El espectáculo Trump.
La primera rueda de prensa (canceló la prevista en diciembre) de Donald Trump tras ser proclamado presidente electo fue el centro de interés del día de ayer. No defraudó y fue fiel a su estilo. La principal victima volvió a ser el peso mexicano que nuevamente se depreció (alcanzó un nuevo mínimo histórico en los 22,5 MXN/USD) tras las constantes referencias al país en las declaraciones a los periodistas ("México pagará por el muro" y el logro de mantener en EE.UU. la inversión de Carrier, que pensaba trasladarse a Monte Leon en México).
Pero hubo ración para todo: sobre los hackeos ("... creo que fue Rusia"), su relación con Rusia ("... gustarle a Putin es un punto a mi favor, no un problema") sobre su conflicto de intereses ("Si mis hijos lo hacen mal con mis negocios, les diré «Estáis despedidos»"), sobre la economía ("Voy a ser el mayor productor de empleos que Dios ha creado nunca") sobre el Obamacare ("... es un desastre total".), sobre el comercio internacional ("Fabrica en EEUU o paga un gran arancel en la frontera"). Tras todo ello, su relación con la prensa no ha mejorado (a un periodista de la CNN: "Tú no preguntas. Creas noticias falsas. Tu organización es terrible").
No contentos con una campaña electoral desastrosa, esperpéntica y llena de malas prácticas, le hemos añadido ahora, en un breve periodo de tiempo, una transición de poderes perversa, absurda y con acusaciones graves entre ambos contendientes. Ayer pudimos comprobar que el famoso plan de Trump es humo, ya que no es más que un conjunto de medidas inconexas y mucha «palabrería» al gusto de un electorado harto de un modelo que le perjudica y que además no ha sabido/podido cambiar. A propósito de esto último, el discurso de despedida de Obama es toda una fantasia de igual calibre al de la rueda de prensa de Trump.
El inicio de esta nueva etapa no podía ser peor: un discurso de despedida y rueda de prensa del presidente electo, plagado de fantasias varias, alucinaciones sobre los logros de cada uno, y planes que bien podrían firmar cualquier protagonista de una película de Wall Disney o el mismísimo MacGyver. Por cierto Patty y Selma Bouvier, odiadas cuñadas de Homer Simpson, son muy fans de MacGyver. No me extrañaría que hubieran votado por cualquiera de ellos. De hecho, no sabría decirles realmente a quien votaron, si es que lo hicieron, en las últimas elecciones americanas.
Volver al pasado glorioso va a ser más crudo y hace falta algo más que medidas impactantes, curiosas y fe ciega en el éxito político de un "exitoso" empresario. Aún así, con todo esto es con lo que se ha construido el «Trump rally».
No crean que todo esto es solo culpa de Trump, su electorado o cualquier confabulación internacional liderada por Putin desde una oscura habitación del Kremlin. Algunos "tontos ilustres" con mirarse al espejo tendrán suficiente. Y con ello, no me refiero solamente a Meryl Streep. No estoy de acuerdo con Trump de que es una actriz sobrevalorada. Más bien todo lo contrario. Pero si que esta sobrevalorado el papel de los actores (y de paso, diré que de los economistas, los periodistas,...) como intelectuales.
El resultado de todo ello: Donald Trump.