La reforma de la 'ley Dodd-Frank' no gustará a nadie
Para hacer grandes cambios en la regulación bancaria Trump necesita a los demócratas
Los banqueros de EE UU están de repente llenos de esperanza. Cuentan con que Donald Trump revertirá la ley Dodd-Frank de 2010, promulgada para evitar una repetición de la crisis de 2008. Sin embargo, la orden ejecutiva del presidente que pide una revisión, firmada el viernes, es poco concreta.
Trump se queja de que sus amigos no pueden pedir dinero prestado debido a la excesiva regulación. Gary Cohn, ex Goldman Sachs y ahora consejero de Trump, apoyó la medida. Wall Street recibió un impulso, y las acciones de Goldman subieron un 5% el viernes. Los inversores están salivando por los 122.000 millones de euros más de capital sobre el mínimo requerido que los seis mayores bancos de EE UU consiguieron en 2016. Ese exceso podría, teóricamente, ser devuelto a los accionistas, o utilizado para respaldar préstamos.
El republicano Jeb Hensarling lidera una iniciativa aparte para anular la ley de 2010, pero su proyecto plantea problemas para las entidades
Sin embargo, la directiva solo pide al secretario del Tesoro que trabaje con las agencias reguladoras para revisar las normas y garantizar que promuevan ciertos principios, como fomentar el crecimiento económico. Se supone que el secretario preparará un informe en los próximos 120 días, aunque el candidato al puesto Steve Mnuchin aún no ha sido aprobado por el Senado.
Y solo el Congreso, que aprobó Dodd-Frank, puede hacer grandes cambios. La mayoría de los ajustes necesitarán el respaldo de 60 senadores, y a los republicanos les faltan ocho. Los demócratas se están movilizando: el lunes, la líder del grupo en la Cámara Nancy Pelosi acusó a Trump de “poner a Wall Street por delante (Wall Street first)”.
El presidente de la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara, el republicano Jeb Hensarling, lidera una iniciativa aparte para anular la ley de 2010, pero su proyecto plantea problemas para los bancos. Su plan les ahorraría muchas reglas Dodd-Frank, pero solo si mantienen al menos una ratio capital/activos del 10%, más alta que ahora. Las entidades más grandes también están limitadas por los tests de estrés de la Reserva Federal, que limitan la cantidad de dinero que los bancos pueden pagar en forma de dividendos o recompras.
La reescritura de Dodd-Frank probablemente será compleja. La Regla Volcker, que limita las operaciones por cuenta propia, podría ser suavizada o abandonada y los bancos regionales y más pequeños podrían quedar exentos de algunas de las regulaciones. Tanto los bancos como sus críticos pueden terminar decepcionados.