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Proceso judicial

Artur Mas asume la responsabilidad “de todo” el 9N

La Fiscalía pide diez años de inhabilitación para Mas y nueve para Ortega y Rigau

El ex presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, se ha negado este lunes a contestar las preguntas de la Fiscalía y de la acusación popular en su declaración como investigado en el juicio por supuesta desobediencia y prevaricación en la organización de la consulta sobre la independencia del 9 de noviembre de 2014.

A preguntas de su abogado, Xavier Melero, el ex presidente de Catalula ha señalado que fue suya “la iniciativa política” de la consulta y que es el responsable de todo.

En la última pregunta, sobre si también fue el responsable de abrir los institutos donde se celebraron las votaciones, Mas ha afirmado que es “el máximo responsable de la idea del proceso de participación” y de sustituir una consulta sobre la independencia suspendida por el TC por un proceso participativo en que participaron 2,4 millones de personas.

Tras concluir su respuesta, el presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, ha intervenido para puntualizar que no había respondido a la pregunta concreta, a lo que Mas ha contestado de forma taxativa: “He dicho que era responsable de todo; si digo de todo, de esto también”.

La Generalitat había acatado la suspensión del TC de la primera consulta sobre la independencia y cambió de plan organizando lo que denominó un proceso participativo, que también fue suspendido, pero en este caso el Govern no lo desconvocó, dejándolo supuestamente en manos de voluntarios.

“Quiero dejar claro que las directrices venían de la Presidencia de la Generalitat y de mí mismo. Los otros miembros del Govern siguieron estas directrices. Eso afecta a Joana Ortega, Irene Rigau y Francesc Homs”, también acusados en la causa, aunque el caso de Homs lo investiga el Tribunal Supremo (TS).

Mas ha recordado que la iniciativa de impulsar el 9N tenía “unas raíces profundas claras, y estrictamente democráticas”, y ha hecho un repaso a los acontecimientos políticos desde que avanzó las elecciones en noviembre de 2012 y que se tradujeron en dos tercios de los diputados del Parlament partidarios del derecho a decidir.

“Queríamos canalizar bien desde el punto de vista institucional un clamor popular”, según el que era presidente, y ha añadido que después de la primera suspensión del TC los dejaron solos, sin mencionar explícitamente a qué formación se refería.

Mas ha puntualizado que desde un principio se dijo que la consulta no iba a ser vinculante ni tener consecuencias jurídicas, por lo que después se convocaron unas elecciones autonómicas para saber la posición de los catalanes, lo que supuso en el Parlament “una mayoría a favor de la independencia de Cataluña”.

Respecto a las valoraciones de la consulta, ha resaltado que la junta de fiscales de Cataluña consideró que no había indicios de delito y que el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, declaró públicamente el 8 de noviembre que lo que se iba a celebrar al día siguiente no era un referéndum ni nada que se le pareciese y no tenía ningún efecto.

Por eso, el abogado de Mas insistió en pedir que Rajoy y el ministro de Justicia declaren en este juicio y que se sume a la causa este informe de los fiscales catalanes, pero el tribunal ha rechazado esta pretensión después de oponerse también la Fiscalía.

Ante la suspensión del TC, Mas ha explicado que tuvo que contraponer “dos deberes”: escuchar la petición de la ciudadanía y de un proceso que estaba en marcha, y atender una resolución del TC.

“El otro deber era un deber mayor por el mandato parlamentario y el llamamiento de la ciudadanía”, según Mas.

“Entendí que, ante la imposibilidad de suspender, de la indefinición de la suspensión del TC y ante lo que pasaba en el país, mi deber era que esa jornada se pudiera celebrar en condiciones de normalidad democráticas”, ha subrayado.

Poco antes, el presidente catalán, Carles Puigdemont, los consellers del Govern y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, han acompañado a pie por las calles de Barcelona a  Artur Mas y a las exconselleras Joan Ortega e Irene Rigau hasta el Tribunal de Justicia de Catalunya (TSJC).

El TSJC juzgará a partir de las 9 horas a Mas y a las exconselleras Joana Ortega e Irene Rigau por los delitos de desobediencia grave y prevaricación al mantener la consulta independentista del 9N, pese a que el Tribunal Constitucional la había suspendido cinco días antes.

La Fiscalía pide diez años de inhabilitación para Mas -y nueve para Ortega y Rigau-, una pena que la acusación popular ejercida por los sindicatos policiales SPP y UFP y Manos Limpias eleva a 12 años y que, en ambos casos, impediría a los procesados ejercer cualquier cargo público durante el tiempo de condena.

En un gesto de apoyo del Govern de Junts pel Sí (PDeCAT y ERC) y tras una declaración institucional de Puigdemont en el Palau de la Generalitat, el president, los consellers y la presidenta del Parlamento catalán han arropado a Mas, Ortega y Rigau en un paseo a pie desde la plaza de Sant Jaume hasta la avenida de Lluís Companys, donde se ubica el Palacio de Justicia, un recorrido que han hecho lentamente entre aplausos de los manifestantes.

A la salida del Palau de la Generalitat, sobre las 8:20 horas, han sido ovacionados por varios centenares de personas, que coreaban “independencia”.

En una zona reservada en la plaza de Sant Jaume se han situado a unos 50 dirigentes de partidos soberanistas (PDeCAT, ERC, CUP y Catalunya Sí que es Pot), como Joan Tardà, Gabriel Rufián, Lluís Rabell, Joan Josep Nuet, Anna Simó, Joan Rigol, David Fernández, Lluc Salellas, Joan Giner, Xavier Trias, Lluís Llach, Joan Coma y David Bonvehí.

Estos dirigentes se han sumado a la comitiva, en un paseo que prevé llegar a las 9 horas al Palacio de Justicia, donde miles de personas esperan para expresar su apoyo a Mas y las exconselleras antes de entrar al TSJC para ser juzgados por el 9N.

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