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El IPC, las elecciones francesas y la economia americana.

Una vez más debemos constatar la sensibilidad que presenta el mercado ante cualquier noticia relativa a la política monetaria del BCE. En este caso los datos preliminares de inflación de abril evidenciaban una ruptura en el patrón de comportamiento de los precios, en especial en la tasa subyacente. En concreto ésta (IPC excluyendo energía, alimentos no procesados y tabaco) venía ajustándose, en su tasa interanual, a una banda de 0,7%-1,0% desde mediados de 2013. Ahora con el dato de abril de +1,2% se rompe por tanto una pauta en un contexto en el que la tasa general se sitúa en el +1,9% y por tanto muy cerca de lo que se considera el objetivo de estabilidad de precios.

Bien es verdad que Draghi ha subrayado la necesidad de ver más allá de los datos inmediatos, pero esta visión también corrobora que los precios están comenzando a reactivarse. En el trascurso de los próximos 3-5 meses el BCE tendrá que dar una señal más clara de que el QE ya no es necesario. La comentada sensibilidad del mercado llevará a escudriñar cualquier gesto de la institución. Ya asistimos a un acontecimiento de este tipo cuando el BCE no renovaba la subasta TLTRO y el euro recuperaba fuertemente. En aquel momento se estimó como una señal de progresivo desmantelamiento de medidas. Así por tanto, aunque la decisión no acepte al programa de compra de bonos (QE), todos estos atisbos se interpretan como un acercamiento de la salida de la expansión cuantitativa.

Desde Italia hemos conocido la apabullante victoria de Renzi en las primarias del Partido Democrático con un 71,1% de los votos y total de 2,8 millones de participantes. Los analistas políticos apuntan a un adelanto electoral para otoño. Este acontecimiento es más preocupante y la gran piedra de toque para el futuro de la UME que las presidenciales en Francia o las generales en Alemania. De momento domingo tendremos la segunda vuelta de la elecciones presidenciales en Francia y Emmanuel Macron, parece afianzarse al mantener la distancia que mantiene frente a la ultraderechista Marine Le Pen (59 % vs. 41 % respectivamente en las intenciones de voto. Aunque Macron pierde un punto respecto a la última encuesta, la fidelidad de voto parece estar a su favor ya que el 91 % de quienes dicen que le apoyarán aseguran que no cambiarán de opinión. En comparación, la certeza del voto dirigido a la líder de la extrema derecha se reduce al 88 %. La actitud de

El votante de Macron es femenino (el 62 % de las mujeres dicen que le votarán) y estudiantil (70 %), pero también tiene mas de 65 años (65 %), con altos ingresos económicos y urbano (el 64% de los habitantes de las ciudades de más de 200.000 habitantes dicen que le votarán). Por el contrario, el votante de Le Pen es masculino (44 %), agrícola (48 %) que vive en ciudades pequeñas (menos de 10.000 habitantes), obrero (58 %) o parado (52 %).

La gran "grieta" en la reedición del Frente Republicano (aquel que en el 2002 logró frenar a Le Pen padre en la carrera presidencial) esta en los votantes de la "Francia Insumisa" y de la actuación de Jean-Luc Mélenchon que no ha dado su apoyo a Macron. Según un sondeo publicado recientemente en su mayor parte los votantes de Mélenchon se decantarán por el voto en blanco o la abstención. Solo un tercio votarán contra le Pen (votando por Macron). Por esta razón, Mélenchon (que obtuvo un resultado histórico en la primera vuelta al lograr a el apoyo de siete millones de votantes, casi el 20 % de los sufragios) es criticado por su indefinición sobre a quién votar en la segunda vuelta. El peligro: los analistas creen que una alta abstención o un aumento de los votos nulos o blancos podrían desembocar en un triunfo de Le Pen el 7 de mayo.

En EE.UU. hemos asistido a un muy débil dato de PIB al expandirse un 0,7%. Observando los detalles llama sobremanera la atención el moderadísimo comportamiento del consumo privado que apenas crece un 0,3% desde el 3,5% anterior. Su aportación al dato final es de un exiguo +0,23%. Destaca la inversión que crece un 10,4% aportando +1,62% al dato final de PIB. En concreto conviene hacer especial mención a la inversión no residencial que ha roto su atonía sufrida en el 2016 y ahora crece al 9,4%. Resulta preocupante la marcada debilidad del consumo privado que es el principal motor de la economía norteamericana. La Fed no debería tener prisa en continuar con su proceso de subida de tipos y debería tomar datos. El ISM manufacturero ha sido bastante más débil con una moderación del subcomponente de empleo. Hoy el mercado se sitúa pendiente a la decisión de tipos de la Fed.

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