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Euforia desatada en los mercados

Los resultados de primera vuelta de las elecciones francesas de ayer dieron alas a los mercados bursátiles que cerraron con fuertes ganancias. Se da por descontado que Macron, el candidato más europeísta, se impondrá en la segunda vuelta de los comicios galos del 7 de mayo frente a la ultraderechista y eurófoba Marine Le Pen. El CAC-40 (París) subió un 4,1% (máximo desde el 15 de enero de 2008) y el índice tecnológico Nasdaq (Nueva York) registró un nuevo récord histórico (5.983,82). El Dow Jones cerró en los 20.763,89 (+1,05%) y el S&P en los 2.374,15 (+1,08%). En el caso del DAX (Fráncfort) la subida fue del 3,4%. Por último, el IBEX-35, en sintonía con lo que pasaba en toda Europa, registró al cierre una ganancia de 3,8% hasta los 10.766,8 puntos.

En el mercado de deuda, la prima de riesgo española se colocaba en 126,8 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a 10 años en el 1,61%. Como no podía ser menos, en el mercado de divisas, el euro también registró fuertes ganancias hasta niveles no vistos en los últimos 5 meses (y cerca de los máximos anuales) al permanecer prácticamente todo el día en el área de los 1,0840-1,0900 USD/EUR.

Ambos movimientos (bolsas y EUR al alza), junto con la bajada de la prima de riesgo (el diferencial de la deuda francesa sobre la alemana ha caído hasta los 54 puntos básicos desde los 74 los días previos a las elecciones), ponen en evidencia que la victoria de Macron en una segunda vuelta ya está descontado. Los sondeos le dan victorioso con el 62 % de estimación de voto. También juega a favor el hecho de que el escenario de "pesadilla" para el mercado de un enfrentamiento entre la ultraderechista Le Pen y extremista de izquierdas Mélenchon no se ha materializado.

También han recibido los resultados con satisfacción las empresas de sondeos que tras los sonoros fracasos de Brexit y la victoria de Trump el año pasado, estaban de "capa caída". Los resultados en la primera vuelta de las elecciones francesas han estado en línea con el pronóstico central de las mismas y la recuperación de su credibilidad ha venido pareja con los mercados.

La segunda vuelta

Para la segunda vuelta de las elecciones francesas juega a favor de Macron el anuncio de los más importantes candidatos que han perdido, el republicano François Fillon y el socialista Benoît Hamon, recomendando a sus seguidores votar por el exministro de Hollande y líder de «En Marche!» en la segunda vuelta. No obstante, Marine Le Pen, la líder del Frente Nacional (FN), en un alarde que no se si llamarle ingenuidad o ingenio político (todo depende, a su vez, de la ingenuidad de los electores) protagonizó ayer un golpe de efecto que puede desbaratar las quinielas actuales.

La líder ultraderechista dimitió "de forma temporal" (??) como presidenta del FN con la idea de reforzar su mensaje de la noche electoral de la «candidata del pueblo». Una estrategia que a Trump le ha servido mucho y, para ello, no solo suaviza su mensaje para hacerlo más "digerible" para otras formaciones, sino que se erige en un reducto contra el establishment. El mensaje de Le Pen está dirigido no solo a atraer los votos de la izquierda de Mélenchon, que tienen la opción de abstenerse o votar contra el establishment (favoreciendo a la formación anti-europeísta) sino también potenciar la rebelión de los votantes en la primera vuelta del republicano François Fillon y el socialista Benoît Hamon (sus líderes han recomendado oficialmente el voto por Macron) y a los de Nicolas Dupont-Aignan enviándoles a la abstención.

Con todo ello, los votos de los líderes que quedaron entre la 3ª-6ª posición son los claves (18,3 millones de votos, el 50,6% de los emitidos el pasado domingo) ligeramente por encima de los 16,3 millones de votos (45,3%) que fueron los que obtuvieron los dos líderes que pasan a la segunda vuelta.

Tomando como base los votos de la primera vuelta, y suponiendo (como parece lógico) que los votos que en la primera vuelta recibieron los dos principales candidatos se mantenga, las posibilidades de Le Pen se centran en lograr que solo el 60% de los votantes de Fillon, Hamon y Dupon-Aignan obedezcan a sus líderes y voten por Macron (mientras que un 5% los desobedezcan y apoyen a Le Pen y un 35% opte por la abstención) y que el 85% de Mélenchon (lo mismo he supuesto con el espectro de izquierda/extrema izquierda de Lasalle, Poutou o Arthaud) le voten a ella. Los seguidores del ultra derechista Asselineau fácilmente darán su voto a Le Pen mientras que los votantes de Cheminade, como tiene un perfil muy parecido a los de Fillon/Hamon, los he englobado entre los partidarios de Macron. Este es el escenario más benévolo para Le Pen. Cualquier otro escenario daría lugar a una victoria de Macron.

Obviamente todavía queda la opción de que en esta segunda vuelta se incorporen votantes que decidieron no participar en la primera. El ejercicio realizado es meramente orientativo con el único objetivo de poner sobre la mesa por donde "van a ir los tiros" y las opciones con las que cuenta cada uno.

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