Las empresas públicas españolas, entre las que más tardan en pagar
Sólo tres países tienen empresas públicas que tarden más en pagar que las españolas
Según Intrum Justicia, las empresas públicas españolas se sitúan a la cola de Europa en lo que respecta al tiempo de pago de sus facturas. En concreto, estas organizaciones tardaron más en pagar sus facturas durante 2016, hasta 19 días, lo que hizo que se situaran solo por delante de Grecia, Italia y Portugal.
Del documento se desprende, por el contrario, que Reino Unido y Bélgica son los dos únicos países en los que la Administración realizó sus pagos a tiempo, además de zanjar sus deudas antes del tiempo acordado con sus proveedores.
En lo que respecta al ámbito de las empresas Business-to-business (B2B), fueron de nuevo Portugal y Grecia, junto con Croacia, donde las facturas se hicieron efectivas hasta con 20 días de retraso. Por el contrario, Bosnia, Alemania, Hungría y Rumanía saldaron sus cuentas antes de lo establecido.
Preguntados sobre posibles cambios legislativos, hasta un 40% de los negocios acogería de buen grado una nueva normativa. Por el contrario, un 30% reconoce que preferiría establecer una cultura del “pronto pago” basada en un código de conducta, según se desprende del estudio.
A nivel continental, hasta un 72% de las sociedades aseguran que pagaron sus facturas con retraso, mientras que un 40% afirma hacerlo de forma sistemática, lo que ha provocado que el 61% de las empresas consultadas afirme que ha sido instada a cobrar más tarde de los estipulado, lo que supone 15 puntos porcentuales más que en 2015.
Como consecuencia, las compañías que cobran más tarde se han visto forzadas a su vez a ejecutar más tarde sus propios pagos y son las pymes las que cumplen con sus obligaciones de pago antes que las grandes compañías, un 28% frente al 18%, respectivamente.
Por otro lado, las empresas que mayor confianza depositan en sus mercados se encuentran en Dinamarca, Lituania, Austria, Serbia y Hungría, frente a las de Portugal, Grecia, Italia, Irlanda y República Checa, que se encuentran en el lado opuesto. España, con el decimoséptimo puesto, se sitúa en la mitad del ranking.