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Emprendedoras

La falta de autoestima, el gran reto del emprendimiento femenino

Solo un 26% de mujeres desarrolla carreras técnicas

Participantes en el encuentro.
Participantes en el encuentro.

“Tenemos que abandonar la cultura de víctimas de la sociedad”, así de claro, sin pelos en la lengua, hablaba Ana Segurado, directora global de Telefónica Open Future, una plataforma de emprendimiento digital de la compañía española, sobre una de las grandes limitaciones para el emprendimiento femenino: la falta de autoestima. Más aún si se da en el sector de la tecnología, donde “las mujeres no se plantean ser empresarias”.

Las cifras hablan por sí solas. En España apenas un 26% de mujeres desarrollan carreras técnicas. Y lo que es todavía más sangrante, seis de cada diez españoles consideran que las mujeres no están lo suficientemente capacitadas para jugar un papel relevante dentro del sector tecnológico, revela un estudio de la Fundación L’Oreal.

Un paso más allá de la formación, y según el Informe sobre emprendimiento femenino 2015 de la consultora CrunchBase, el número de mujeres que lidera los nuevos proyectos empresariales es apenas del 7%.

Telefónica ha invertido más de 40 millones en proyectos liderados por mujeres

Realidad que pone los pelos de punta, a la que se daba voz durante la segunda edición del Women’s Age -iniciativa impulsada por la teleco con el objetivo de potenciar el ecosistema emprendedor femenino-, y que se contradice con el “momento dulce” que, para Segurado, viven las mujeres. “La sociedad nos ha dicho que nos necesita a todos los niveles”.

De hecho, llama la atención que, pese a que de los 138,4 millones de euros que la teleco ha invertido en proyectos de emprendimiento tecnológico, apenas el 29% (40,6 millones) lleva nombre de mujer, lo que representa un 5% del total.

Evitar la pérdida de talento femenino es uno de los objetivos del Women’s Age. Para ello, además de “la necesidad de creer en nosotras mismas y sacar a la luz nuestro mejor yo”, es necesario superar varios retos, consideraba Verónica Pascual, directora general de Asti, empresa puntera en soluciones de ingeniería automatizada para el sector de la logística.

El primero de ellos tiene mucho que ver con la herencia cultural. “Las mujeres siempre han tenido que desarrollar su carrera profesional en función de otros parámetros, como la maternidad, que nos obligan a una planificación previa”, afirmó en declaraciones a CincoDías, Carme Artigas, fundadora y directora general de Synergic Partners, una consultora especializada en big data que el pasado año se integró en la compañía que dirige José María Álvarez-Pallete.

Circunstancia que tendría como resultado una mayor aversión al riesgo y, por tanto, una búsqueda innata de estabilidad profesional ante la que “no se nos ha enseñado a dar un paso a frente”.

En la misma línea se pronunciaba Ana Segurado, tras explicar que “la sociedad en general cuestiona el nivel de compromiso de las mujeres con los proyectos, porque culturalmente se ha considerado que nuestra escala de valores prioriza lo personal a lo profesional”.

Falta de visualización

Afortunadamente, los roles giran y “ha habido un cambio espectacular en las nuevas generaciones”, enfatiza Artigas. De las 700 empresas por las que ha apostado Telefónica, 142 están lideradas por mujeres; siendo Venezuela el país con la ratio más alta de inversión (33%), seguido de Estados Unidos. En Europa, España ocupa la segunda posición tras Reino Unido, con una cuarentena de proyectos invertidos. Sin embargo, y en términos generales, queda mucho camino por recorrer.

Corregir la brecha entre hombres y mujeres tanto en materia de emprendimiento como de liderazgo empresarial pasa por desarrollar iniciativas que den visibilidad a referentes de éxito femeninos como Artigas, Pascual o Segurado.

“En esto los medios de comunicación tenemos una labor muy importante por delante”, afirmaba Isabel Raventós, directora general de Atomis Media. Ahora bien no vale cualquier estrategia. “Se debe normalizar. Que una mujer sea quien lidere las iniciativas empresariales no debe tratarse como algo extraordinario”, subrayaba.

Los paradigmas son otro de los pesos pesados dentro de la mochila del emprendimiento. “En muchas empresas se da por hecho que solo por ser mujer va a renunciar a viajar o a desarrollar determinados puestos de responsabilidad. ¿Por qué no se nos pregunta?”, cuestionaba Raventós.

A este respecto, la directora general de Asti se refirió al carácter “especialmente perfeccionista” de las mujeres. “Las supermujeres no existen. Tenemos que aprender a trabajar en equipo, asumir que apagar fuegos, entre todos, genera un aprendizaje que determinará la arquitectura del proyecto. Además, emplear las emociones para influir y la razón para generar”.

Paridad sí o no

El melón de la paridad que se abrió en 2007 con la aprobación de la Ley de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres también fue motivo de debate entre los representantes del ecosistema emprendedor.

Javier Torremocha, socio fundador de Kibo Ventures fue rotundo. “Lo de la paridad me parece una chorrada monumental”. Afirmación que despertó, a priori, murmullos a dos tonos en un auditorio que resoplaba, a posteriori, al escuchar la puntualización: “Si cuatro mujeres son más validas, ¿por qué me han de obligar a incorporar a dos hombres al equipo directivo; no es cuestión de género?”

En ese sentido, la terna de féminas estuvo de acuerdo en defender la diversidad. “Cada uno aporta su valor añadido. Ver las cosas de distinta manera enriquece muchísimo las decisiones”, insistía Segurado. Ahora bien, de cara a generar referentes, es importante que “al menos haya una mujer dentro del equipo de dirección”, puntualizaba Pascual.

Artigas, por su parte, explicaba que hoy en día “conciliamos tan mal unos como otros”. Un cambio que tiene que ver con la reivindicación del derecho a ser padre que de unos años para acá se ha producido entre los hombres.

Romper el techo de cristal

La aventura de emprender entre las mujeres nace, en muchas ocasiones, de la necesidad de romper el techo de cristal que todavía hoy, y pese a los avances en la materia, impera en el mundo de la empresa.

No obstante, los retos con los que se enfrenta no difieren según el género. Así, lo primero es “tener muy claro lo que se quiere hacer y tener perspectiva del entorno en el que se está jugando”, sugería Emma Fernández, manager partner de kleinrock advisors.

Máxima a la que se ha de añadir la “pasión, que es lo que permite levantarse cada día y resistir, así como el conocimiento de cómo captar capital, tecnología y seleccionar talento”.

Precisamente, en materia de financiación existe diversidad de opiniones. Si bien para Fernández ser mujer es una limitación en sí misma, “solo por ese hecho se descartan proyectos”, Artigas cree que es el escaso número de proyectos liderados por mujeres lo que hace que la financiación sea también menor. “Lo que pesa es que el proyecto sea coherente, sólido y estable”, argumentaba.

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