La rentabilidad de la compra de Mead dependerá de China
El ahorro de costes solo justifica la mitad de la prima de la oferta de Reckitt por el fabricante de fórmula
El éxito de la compra del fabricante de leche de fórmula estadounidense Mead Johnson por el grupo británico de bienes de consumo Reckitt Benckiser, por 16.000 millones de euros, dependerá de las ventas en China. Reckitt. dueño de marcas como Finish, Durex o Calgon, pretende pagar 90 dólares por acción, pero los ahorros de costes solo justifican la mitad de la prima.
Reckitt, valorado en 60.000 millones de euros, reveló el viernes su acuerdo, que espera que en tres años genere unos 235 millones en ahorro anual de costes, gracias a la fusión de las oficinas secundarias y a una negociación más dura con los proveedores.
La relajación de la política del hijo único y la entrada al mundo laboral de las mujeres son buenos presagios, pero es un mercado muy fragmentado
Con un impuesto del 25%, esos ahorros valen unos 1.800 millones en dinero corriente: la mitad del valor de la prima del acuerdo (del 30%). Si a eso se le añaden los ingresos previstos por Mead para 2020, el rendimiento de la inversión de Reckitt está en el 5%, menor que el coste de capital del 7% típico de un gran grupo de su sector. La compañía dice que la compra superará su coste de capital dentro de cinco años. Eso dependerá de que aumenten las ventas en el mercado global de la nutrición infantil, que mueve 43.000 millones de euros.
La perspectiva es buena. Los niños chinos serán responsables de la mitad del crecimiento mundial de las ventas de leche en los próximos cinco años, según Euromonitor. La decisión de China de relajar su política del hijo único y la entrada al mercado laboral de las mujeres deberían ser buenos presagios, pero el chino es un mercado muy fragmentado, con unas 2.000 marcas de alimentos para bebés, muchas de las cuales están reduciendo agresivamente los precios. Varios escándalos de seguridad alimentaria han hecho que la clase media desconfíe. Las medidas severas del Gobierno contra la importación extraoficial de fórmula a través de Hong Kong dañó las ventas de Mead en Asia en 2016.
La compañía de EE UU está luchando por adaptarse a las nuevas regulaciones, que impulsan las ventas online. Reckitt obtiene casi un tercio de sus ingresos en China por esta vía, así que debería ayudar. Los objetivos financieros de Reckitt dependen de ello.