Jorge Paradela: “Hacemos RSC desde antes de que se acuñara el término”
Los fines fundacionales son: talento, emprendimiento, cultura y formación
Tras dos décadas de andadura, la Fundación Cruzcampo ha actualizado su modelo de gobierno con la renovación del patronato, a la vez que se refuerza con un consejo asesor. Al frente de esta nueva etapa está desde el pasado septiembre Jorge Paradela Gutiérrez (Sevilla, 1967), también director de relaciones corporativas de Heineken España, patrono único de la fundación desde el año 2000. Los fines fundacionales se centran en cuatro grandes ejes: talento, emprendimiento, cultura y formación en hostelería.
“La renovación del patronato es la culminación de un ejercicio de reflexión estratégica, que iniciamos hace ya cuatro años, sobre los fines fundacionales y en relación a cómo queremos que sea la fundación en 2020”, señala Jorge Paradela. “Hay una conexión muy clara entre lo que hacemos a través de la fundación y lo que queremos ser como compañía”, remarca.
Hay una conexión muy clara entre lo que hacemos a través de la fundación y lo que queremos ser como compañía"
“En el patronato estamos ahora cuatro miembros del comité ejecutivo de Heineken, para asegurarnos de que tenemos una mayor conexión con la estrategia de la compañía. La directora de marketing [Marta García Alonso] nos asegura que la actividad que hacemos a través de la fundación encaja con la estrategia de comunicación de la compañía y con la estrategia de marketing. Y tener al director comercial de horeca [Erik Larsson Casado] nos asegura que toda la parte que hacemos en formación en hostelería responde a las necesidades de este canal”, concreta el presidente de la Fundación Cruzcampo.
La creación de un consejo asesor viene ligada a los cuatro grandes fines en los que se centra la actividad de la fundación. “El consejo asesor responde a la ambición y la ilusión de contar con un consejo externo en esos campos, que nos aporte una visión externa y fresca, con una perspectiva más allá de lo que podamos aportar los profesionales de la compañía”.
Como ejemplos de cómo se está enfocando la actividad de la fundación, Paradela señala los programas Talentage y Red INNprende. “Talentage está centrado en jóvenes universitarios andaluces de las ocho provincias y de cualquier grado universitario. Lo que hacemos es seleccionar a 40 de ellos para formarlos en los temas que pensamos que son claves hoy para acceder al mercado laboral, que tienen que ver con entorno digital, liderazgo y trabajo en equipo, geopolítica… Y parte de ellos empiezan a trabajar con nosotros y el resto, con otras empresas que se han ido asociando al programa. Estamos a punto de comenzar la cuarta edición”.
“La Red INNprende, de innovación y emprendimiento, es nuestra apuesta por apoyar a emprendedores en sectores donde pensamos que podemos aportar el conocimiento de la compañía, y concretamente, hostelería, turismo y agroalimentación. Ya está en la tercera edición”.
En el ámbito de la cultura, además de reforzar los programas clásicos, “que hay que seguir cuidando”, como el Premio Compás del Cante, cuyo último ganador ha sido José Mercé, se quiere ir incorporando nuevos elementos. Como el patrocinio del Museo Pompidou de Málaga o la iniciativa Cultura Viva, “encaminada a prestar recursos a iniciativas culturales que tengan un enfoque social. Acabamos de cerrar el periodo de solicitudes y se han presentado cerca de 170 proyectos”.
Pero si hay un proyecto representativo de la actividad de la Fundación Cruzcampo ese es el de las escuelas de hostelería, iniciado en 1999. “Siempre digo que nosotros hacemos RSC desde antes de que se acuñara el término. Nuestra formación tiene un carácter eminentemente práctico, es un 80% práctica y un 20% teoría. Es un modelo formativo propio, muy rodado, estamos hablando de 17 años ya de trayectoria. Y tenemos una empleabilidad cercana al 100%”, remarca Paradela. El curso estrella es el de Técnico en Establecimientos de Restauración. “Es un título propio, de un año de duración, que combina teoría, cocina y sala, y que incluye tres meses de prácticas en uno de los 90 restaurantes asociados de manera estable al programa a nivel nacional. Entre los 90 suman un número muy importante de estrellas Michelin”, apunta. “Es el curso estrella porque es el que requiere más compromiso, formar a una persona durante un año”. De este curso salen formadas entre 150 y 170 personas al año. Si se suman el resto de cursos, dirigidos a profesionales, por las escuelas han pasado 12.000 personas desde que se abrieron en 1999.
La sede de la escuela de hostelería de Valencia se ubica en el edificio que se construyó para la Copa América en la marina real, Veles e Vents, donde también hay distintos espacios de restauración y el Amstel Art, dedicado a la cultura contemporánea. “Ahí se combinan los fines de los que hablábamos, cultura, gastronomía y formación, en el mismo recipiente”, destaca.
“La forma de hacer negocios en el siglo XXI es esta, tienes que relacionarte con la sociedad, con el entorno, de forma positiva, y requiere mucho compromiso”, concluye Paradela.
Objetivo: alcanzar el balance hídrico
Como director de relaciones corporativas de Heineken España, Jorge Paradela es responsable de la política de desarrollo sostenible de la compañía. El informe de sostenibilidad 2015 de Heineken España, que lleva por título Brindando un mundo mejor, responde a seis ejes de actuación: agua, energía, aprovisionamiento local, disfrute responsable, comunidades y personas y seguridad y salud. “Comunidades y personas, que es cómo te relacionas con la comunidad, cómo respondes a las demandas sociales, tiene mucho que ver con lo que hace la fundación”, señala.
Uno de los ejes destacados del informe es el de la gestión del agua. “Llevamos años invirtiendo para reducir la cantidad de agua que necesitamos para producir cerveza. Y el agua es una materia prima básica. Hemos bajado de ocho litros por litro de cerveza producido hará una década a estar por debajo de cuatro. Y eso son inversiones, requiere foco y recursos”, destaca el ejecutivo de Heineken.
Además, la compañía se autoexige el objetivo de alcanzar el balance hídrico y ser capaz de compensar tanto el agua que se evapora en la producción como la que termina envasada. “Así, estamos acometiendo proyectos de balance hídrico. Dos ya están en marcha en en Sevilla y Jaén, donde impactan dos de nuestras fábricas. Uno tiene que ver con la restauración de los humedales de Doñana y el otro consiste en cultivar cebada en los campos de olivar de Jaén, para aumentar la capacidad de absorber y retener agua. Y ahora vamos a seleccionar dos proyectos más, en las cuencas del Manzanares y el Júcar”.