención a la situación de la banca en los países en dificultades y que no se centren tanto en reformas macroeconómicas que poco tienen que ver con el origen de la debacle presupuestaria.
"Los programas incluían medidas que no siempre eran cruciales para resolver las causas que llevaron a perder el acceso a los mercados", señala el documento, que revisa los rescates de Irlanda, Portugal y Chipre, el segundo rescate de Grecia y el rescate de la banca en España. Se trata de la primera evaluación que cubre los cinco programas acometidos por el fondo de rescase desde su nacimiento provisional en 2010 (como FEEF) y su reconversión en permanente en 2012 (como MEDE).
Según el informe, salvo en el caso de España, centrada específicamente en la banca, las otras cuatro intervenciones del MEDE (Grecia, Irlanda, Portugal y Chipre) dedicaron gran atención a las condiciones macroeconómicas de cada país y minusvaloraron la situación real de la banca.
"La dimensión de los desafíos del sector financiero no siempre fueron reconocidas a tiempo", advierte el documento. La troika (Comisión Europea, BCE y FMI) encargada de vigilar los rescates impuso medidas muy precisas en el ámbito laboral o de las pensiones y prestó menos atención a la situación de la banca, a pesar de que gran parte del agujero presupuestario fue fruto de la crisis bancaria y la mitad del total de los rescates se destinó a sanear las entidades financieras.
El informe de Gugerell advierte que, a pesar de los recursos destinados a la banca, el sector financiero de los países rescatados continúa frágil, con baja rentabilidad y lastrado por el problema endémico de los préstamos morosos o fallidos. En algunos casos, como Portugal, la negligencia de la troika fue tan evidente que el mayor banco del país (Espirito Santo) se hundió tres meses después del final del rescate en mayo de 2014. Lisboa se quejó entonces de que los funcionarios de la troika revisaron con detalle hasta las facturas de los ayuntamientos pero solo miraron por encima los balances de los bancos.