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Las abultadas e impresentables comisiones sobre las carteras gestionadas

Los bancos son necesarios, pero no se están cubriendo de gloria en los últimos años. Después de conceder créditos como el "Cayenne" y fomentar la burbuja inmobiliaria y de consumo, en el actual entorno de tipos de interés mínimos muchos son incapaces de ofrecer al que intenta ahorrar un servicio de calidad. España tenía más sucursales bancarias que cualquier país del mundo. La consolidación del sector financiero (teníamos más de 40 cajas de ahorro antes de la crisis) y la obligada reducción de costes debido a los balances lastrados de deudas están provocando situaciones surrealistas. Muchos bancos y cajas reducen su personal en las oficinas a la mínima expresión, lo que produce esperas interminables y colas de clientes. Sí saben promover nuevamente el crédito al consumo innecesario vendiendo todo tipo de productos (coches, televisores, bicicletas, etc..) a interés 0 y a plazos. Los que se lo puedan permitir que compren dichos productos. Pero hay que frenar el crédito al consumo innecesario. De lo contrario, la siguiente crisis está servida. Pero además hay bancos y cajas que cobran comisiones extraordinariamente altas por gestionar fondos de inversión. Cantidades de hasta 500 euros por semestre. Han cambiado el nombre a los fondos de inversión, y ahora les llaman carteras gestionadas. Cómo es imposible leerse toda la letra pequeña cuando se contrata un producto, la necesaria buena fe de los gestores debería obligarles a explicar dichas comisiones astronómicas. De forma similar, de ahora en adelante las personas que contraten una hipoteca tendrán que firmar que han leído toda la letra pequeña. El problema es que si tuviéramos que leernos la letra pequeña de cada producto que compramos, poco más podríamos hacer durante la jornada. Por ello hay que concienciar a los consumidores a que reivindiquen sus derechos. Y sino está la competencia.

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