Antonio Peris: “Hay que acostumbrarse a precios más estacionales”
El actual director general de negocios regulados de Gas Natural Fenosa y presidente de la asociación del sector, subraya que los precios del gas responde a las leyes del mercado.
En plena escalada de los precios del mercado mayorista de la electricidad, el presidente de Sedigas subraya que los del gas natural se fijan en los mercados internacionales; están ligados a la oferta y la demanda y serán cada vez más estacionales. Antonio Peris (Barcelona, 1956) recuerda que el hub de gas es “secundario” y no un mercado de referencia.
Pregunta. ¿Qué opina de las medidas del Ministerio de Energía para dar más liquidez al hub de gas?
Respuesta. Es difícil contestar a esa pregunta. Para entender el mercado secundario del gas hay que explicar que el 99% del que se consume en España procede de importaciones. Al no ser un país productor, su precio viene marcado por el mercado internacional y por la relación entre oferta y demanda.
P. ¿Resolverán estas medidas el problema de los precios eléctricos?
R. Desconocemos los datos en que se apoya el ministerio, pero reitero que los precios se fijan según distintos factores.
P. ¿Cree oportunista plantear la mejora del hub en plena escalada de los precios eléctricos?
R. Esa es una decisión que depende del ministerio. Nosotros no somos los responsables de fijar el modelo.
P. ¿Está funcionando bien el nuevo mercado secundario de gas?
R. Como bien dice, es un mercado secundario con un peso limitado. Son operaciones diarias y el precio se fija en contratos a largo plazo. Es más un mercado de ajuste, por el tamaño que tiene, que de referencia. Lo que está pasando, y hay que acostumbrarse, es que los entornos son menos regulados y precios más estacionales.
P. La referencia del crudo en el gas es cada vez menor.
R. Los contratos vigentes siguen referenciados mayormente al petróleo, pero los nuevos, los de gas natural licuado (GNL), se están desvinculando. Con más GNL, la oferta está ligada a la liquidez del transporte en barco. Antes era más lineal, producción-tubo-consumo, y los precios se vinculaban a los que sustituían [los del petróleo], pues el productor solo podía mandar gas por el tubo.
P. ¿Por qué ha subido tanto el gas?
R. No ha subido tanto como se dice. Desde 2014 viene bajando el 3%, estamos por debajo de ese año. El gas está sometido a un esquema de oferta y demanda: sube en invierno y baja en verano.
P. Pero el pasado invierno no estuvieron tan altos como ahora.
R. Cuando comparas estaciones, la evolución depende de la economía mundial. Si, como ahora, hay países con nucleares paradas, como Francia, o con más consumo, como China, la demanda global aumenta, la oferta es la misma y los precios suben. En España la demanda creció un 2% en 2016.
P. El grado de utilización de los ciclos combinados sigue muy baja.
R. El año pasado, entre el 10% y el 12%. Estos días sin viento, en que funcionan para cubrir la demanda, estarán por encima de ese nivel. Hay una coyuntura que va a durar cuatro meses o medio año, por la indisponibilidad de las nucleares francesas.
P. ¿Es grave el déficit de tarifa del gas?
R. No pasa nada que no se previera en la reforma de hace un par de años. Como ya se conocían las necesidades de infraestructuras, el déficit iría bajando hasta lograr el equilibrio. Creemos que será menor que lo que se ha publicado, pero en línea con el que figura en los peajes [unos 100 millones].
P. ¿Podrá competir el coche a gas con el eléctrico?
R. El vehículo a gas tiene margen en el transporte urbano e interurbano, porque la tecnología sigue siendo el motor de combustión y el gas es una oportunidad clara contra la contaminación en las grandes ciudades: si se usa el gas bajan sensiblemente las emisiones de óxidos. Madrid, donde la mitad de la flota pública [700 vehículos] va con gas, cuenta con la estación de carga de autobuses más grande de Europa, la de Sanchinarro, y cuenta con ocho puntos de recarga. Trabajamos ahora en un proyecto de 140 estaciones con conexiones con Francia y Portugal, dentro de los planes de combustibles alternativos de la UE. El uso de GNL también tiene futuro en transporte de mercancías por carretera, trenes y buques.
P. ¿Se ha diluido ya el efecto Fukushima que hizo aumentar la demanda de gas en Japón?
R. El parque nuclear sigue como tecnología vigente en Japón, han entrado varios reactores y la demanda de gas se ha reducido. Además, ha entrado más gas en el mercado: se han puesto en marcha nuevos trenes de licuefacción que no estaban disponibles hace dos o tres años y EE UUha empezado a vender barcos con su GNL. Este país sigue con su producción y ya ha llegado a Europa el primer cargamento de gas americano.
P. El gran consumidor de gas en España es la industria. ¿Cómo ve su situación, en especial la cogeneración?
R. Esta es una de las grandes afectadas por la reforma eléctrica, pero estamos viendo una recuperación: en el consumo y en las peticiones de reconexión. Hay cogeneraciones que usan combustibles líquidos y creemos que pasarlas a gas tiene todo el sentido del mundo. Pero necesitan predecibilidad. Para los purines, la reforma fue también dramática, cerraron todas las plantas. Se defendieron en los tribunales y si les dieron la razón es que la tenían. Ahora hay planes para reabrirlas.
"El bono social para el gas no es una fórmula adecuada"
P. El Gobierno va a tomar medidas contra la pobreza eléctrica. ¿No serían necesarias también para el gas?
R. Este es un tema socialmente delicado. Hablamos de una situación de vulnerabilidad que no es solo energética. Las empresas de Sedigas hemos firmado protocolos con entidades locales y gestionamos esa vulnerabilidad según esos protocolos.
P. Se refiere a los cortes de suministro pero, ¿cómo verían un bono social del gas?
R. La electricidad llega a la totalidad de las viviendas y el bono es para todos. Pero esta fórmula no es la más adecuada para un producto que no afecta al 100%. El gas solo se suministra a un tercio de la población y tiene alternativas que pueden ser más económicas: quien no puede hacer frente al gas puede optar por una energía más barata. La situación es distinta a la electricidad, competimos con otras energías: la electricidad, la leña, el carbón, el butano.
P¿De verdad cree que el butano es una opción, como dice el ministro Álvaro Nadal?
R. Es la fórmula que ha encontrado España para dotar una solución. Además, en Europa, los bonos sociales no los pagan las compañías, sino los Presupuestos del Estado. Tenga en cuenta que una parte importante de la actividad de las empresas está regulada, ya te dicen lo que tienes que cobrar y no puedes ir al proveedor a que te haga una rebaja.
P. Los pagos por capacidad o incentivos que reciben los ciclos combinados están siendo investigados por la UE.
R. Los ciclos combinados han demostrado con creces no solo su importancia, sino su criticidad. Cuando se les ha necesitado han estado a disposición, han arrancado y no ha habido ningún tipo de problema. La situación es que su esquema de ingresos se ha visto afectado, hay que buscar una solución. El propio operador del sistema los defiende como garantía del suministro. En la agenda europea, el gas tiene un papel relevante: reduce emisiones y no contamina.