La UE eleva de 20% a 30% la exigencia de contenidos europeos a Netflix
Los ministros de Cultura europeos endurecen la nueva directiva España y Francia apoyan la ampliación de la cuota de producción local
La UE elevó ayer del 20% al 30% la cuota mínima de contenidos europeos que pretende exigir a la industria audiovisual, incluidas las plataformas de vídeo como Netflix.
El acuerdo no logró la unanimidad, prueba de la polémica que genera el proyecto, pero salió adelante por mayoría cualificada en el consejo de ministros de Cultura de la UE celebrado en Bruselas.
Malta, país que preside durante este semestre la UE, iniciará ahora las negociaciones con el Parlamento europeo con vistas a la adopción definitiva de la nueva directiva sobre servicios audiovisuales.
Los ministros han endurecido el proyecto inicial de la Comisión, que fijaba un mínimo del 20% de contenidos europeos en los catálogos de la industria audiovisual. Y el Parlamento Europeo ya se ha mostrado también a favor de ese umbral.
Francia encabezó a los países partidarios de elevar la presencia de producción europea, una medida destinada sobre todo a lograr cuota de pantalla en las nuevas plataformas de consumo audiovisual.
El ministro español de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, también secundó la ampliación de los contenidos europeos, postura compartida, entre otros países, por Alemania e Italia, y rechazada por Reino Unido, Dinamarca o Finlandia.
La norma también autoriza a los Estados de la UE a imponer un gravamen a las empresas del sector, incluidas las domiciliadas en otro país, para financiar la producción audiovisual nacional. El gravamen deberá ser proporcional a los ingresos que la empresa obtenga en el mercado de imposición.
El vicepresidente de la Comisión Europea para servicios digitales, Andrus Ansip, celebró el acuerdo político del Consejo. “Es esencial”, señaló, “disponer de una norma común para el sector y evitar la complicación de las diversas legislaciones nacionales”.
La directiva actual data de 2010 y estaba destinada a regular los canales de distribución tradicionales, como la televisión. La nueva norma se amplía para incluir a las plataformas de vídeo y las redes sociales cuyo contenido audiovisual forme una parte esencial de su oferta.
Todos esas nuevas vías de distribución y comercialización deberán cumplir también con las normas sobre protección de menores y violencia que se aplican a los canales tradicionales de televisión.