Bottega Veneta revive el estilo de los años 40
La firma italiana avanza una glamuroso otoño Para el hombre crea líneas ajustadas
El lujo es una percepción, que tiene que ver más con lo que se oculta que con lo que se muestra. Es el disfrute de la excelencia, de la calidad, pero no para mostrarlo a los demás sino para disfrutarlo uno mismo. Es la definición que hace Tomas Maier, director creativo desde 2001 de Bottega Veneta, de la firma de lujo por excelencia italiana.
Fundada en 1966 por Michele Taddei y Renzo Zengiaro en Vicenza, en la región del Veneto, hoy pertenece al grupo de lujo Kering [anteriormente PPR, como siglas de Pinault-Printemps-Redoute, sociedad creada por el empresario François Pinault]. Ha pasado medio siglo y la firma sigue fiel a la filosofía y a los valores del comienzo, cuando se inició con la elaboración de forma artesanal de productos de piel, desarrollando la técnica del trenzado, que a día de hoy sigue siendo una de las señas de identidad de la marca, como también lo es la ausencia de logos. Bottega Veneta se rige por cuatro principios inmutables: artesanía , diseño atemporal pero innovador, funcionalidad contemporánea y materiales de gran calidad. Tocar la piel, como los cualquier lana o seda, que emplea tanto en sus prendas como en complementos y marroquinería es puro placer. En estos 50 años han hecho que su nombre sea sinónimo de calidad, discreción e individualidad.
La nueva colección para el próximo otoño-invierno, tanto para mujer como para hombre, mantiene esta premisa. Inspirada en los años cuarenta, “se trata de una silueta que parece dibujada, partiendo desde el hombro con una línea precisa”, comenta Maier, que define la colección como glamurosa, con una sofisticación relajada y natural. Las siluetas estarán definidas, con hombros rígidos, exagerados que enfatizan una cintura entallada y caderas redondeadas. La propuesta de chaquetas y abrigos de piel vuelta de cashmere se presentan en colores block y libres de adornos. Los materiales que emplean van desde el pelo de cabra pulido hasta la lana de oveja y piel mate o brillante. Los colores de la colección incluyen ocre, terracota y azul hielo.
La ropa de hombre explora las líneas ajustadas y juega con las variaciones del esmoquin, tanto para el día y para la noche, desde el tradicional confeccionado con cordellate, hasta chaquetas tipo esmoquin. Los abrigos de doble botonadura lucen un hombro pulcro y una cintura ajustada, con cortes que rememoran clásicos como las levitas y los abrigos de montar.
El corte recto de los pantalones aporta comodidad, a veces presentan pliegues y varios de ellos son de estilo cropped. Las corbatas son de lazada ancha y los zapatos de vestir, con punta redonda y cordones, incorporan una hebilla, mientras que las botas de lluvia presentan una correa con hebilla. Los bolsos son de silueta cuadrada. “Ambas colecciones, la masculina y la femenina, hablan el mismo lenguaje”, dice el director creativo.