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Innovación

Ponga una playa en cualquier parte del mundo

La multinacional chilena Crystal Lagoons desarrolla una innovadora tecnología para construir playas y lagunas artificiales en cualquier paisaje

Imagen de una laguna artificial de Crystal Lagoons  en Australia.
Imagen de una laguna artificial de Crystal Lagoons en Australia.

La tecnología ha revolucionado muchos sectores, entre ellos el de la construcción, y erigir playas paradisiacas allá donde la orografía del paisaje o la falta de mar no lo permite ha dejado de ser una quimera o una misión imposible.

La chilena Crystal Lagoons, multinacional de innovación, está revolucionando el mercado mundial inmobiliario, urbano, público e industrial con una novedosa tecnología propia y patentada en 190 países que permite la construcción de playas y lagunas artificiales en cualquier tipo de paisaje, ya sean desiertos, el centro de grandes ciudades o montañas.

El primer proyecto en España, Alcazaba Lagoons, se construye en Málaga y estará operativo antes de junio

En realidad, “esta tecnología es también un concepto -el de llevar la vida idílica asociada a la playa a cualquier lugar del mundo-, que permite la construcción y mantenimiento de cuerpos de gran cantidad de agua en estado cristalino de tamaños ilimitados a bajo coste”, explica Sebastián Pillado, director general para Europa de la compañía. Y añade que Crystal Lagoons es “la única firma en el mundo capaz de desarrollarlo”.

En la actualidad, la multinacional tiene más de 600 proyectos en más de 60 países, en diferentes etapas de desarrollo, entre ellos en España.

Sostenibles y respetuosos con el medio ambiente

La tecnología aplicada es sostenible, ya que “permite que recursos limitados como la energía y el agua sean usados de forma eficiente y puedan utilizar cualquier tipo de agua: salada, dulce o salobre”, explica el directivo.

Vista del proyecto español Alcazaba Lagoon
Vista del proyecto español Alcazaba Lagoon

También cuida al medio ambiente, “debido a que en todos los proyectos se valora que el terreno donde se vaya a construir la laguna; es lo que llamamos tierra muerta, no tiene otros usos alternativos”. Este tipo de grandes lagunas artificiales usan hasta 100 veces menos químicos que los sistemas de piscinas tradicionales y consumen hasta un 2% de la energía requerida por sistemas de filtración convencionales.

Todas son aptas para el baño y la práctica de deportes náuticos como la natación, el kayaking, el paddle-boarding y la navegación, en un ambiente entretenido y seguro.

Nunca se vacían y “se tratan como un auténtico fondo marino. El sistema permite medir automáticamente la limpieza del agua”, añade Pillado. Todas las lagunas de Crystal Lagoons son monitoreadas y operadas de forma remota desde una ubicación centralizada, asegurando así una calidad de agua óptima y un ambiente sostenible.

Primer proyecto en España

Su primer proyecto en España y en Europa se realizará en la Costa del Sol, uno de los principales destinos turísticos del mundo. En concreto, será el municipio de Casares, cerca de Estepona y Marbella donde se construya Alcazaba Lagoon, impulsado por el también grupo inmobiliario Osim.

La inversión total del proyecto con la laguna cristalina de 1,4 hectáreas asciende a 121 millones de euros

La inversión total asociada de todo el proyecto inmobiliario que integrará una laguna cristalina de 1,4 hectáreas, es de 121 millones de euros. La nueva laguna, estratégicamente ubicada a unos 6 km del mar, será apta para la práctica de deportes náuticos sin motor como vela, piragüismo o surf y estará operativa en el primer semestre de 2017, dentro de un complejo que contará con 450 apartamentos en total y una playa privada.

Fuera de nuestras fronteras, Crystal Lagoons tiene proyectos en marcha en países como India, Australia, Estados Unidos, Canadá y Latinoamérica. Entre los complejos en marcha destacan el de las montañas Sokhna en Egipto, que albergarán el primer proyecto en una zona rocosa y contará con seis lagunas en un área de cuatro hectáreas.

En Egipto está también la laguna cristalina más grande construida por el hombre, con 12,5 hectáreas, en Sharm El Sheikh, en pleno desierto. Este proyecto fue posible gracias a la utilización de aguas salinas de napas subterráneas que no tenían uso alternativo.

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