La financiación se abre camino
Durante meses, durante años desde que llegó la crisis, todas las encuestas financieras revelaban las dificultades de las empresas españolas de pequeño tamaño para conseguir financiación, tanto en cantidad como en calidad. El porcentaje de compañías que mostraba dificultades para lograr crédito era más elevado que el que tenía el camino expedito, y si se trataba de precio del dinero, las pymes españolas lamentaban que tenían que abonar unas primas muy elevadas frente a las sociedades de otros países. La desconfianza con la que los mercados financieros miraban a España se trasladaba a sus empresas y, salvo raras excepciones de grandes compañías, todas tenían sus líneas de liquidez condicionadas. Ahora, a juzgar por las encuestas que realiza el sistema bancario, los diferenciales de precios han desaparecido y tanto los niveles de exigencia para la concesión de crédito como la entrega de dinero se han suavizado notablemente.
En los diez primeros meses del año, la concesión de crédito a las pymes (préstamos de menos de 250.000 euros) supera ya a la de cuantía superior a un millón, común en sociedades de gran tamaño. La vuelta de la confianza en el negocio y el cambio de estrategia de las entidades han modificado la situación, y cada vez menos empresas se quedan en el proyecto por falta de crédito.