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Superar las frustraciones políticas. Aparentar, ¿la tercera «A»?.

"Háry es un campesino, un soldado veterano que día tras día se sienta en una taberna contando historias de sus hazañas heroicas [...] las historias que salen de su imaginación son una mezcla inextricable de realismo e inocencia, de humor cómico y pathos. […] aunque superficialmente parece ser meramente un fanfarrón, en esencia es un visionario y un poeta. Que sus historias no sean ciertas es irrelevante, pues son el fruto de una imaginación vivaz, buscando crear, para sí mismo y otros, un bello mundo de ensueños[…] Háry János personifica el poder poético del folclore para superar las frustraciones políticas”.

Zoltan Kodaly en el prefacio a la partitura de «Hary Janos»

Suite «Hary Janos» de Zoltán kodály

George Szell (director)

Cleveland Orchestra

El compositor húngaro Zoltán Kodály (1882- 1967), poco conocido fuera de las fronteras de Hungría, es el verdadero descubridor del folklore musical de su país. Aunque mi amadísimo Béla Bartok es reconocido como un importante folclorista, la verdad es que Kodály se interesó en el folclore húngaro mucho antes que el primero lo hiciera. Lo que sí es verdad es que la música de ambos está muy influenciada por los descubrimientos que en el ámbito del folclore realizaron con su trabajo de campo, publicado en libros, folletos y revistas. Otra cosa que le distingue de Bartok es que siempre permaneció en su país incluso tras la invasión nazi y la anexión al telón de acero de Hungría. Con la huida de BArtok a los EE.UU., Kodály se convertirá en la principal figura musical de Hungría. Aunque, para los más aficionados a la música, su obra es moderadamente conocida, fuera de sus país es conocido sobretodo (aparte de por la obra de la que nos hemos centrado) por lo que se acabó llamando «Método Kodály» de educación musical de los niños basado en integrar la misma con pequeños coros infantiles.

Zoltán Kodály - Túrót eszik a cigány

La Suite «Háry János» fue escrita en 1926 y estrenada en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, el 24 de marzo de 1927, por la Orquesta Pablo Casals dirigida por Antal Fleischer. Como toda suite orquestal (a partir del clasicismo) no es más que una colección de piezas de una obra más amplia, generalmente teatral, operística o de ballet. Esta en concreto procede de una ópera cómica (singspiel) de igual título. Háry János fue un personaje real que sirvió en el ejército imperial de Austria cerca de 1800 y a través de él se crea una leyenda de sus “hazañas heroicas” que quedaron escritas en verso en un poema humorístico. Háry, por ejemplo, se jacta de vencer a Napoleón en el campo de batalla y también de solicitar la mano de la hija del emperador y de otra serie de mentiras.

Parece ser que al mentir, se liberan unas sustancias químicas llamadas catecolaminas, que provocan la inflamación de los tejidos internos de la nariz. Es el llamado «efecto Pinocho» ya que todo ello hace aumentar la presión sanguínea y, en consecuencia, se inflama la nariz y parece crecer. Algo parecido ocurre con la excitación sexual. Por ello, los que están mintiendo suelen frotarse la nariz o estornudar, pues intentan calmar con ello el picor que les produce todo ello [1]. La suite comienza precisamente con un inmenso estornudo orquestal al que le sigue una melodía bastante lírica. El fin de ambos elementos es recordarnos que vamos a entrar en un mundo de fantasías y apariencias. Ese es el mundo de Háry János[2] y de muchos más.

El siguiente episodio es «El reloj musical vienes» ya que nuestro personaje curiosamente conoce a la emperatriz María Luisa a la que logra introducir en Rusia a pesar de que los guardas de la frontera se lo impidieron. Fruto de esa aventura nuestro héroe viaja Viena. Le sigue una Canción y el número titulado "Batalla y derrota de Napoleón" (con una cita del himno francés «La Marsellesa») en la que las tropas austriacas vencen a las napoleónicas en el cerco de Milán gracias a la estrategia diseñada por Háry. Es tal el bochorno al lleva a Napoleón que su esposa la emperatriz María Luisa le pide el divorcio para casarse con Háry. Cuando esto último parece irremediable, Örze (la novia de Háry) se despide de él con tristeza. En ese momento, Háry comprende que lo único que su corazón anhela es regresar a su pueblo natal con su fiel Örze. Completa la suite un Intermezzo y una fanfarria que anuncia el final, con la Entrada del emperador y su corte y la marcha de nuestro héroe, acompañado de su prometida, a Hungría.

Aparentar que todo sigue igual, cayéndonos encima cascotes del edificio construido en los últimos 30 años, se está convirtiendo en algo normal. Cuando la ruina nos amenaza es mejor hacer como que no va con nosotros. Si podemos aparentar una gloria, aúnque ella no hubiera existido jamás, es mejor que aceptar la realidad como nos llega.

La polémica esta semana con las «fakes news» (asimilable en este mundo a la de los medios alternativos) y su enfrentamiento con la «real news» (la de los medios del establishment). Los evidente errores en el análisis de las consecuencias tanto del Brexit como del triunfo de Trump (ahora parecen que son la solución a todos los problemas, más que un problema) son algo más que cisnes negros y se acerca más a la negligencia profesional o al intento de engañar para no ver la realidad. Lo mismo puede decirse de la polémica sobre los votos populares versus votos electorales, la intervención de hackers rusos a favor de Trump o la utilización de las redes sociales en la difusión de mentiras. Al fin y al cabo, siempre se alabó el uso que de ellas realizó Obama durante su campaña y toda su presidencia. Todo suena a "batallitas de abuelito". Todo suena a no aceptar el fin. Todo suena a aparentar que todo sigue igual aunque es evidente que no pintamos nada.

El populismo es fruto de una falta de respuesta adecuada, porque no se pudo o no se quiso (o ambas cosas a la vez), dar una solución satisfactoria para todos por parte de quien únicamente pude hacerlo: el establishment. Ahora contar batallitas, aparentar o, en el más sincero de los casos, llorar, no va servir para nada. Al fin y al cabo Háry János es fruto de la decadencia del imperio Austro-Húngaro. Son los amargos frutos del final de una época. El poder poético del folclore para superar las frustraciones políticas

NOTAS:

[1] Parece ser que eso se analizó de manera detallada en los videos del interrogatorio al presidente de Estados Unidos Bill Clinton. Aparentemente se concluyó que mentía cuando afirmaba que no había mantenido relaciones con Mónica Lewinsky, por el gesto de rascarse la nariz en el momento en el que hacia tal afirmación.

[2] El equivalente germano a este personaje es el famosos Barón de Munchaussen. Personaje que, al igual de Háry János, existió en la realidad y entre cuyas hazañas se incluía cabalgar sobre una bala de cañón, viajar a la luna y salir de una ciénaga tirándose de sus propios cabellos.

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