Inquietud en la banca ante una liberalización del sector en EEUU
Los expertos achacan a Trump el retraso de la nueva regulación de Basilea III
Nueva fuente de inquietud para el sector financiero. La decisión de Donald Trump de estudiar una desregularización del sistema bancario ha provocado la paralización de los planes de Basilea III para concluir la regulación financiera internacional, explican varias fuentes. La banca europea, y sobre todo la española, teme que esta medida, de mantenerse, provoque una nueva burbuja del crédito en EE UU que pueda salpicar a Europa, además de un incremento de la competencia.
Hay diversidad de opiniones si se habla con un banco de origen francés, alemán, estadounidense o español. Pero para todas las entidades europeas la decisión del presidente del gigante americano, Donald Trump, de paralizar la aún sin cerrar regulación financiera de Basilea III hasta estudiar otras alternativas que se inclinan por una desregulación de la banca comienzan a inquietar al sector en Europa, y entre ellos, a los principales bancos españoles.
El Comité de Basilea decidió suspender a principios de enero las reuniones para rematar los trabajos relacionados con Basilea III –un conjunto de propuestas de reforma de la regulación bancaria internacional, publicadas a partir del 16 de diciembre de 2010–. _No era la primera vez que se retrasaba este cierre, previsto inicialmente para diciembre, y más tarde para enero, ante las trabas puestas por Francia y Alemania, principalmente, que querían una regulación bancaria ligeramente más laxa en cuanto a exigencias de capital.
Una relajación positiva para Bankinter
Bankinter asegura en un informe que el retraso en la aprobación de Basilea puede deberse a que el nuevo secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, criticó los efectos provocados por la Ley Dodd-Frank. En su opinión resulta demasiado complicada y es el origen de toda la regulación más estricta que sobre los bancos ha venido aplicando Basilea. Bankinter, sin embargo, ve positiva la iniciativa de EE UU porque “una relajación de las exigencias regulatorias para la banca en EE UU podría ser un indicativo de una menor presión regulatoria en el resto del mundo”.
Pero ha sido la decisión de Trump más favorable a derogar la ley Dodd-Frank –que promueve la estabilidad financiera en Estados Unidos a través de medidas que proporcionen transparencia y estabilidad en el sistema financiero–, aprobada por el anterior presidente Barack Obama, la que puede dar la puntilla a Basilea III, según afirman varias fuentes financieras consultadas y conocedoras de los planes del nuevo mandatario americano.
Fuentes financieras estadounidenses aseguran que, de momento, la idea que está transmitiendo Trump es que la economía crezca, para lo que su proyecto pasa por bajar impuestos y que los bancos aumenten la concesión de créditos, lo que conjuga con el análisis de desregularizar el sector financiero. Esta liberalización bancaria llevaría aparejado unas menores exigencias de capital, insisten las mismas fuentes.
Varios expertos que prefieren no facilitar su nombre mantienen que si finalmente Trump confirma sus planes de liberalizar el sector financiero podría volver a crearse una burbuja crediticia que salpicaría a Europa.
Además, expertos y fuentes bancarias españolas aseguran que si los bancos de Estados Unidos no aplicasen los criterios de solvencia de Basilea III (que entraría en vigor en 2019) supondría romper unas reglas de competencia para el sector, que ha ido de la mano tanto en Europa como en Estados Unidos en cuanto a sus refuerzos de capital, más desde que estalló en 2007 la crisis financiera.
“Los bancos europeos estaríamos en desventaja para competir en Estados Unidos o en otros países en algunos negocios importantes para nuestras cuentas de resultados si se opta por mantener en Europa unas exigencias más estrictas que las estadounidenses”, mantiene el director general de una conocida entidad financiera. Aunque matiza que la banca española es ahora la gran defensora de cerrar la regulación de Basilea III, y recuerda que los bancos alemanes y franceses son más proclives a relajar la norma, pero “al final siempre irían de la mano de Europa tras obtener algunas concesiones”.
Otras fuentes, sin embargo, aseguran que en ningún momento se aprobaría Basilea III sin Estados Unidos, “ya que las reglas de juego son para todos, más desde la crisis financiera mundial de 2007”. Y recuerdan que en las próximas semanas los número dos de regulación del Comité de Basilea se reunirán para abordar otra vez la necesidad de llegar a un acuerdo en la regulación de las necesidades de capital del sector financiero, aunque no se haya fijado una nueva fecha para su aprobación. También recuerdan que el Ministro de Economía, Luis de Guindos, ya ha defendido que en Basilea III debe alcanzarse un acuerdo “global”, dado que la banca es un sector mundial.