Los cobradores de deudas piden una regulación para evitar abusos
La asociación sectoria Angeco negocia con Justicia la creación de un reglamento Las firmas asociadas gestionan 140.000 euros de deuda
Los cobradores de deuda aspiran a dotarse de una regulación que establezca las reglas del juego del sector y evite prácticas abusivas. Así lo reclamó este miércoles en un acto con prensa la Asociación Nacional de Entidades de Gestión de Cobro (Angeco) denunciando que España y Portugal son los únicos países de la Unión Europea sin una normativa específica para el recobro de morosos.
Desde Angeco, que lleva años reclamando regulación, se muestran optimistas por primera vez ante el visto bueno del Ministerio de Justicia a la creación de un reglamento que podría incluir la creación de un registro y una supervisión para las empresas del ramo. Desde asociación aspiran incluso a que sea necesaria una licencia para operar, como ocurre en países del entorno. De momento, partiendo del aval del ministerio se mantienen contactos con los diferentes grupos parlamentarios para desarrollar el control a un mercado que ha crecido con la crisis.
La asociación incluye a 57 compañías de las 700 que operan en el país, si bien se estima que controlan el 80% del volumen de operaciones, lo que equivale a gestionar 60 millones de expedientes y 140.000 millones de duda en 2015, último ejercicio del que hay datos disponibles, lo que supuso una facturación de 575 millones y el empleo de 10.000 personas.
“Nosotros vamos a hacer los deberes para que las compañías que estamos en Angeco estemos ahí para cumplir la regulación los primeros”, asegura Cristina Aparicio, presidenta de la asociación, que admite, sin embargo, que de momento solo el 63% de las empresas de la plataforma cumplen con el código tipo de protección de datos que han elaborado. Todos los socios, eso sí, trabajan bajo un código ético cuyo incumplimiento supone la expulsión.
Forman parte de la asociación firmas como Gescobro, Lindorff o TDX Indigo, cuyo managing director, Antón Alfaya, explica que suelen ofrecer servicios a la banca, las compañías de telecomunicaciones y suministros (agua, luz, electricidad) o a fondos y otros grandes inversores que compran carteras de deuda.
Un negocio, este último que mueve anualmente en España unos 15.000 millones de euros en créditos problemáticos con garantías, que se venden a un tercio de su valor, y otros 10.000 millones en préstamos sin colaterales, que se saldan por entre el 5% y el 7% de su valor en libros, según Íñigo Mato, director general de TDX Indigo.