La nueva etapa de Popular con Saracho como presidente
Ángel Ron deja la presidencia del banco tras conseguir José Ramón Estévez el consenso del consejo para su relevo
Ángel Ron anunció que accedía a dejar la presidencia de Banco Popular el miércoles a las 12.00 horas de la noche, una vez que José Ramón Estévez, consejero de la entidad, consiguió el consenso para nombrar a Emilio Saracho presidente. Fue entonces cuando se convocó consejo para ayer jueves. Antes, a las 11.00 horas de la mañana, Saracho firmó su contrato. Pedro Larena seguirá de consejero delegado y el banco mantendrá su independencia. Por primera vez, el Opus Dei deja de marcar las pautas de la entidad.
Ángel Ron dejará la presidencia de Banco Popular a más tardar marzo, una vez que se celebre la junta de accionistas. Ron llevaba 10 años de presidente y 32 desde que entró. La fecha de su salida está vinculada a la firma de las cuentas de la entidad de 2016, en las que previsiblemente se comunicarán unas pérdidas ligeramente superiores a los 2.000 millones de euros anunciados por Ron en mayo, cuando el consejo aprobó una ampliación de capital (la tercera) de 2.500 millones. Eso sí, Ron será durante estos dos meses presidente en funciones, por lo que no tendrá ningún poder para llevar a cabo actividades en la institución.
Será entonces cuando Emilio Saracho, hasta ahora vicepresidente de JP Morgan, tome posesión de su nuevo cargo oficialmente. Saracho será, como lo era Ron, consejero y presidente del consejo de administración, con carácter de consejero ejecutivo. Este cargo deberá ser aprobado por la junta de accionistas.
Saracho ha aceptado el reto de presidir Popular cuando está en lo más alto de su carrera, mientras que Popular se encuentra en lo más bajo desde su creación en julio de 1926. El nuevo presidente se ha decantado por dejar su cargo de vicepresidente mundial de JP Morgan, incluso perdiendo dinero, puesto que su remuneración en Popular será muy inferior a su sueldo actual. Ron recibirá 8,2 millones de euros por su salida.
Uno de los retos de Saracho es, no solo recuperar la rentabilidad y eficiencia perdida de Popular, sino mantener su independencia, aseguran varias fuentes, y así se lo han comunicado, añaden las mismas fuentes. Pero pese a este objetivo de independencia los bancos de inversión consideran a Popular como el más opable y que más pronto que tarde acabará en manos de BBVA o Santander. El banco anunció tras su consejo extraordinario que creará una vicepresidencia primera para la Sindicatura. Ahora hay dos, con Roberto Higuera y José María Arias, a la que se sumará esta nueva.
El actual consejero delegado de la entidad, Pedro Larena, cuenta con el apoyo total de Saracho y del actual consejo, lo mismo que el plan de negocio diseñado por Ron para devolver la rentabilidad a Popular. Este plan se concreta en tres medidas: la ya realizada ampliación de capital, la creación de un banco malo para transferir 5.800 millones de euros a su balance y sacarlos de la consolidación de Popular (el Proyecto Sunrise se espera su aprobación en los próximos días de), y el ajuste de plantilla de 2.600 empleados.
El organigrama que diseñó Larena hace un par de meses también estará operativo a no ser que el propio consejero delegado quiera modificarlo. La salida de Ron lleva tiempo gestándose. Desde que se aprobó la ampliación de capital en mayo.
Antonio del Valle, con el 4,25% del capital de Popular, y José María Arias, vicepresidente del banco y expresidente de Banco Pastor, eran los principales críticos con la gestión de Ron, hasta que se unió Reyes Calderón, consejera independiente y coordinadora del banco, quien en las últimas semanas ha jugado un papel decisivo en la búsqueda de apoyos a favor de Saracho. Su unión al Opus Dei provocó ciertas fracturas en la Sindicatura –grupo de accionistas vinculados también a la Obra–, que han sido tradicionalmente los principales inversores, con el 9,86% del capital, y desde la creación del banco han estado muy cerca de su gestión. Ahora se abre una nueva etapa en la que el Opus pierde poder en Popular, aunque el consejo ha ratificado a Francisco Aparicio (de la Sindicatura), como secretario y consejero, con lo que se intenta no romper del todo con vínculos de este destacado grupo de inversores.
El apoyo de otros accionistas dominicales, como Allianz, con el 3,5% del capital y Crédit Mutuel, con el 4,06%, ha sido también primordial. Ambos accionistas han apoyado tradicionalmente a Ron, pero han optado por la estabilidad de la entidad y una vez que entendieron que el enfrentamiento entre una parte y otra del consejo era insostenible, decidieron inclinar la balanza a favor de Saracho desde hace ya unos cuantos días.
Pero todas las fuentes consultadas aseguran que el verdadero conciliador en el consejo de administración, y que ha logrado que ambas partes se pusieran de acuerdo –lo que consiguió en la madrugada del miércoles al jueves a las 12,300 horas– ha sido el andaluz José Ramón Estévez, un consejero independiente vinculado a Popular desde hace muchos años. Su padre fue ya consejero de Banco de Andalucía, antes filial del grupo.
Estévez ha logrado que la Sindicatura accediera al nombramiento de Saracho, pese a su lealtad (por lo menos una gran parte) a Ron. Lo mismo sucedió con Ron, quien decidió dimitir al comprobar que este grupo cedía. Varias fuentes afirman que ya en el consejo celebrado el día 23, Ron pidió explicaciones ante las noticias que apuntaban a su relevo. Entonces aseguró que si el consejo se ponía de acuerdo abandonaría, lo que sucedió el miércoles. “Su lealtad a la Sindicatura le impedía dejar su cargo. Solo lo hizo cuando este grupo dio el sí a Saracho”.