Dijsselbloem se tambalea tras sus palabras despectivas contra el sur
Peticiones de dimisión por las palabras del holandés sobre la crisis del euro. "No te puedes gastar el dinero en copas y mujeres y luego pedir ayuda", dijo
El presidente del Eurogrupo, el socialista holandés Jeroen Dijsselbloem, se ha enfrentado hoy a peticiones de dimisión tras difundirse sus declaraciones sobre la crisis de la zona euro, consideradas machistas y despreciativas por numerosos eurodiputados. Dijsselbloem defendió en una entrevista que los países de la zona euro rescatados deben cumplir con los ajustes exigidos porque la solidaridad del norte no puede ser a cambio de nada.
"Uno no puede gastar todo su dinero en alcohol y mujeres y luego pedirte ayuda", señaló el ministro holandés en funciones de Finanzas. Sus palabras han desencadenado una gran tormenta política y ponen en duda su continuidad en el cargo, ya amenazada tras el varapalo electoral de su partido en los comicios del pasado miércoles en Holanda, cuando perdió el 75% de los diputados.
Incluso el grupo socialista del Parlamento Europeo ha desautorizado a su correligionario, al que acusa de haberse apartado ya en anteriores ocasiones de la actitud progresista que se le supone.
El eurodiputado de ICV, Ernest Urtasun, ha sugerido a Dijsselbloem que pidiese disculpas durante su comparecencia de hoy ante el Parlamento europeo. Pero lejos de aprovechar esa oportunidad, el presidente del Eurogrupo se ha ratificado.
"No, de ninguna manera [me voy a disculpar]", contestó el ministro holandés. "Lo que hice es dejar claro que la solidaridad tiene que ir acompañada con un fuerte compromiso y responsabilidad", aseguró. El eurodiputado español, Ernest Urtasun, le leyó la declaración literal. Y el ministro replicó: "No me lea mis declaraciones, porque las conozco. Han salido de esta boca".
Eurodiputados españoles de todos los grupos pidieron la dimisión de Dijsselbloem, al que consideran desautorizado. Y el grupo socialista también le desautorizó. "Me pregunto si una persona con estas creencias sigue siendo adecuada para la presidencia del Eurogrupo", señaló en un comunicado el presidente del grupo socialista en el Parlamento Europeo, Gianni Pitella.
Dijsselbloem señaló el lunes, en una entrevista con el diario alemán FAZ, que "durante la crisis del euro, los países del norte de la zona euro han mostrado solidaridad con los países en crisis. Como socialdemócrata, creo que la solidaridad es extremadamente importante. Pero quienquiera que pida solidaridad también tiene obligaciones. Uno no puede gastar todo su dinero en alcohol y mujeres y luego pedir ayuda".
Se abre la carrera por el puesto del holandés
Jeroen Dijsselbloem llevaba una semana intentando por todos los medios que no se abriera la carrera por sucederle en el cargo de presidente del Eurogrupo (Consejo de ministros de Economía de la zona euro). Y parecía haberlo conseguido hasta sus desafortunadas declaraciones del lunes en el Frankfurter Algemaine Zeitung (FAZ). Desde el pasado miércoles, Dijsselbloem temía por su futuro tras el tremendo varapalo sufrido por su partido (PvDA, socialistas) en las elecciones holandesas. Pero se había aferrado a la presidencia del Eurogrupo aduciendo que todavía es ministro en funciones y que las negociaciones para formar Gobierno en La Haya pueden prolongarse muchos meses. El resto de ministros se mostró dispuesto a concederle una tregua, lo que animó a Dijsselbloem a intentar agotar su mandato en el Eurogrupo, que expira en enero de 2018. Incluso el ministro español, Luis de Guindos, que disputó sin éxito el cargo a Dijsselbloem en julio de 2015, parecía dispuesto a aceptar la continuidad del holandés, al menos mientras siga siendo titular en funciones.
Pero Dijsselbloem ha abierto la caja de los truenos con unas polémicas declaraciones que le dejan sin apoyo en su propio grupo político (socialistas) y que le pueden suponer el rechazo de los países rescatados, en particular, de Chipre y Grecia. Ambos países han tenido grandes choques con Dijsselbloem, que, a instancias de Berlín, llegó a imponer quitas a los ahorradores chipriotas (salvados in extremis) y amenazó con expulsar a Grecia de la zona euro. Ahora acusa a esos países de gastarse el dinero “en copas y en mujeres”. Un exabrupto que puede costarle el puesto, al que ya aspiran Eslovaquia, Finlandia... y, tal vez, España.