Meliá pone el objetivo en Asia ante el desafío del ‘brexit’
Reduce la deuda a la mitad en tres años La estrategia de apostar por la gestión hotelera sin propiedad da resultados
La estrategia de la cadena Meliá Hotels de apostar por la gestión hotelera sin propiedad está dando resultados. En un año difícil, en el que la industria turística ha tenido que digerir el impacto del brexit, la firma mallorquina ha logrado saldar el ejercicio 2016 con una mejora de sus ingresos medios por habitación (revpar) del 14,3% y de un 154% de su resultado neto, hasta los 102,9 millones de euros por la reducción de los costes financieros, si bien el ebitda retrocedió un 2,56%.
Los turistas británicos son la nacionalidad extranjera más importante para el sector en España, tanto por número de visitantes, como por gasto y en el caso concreto de Meliá representan el 14% de sus clientes.
Por eso, frente a las incertidumbres que se puedan derivar del proceso de “divorcio” entre la UE y Reino Unido, Meliá Hotels avanza en su proceso de internacionalización y ha puesto el punto de mira en Asia, donde ya gestiona 15 hoteles y planea aumentar su oferta en otros 19 más en los próximos dos años. El equipo de analistas de Axesor ha mejorado el rating no solicitado otorgado a Meliá desde la B que ostentaba el año pasado hasta BB– con tendencia positiva. Nuestros expertos estiman que el grupo mantendrá la tendencia creciente en la facturación, impulsado por las perspectivas favorables para el sector, con lo que la capacidad de generación de caja será suficiente para atender las obligaciones de pago a vencimiento, así como las posibles necesidades de inversión, sin que se prevean tensiones de liquidez.
Hace no mucho tiempo, el panorama era sustancialmente distinto para esta cadena hotelera, que en 2013 registró unas pérdidas de más de 71 millones de euros y acumulaba una deuda financiera neta superior a los 1.240 millones de euros, la facturación estaba apenas 110 millones de euros por encima. Al término de 2016, la facturación se elevaba a 1.805,4 millones de euros; el flujo efectivo de explotación ha pasado de los 120,4 millones de 2013 a 257,1 millones de euros ahora, más del doble (si bien se contrajo un 4,98% en 2016 respecto a 2015). Del mismo modo, la deuda financiera neta se situó al cierre de 2016 en 625,1 millones de euros; es decir, en tres años ha caído a prácticamente la mitad. En consonancia, el ratio deuda financiera neta/ebitda también ha retrocedido más de tres puntos, pasando de 5,23x en 2013 a 2,19x al término de 2016.
Precisamente, la reducción de costes financieros es uno de los elementos que ha sido determinante en la significativa mejoría del beneficio neto. Desde Axesor consideramos que esta dinámica ha dotado a la compañía de un nivel de autonomía financiera que podemos calificar de adecuado. Este cambio fundamental ha sido posible gracias al canje anticipado de bonos convertibles mediante autocartera y ampliaciones de capital, así como un cambio estratégico de concepción corporativa, centrada ahora en la gestión sin tener la propiedad de los activos.
Arrendamiento
La gestión mediante la fórmula de arrendamiento en lugar de gestión en propiedad facilita a las empresas turísticas liberar recursos que en el caso de Meliá son necesarios para continuar abordando su estrategia de expansión internacional (ya son más de 375 establecimientos en más de 40 países), con el enfoque en los países emergentes, que son los que le pueden permitir mejorar su posicionamiento competitivo.
La firma turística trata de combinar el crecimiento en Asia-Pacífico con otros mercados considerados como seguros, Caribe y Mediterráneo. El segmento internacional representó el 67% del beneficio en 2016.
Entre este año y el ejercicio 2020, Meliá afronta vencimientos de deuda por un importe de unos 392 millones de euros. El otro gran desafío para toda la industria está en los márgenes, ante la presión de la competencia tradicional y de otras nuevas fórmulas de alojamientos turísticos.
La sociedad publicará los resultados del primer trimestre de este año el próximo día 10 de mayo, pero ya ha adelantado que la Semana Santa se ha saldado con un incremento del 10% en términos de ocupación, al que se ha añadido un ligero aumento de las tarifas medias.
De momento, el ciclo económico está impulsando al sector, pero la internacionalización y una gestión eficaz serán armas imprescindibles para eventuales crisis.