Un año de retos para el sector inmobiliario
El mercado debe consolidar la recuperación y evitar los errores del pasado
Tras la debacle sufrida durante los largos años de la crisis, los datos apuntan a que 2017 puede convertirse en el año de la recuperación nítida del sector inmobiliario en España. El precio de la vivienda nueva cerró 2016 con un incremento del 3,3%, en lo que constituye la segunda subida anual consecutiva. Las cifras, hechas públicas por la Sociedad de Tasación, revelan que el segundo semestre del año pasado registró un alza del 1,9% en los precios, lo que supone que el coste medio de una vivienda en las capitales de provincia españolas se sitúa actualmente en 2.120 euros por metro cuadrado. Ello se traduce en que un inmueble tipo, de 90 metros cuadrados, ronda ya los 190.800 euros en el mercado. En ese ritmo –todavía moderado– de alza de precios, las capitales de provincia siguen ejerciendo un efecto tirón en todo el territorio nacional, con Barcelona y Madrid a la cabeza, y con diferencias significativas entre unas y otras comunidades autónomas.
La evolución del crecimiento en los precios puede verse reforzada durante 2017 por la confluencia de un conjunto heterogéneo de factores. Por un lado, la economía española afronta este nuevo ejercicio con unas previsiones positivas, que impulsarán el consumo y la capacidad de endeudamiento de las familias, ayudadas por un euríbor que despidió 2016 en mínimos y que podría tocar fondo en este ejercicio. Por otro, los datos revelan ya un incremento apreciable en el número de operaciones inmobiliarias, una reactivación de la venta sobre plano y una mayor fluidez en el crédito. A ello hay que sumar el efecto transformador que previsiblemente están llamados a ejercer instrumentos de inversión inmobiliaria como las socimi, cuyo peso ha aumentado en el conjunto del mercado y que tienen como principales ventajas tanto la profesionalización como la transparencia.
Frente a esos estímulos, hay escollos que pueden moderar el ritmo de recuperación. La política monetaria expansiva del BCE ha estrechado considerablemente los márgenes de un sector bancario golpeado recientemente por la decisión de la justicia europea de obligar a devolver, sin límite temporal, todo lo cobrado por las cláusulas suelo opacas en las hipotecas. Las consecuencias de ambos factores se harán notar en la oferta hipotecaria, que ya ha comenzado a encarecerse ligeramente en estos últimos meses de 2016, y reforzarán aún más la apuesta de la banca por las hipotecas a tipo fijo. El reto que afronta el sector inmobiliario es, en cualquier caso, doble: consolidar la recuperación y evitar al tiempo los errores y excesos cometidos en el pasado, cuya abultada factura la economía española todavía no ha terminado de pagar.