Al Gobierno le toca poner las condiciones y a las empresas aprovecharlas
España está lista para abordar la segunda parte de la liberalización de la economía
El optimismo que refleja el último estudio sobre perspectivas de la empresa familiar, elaborado por el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y presentado en la asamblea anual de socios de la institución, coincide con las buenas previsiones que mantiene el Gobierno para el próximo trienio. Los empresarios, que otorgan a la situación económica actual un 5,88, la nota más alta desde 2016, y prevén mayoritariamente un aumento de sus ventas este año y el siguiente, escucharon ayer a Mariano Rajoy augurar al menos tres años de crecimiento, tanto en España como en el resto de la UE. Rajoy defendió las reformas estructurales abordadas en los últimos años por su Gobierno, advirtió de los daños que produciría revertirlas y anunció otra vuelta de tuerca dentro de la agenda reformista. Tras el paréntesis de inmovilismo causado por la debilidad de un Ejecutivo largo tiempo en funciones, el mensaje es claro: España está lista para abordar la segunda parte de la liberalización de su economía.
La agenda de Rajoy para esos cambios coincide esencialmente con la que demandan los empresarios, salvo en la negativa del presidente del Gobierno a rebajar las cotizaciones sociales y los impuestos. Sin crecimiento y empleo, insistió Rajoy, no puede haber rebajas de presión fiscal. Y para que se den ambos factores es imprescindible continuar flexibilizando una economía que arrastra viejas asignaturas pendientes: desde una nueva formación profesional y un modelo educativo que no resulte constantemente cuestionado, hasta una Administración Pública sin ineficiencias, una agenda digital que no deje a España al fondo de la clase y el fin de la larga lista de barreras que sigue compartimentando el mercado.
Las empresas son las responsables de crear el empleo que augura el Gobierno y necesita la sociedad. Pero para que esa exigencia pueda hacerse efectiva es urgente crear un marco legislativo y fiscal que estimule y consolide el crecimiento. En esa hoja de ruta, cada eslabón de la cadena tiene su función. La del Gobierno es poner las condiciones y la de las empresas sacarles provecho.