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Gestión

Por qué gusta el liderazgo de Carlo Ancelotti

El exentrenador del Madrid deja huella por su método de trabajo sereno y tranquilo

EFE
Paz Álvarez

Siempre había pensado que Carlo tenía cara de tipo duro, parece una hombre severo en todas las fotos suyas, así que cuando lo conocí mi sorpresa fue mayúscula, porque no esperaba que fuese tan buena persona”. Fue la primera impresión que tuvo Cristiano Ronaldo sobre el que fuera su entrenador en el Real Madrid, Carlo Ancelotti (Reggiolo, Italia, 1959). A medida que lo fue conociendo su admiración fue creciendo. Y si algo destaca por encima de cualquier otra cualidad es la modestia que le acompaña. “Trata a todos por igual, nunca desprecia a nadie por no estar a su nivel, y siempre escucha”, señala el galáctico, que también alaba la capacidad del actual entrenador del Bayern de Múnich para obtener lo mejor del equipo y ganar partidos y trofeos.

No es casual que con él lo ganáramos casi todo”. Ronaldo se refiere a la Copa del Rey arrebatada al FC Barcelona, y a la Copa de Europa, ganada al Atlético de Madrid, la quinta en su carrera y la tercera como entrenador, obtenidas en la temporada 2013-2104. El siguiente año sumó otro título con el Real Madrid al ganar la Supercopa de Europa, pero tras caer en semifinales de la Liga de Campeones frente a la Juventus de Turín, ser eliminado por los rojiblancos en octavos de final de la Copa del Rey y perder todas las opciones para ganar la Liga, Florentino Pérez le despidió. En diciembre de 2015 fichó por el Bayern de Múnich, y en agosto del año pasado consiguió la Supercopa de Alemania. “Tiene el plan y la estrategia. Si no haces las cosas como debes hacerlas, no ganarás nada. Mientras escuchaba a los jugadores, hacía lo que creía que era lo mejor”, recuerda el dorsal número siete del Real Madrid.

Las tareas de un jefe

Para Carlo Ancelotti, un jefe debe gestionar las expectativas de arriba para proteger de las quejas presidenciales a los de abajo. Tampoco hay que temer delegar funciones, porque nadie es suficientemente bueno para hacerlo todo. Es importante no caer en favoritismos: el negocio es el negocio.

Para ganar, y en definitiva para mantener contentos al propietario o al equipo directivo, es necesario nutrir y cultivar las mejores relaciones posibles con el equipo.

Lo hace en el libro Liderazgo tranquilo, (Ediciones Urano) donde el míster italiano reflexiona sobre su experiencia en el fútbol, así como en las ideas que reflejan su filosofía sobre lo que hace falta para ser un líder. Porque, según Ancelotti, hay “similitudes entre líderes en todos los campos, en el fútbol o en el mundo empresarial”. Y advierte que el método tranquilo no significa en absoluto que sea un método blando, quizás incluso débil. “La clase de tranquilidad de la que hablo es una fuerza. Hay poder y autoridad en ser tranquilo y mesurado, en dar confianza y en tomar decisiones fríamente, en utilizar la influencia y la persuasión, y en ser profesional en nuestros enfoque”, afirma el protagonista de la obra, quién se pregunta si Vito Corleone en El padrino es un hombre débil y tranquilo, o es un hombre poderoso y sereno que domina la situación.

“Mi enfoque se basa en la idea de que un líder no debería tener ninguna necesidad de discursear, despotricar ni mandar con mano de hierro, sino que su poder debería sobreentenderse”, añade. Es algo que aprendió de su padre, Giuseppe, y en el fútbol cuando fue capitán de la Roma y prosiguió al fichar por el Milan, donde los jugadores le miraban como a uno de los líderes en el vestuario.

El secreto no es otro que las relaciones, que son las que forman los cimientos de su trabajo como entrenador. “Sin jugadores no hay juego, al igual que sin personas y sin un producto no hay transacción”. Porque lo más alentador y el eje de su trabajo es trabajar con los deportistas, “cuidarlos y ayudarles a desarrollarse y a madurar, crear confianza y lealtad, compartir los éxitos y recuperarnos juntos de las decepciones”.

La táctica de Ancelotti en el vestuario, reconoce David Beckham, que jugó a sus órdenes en el Milan y en el París Saint-Germain, es “invitar a la calma”, ya que cree que “los jugadores deben motivarse por sí mismos”. Lo compara con otros directivos que gritan y se enfadan para expresar su autoridad, pero él, además de cargar con toda la responsabilidad, “tiene ya esa autoridad, porque se le respeta mucho. La serenidad que inspira y ayuda a todos los jugadores a estar tranquilos, los incita a jugar para él y esa es una de sus grandes fortalezas”, asegura el exjugador británico.

Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

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