Daniel Navia: El hombre de Álvaro Nadal
El secretario de Estado de Energía, que proviene de la Oficina Económica, tiene múltiples desafíos en su nuevo rol
Un economista en el complicado mundo de la energía. Daniel Navia es el hombre elegido para la secretaría de Estado de Energía por el ministro de la nueva cartera de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, de quien ya fue segundo de a bordo en la Oficina Económica del presidente del Gobierno.
Daniel Navia Simón es madrileño, tiene 39 años –nació el 5 de mayo de 1977–, está casado y tiene dos hijas, “con los que está volcado”, según gente que ha trabajado con él, que también lo considera “muy cercano, honesto, inteligente, muy trabajador, y leal”, lo cual quizás explica que Nadal se lo haya llevado consigo al Ministerio, pese a su inexperiencia en energía. También dicen de él –aficionado al footing y al squash– que guarda amistades de todas sus experiencias laborales.
En la Oficina Económica, a la que llegó en diciembre de 2012, fue primero vocal-asesor en el Gabinete del director –Nadal, cercano a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro–.
En septiembre de 2013 fue nombrado director general de Políticas Financieras, Macroeconómicas y Laborales. El real decreto de su nombramiento establecía que, excepcionalmente, se ponía al frente del departamento a una persona que no era funcionaria de carrera, debido al “profundo grado de conocimiento requerido” para el cargo.
Sus funciones eran seguir la coyuntura macroeconómica, la economía internacional y el sistema financiero. Allí realizó estudios e informes de las políticas financiera, empresarial, macroeconómica, social y laboral. Era una especie de servicio de estudios, que en muchos casos llevaba a cabo tareas que también realiza el Ministerio de Economía.
Además, se encargó de preparar los contenidos económicos de las reuniones bilaterales del presidente del Gobierno con otros países y de coordinar las relaciones de la Presidencia con las instituciones económicas internacionales, como el G20.
Economista, llevaba desde 2012 en Presidencia,y antes trabajó durante una década en BBVA y el Banco de España
En una de sus escasas intervenciones públicas, en una conferencia sobre mercado laboral celebrada en octubre del año pasado, Navia insistió en la importancia de transmitir los efectos de la reforma laboral a los votantes.
Asimismo, señaló la carencia de presión política para aplicar reformas en los tiempos de bonanza, así como la falta de flexibilidad fiscal para aplicar políticas redistributivas y compensatorias a corto plazo en los malos tiempos. A su juicio, esto debe valorarse en los acuerdos fiscales a nivel de la Unión Europea.
En la secretaría de Estado de Energía, la más importante del nuevo Ministerio, tendrá que cambiar este perfil de investigador por otro más regulatorio. Tendrá múltiples asuntos por tratar, empezando por la última sentencia del Tribunal Supremo que anula el bono social de electricidad, y que hará que el Gobierno cambien las condiciones para ser beneficiario del mismo.
También tendrá que ocuparse de problemas de larga duración, como la transición del carbón a las energías renovables –para cumplir el Acuerdo de París y los objetivos europeos–, la revisión de las licencias de las centrales nucleares a lo largo de los próximos diez años y el abaratamiento de la factura eléctrica, además de la nueva regulación sobre autoconsumo.
Sustituye a Alberto Nadal –hermano gemelo de Álvaro–, que ha sido nombrado Secretario de Estado de Presupuestos en el Ministerio de Hacienda, y que también aspiraba a ser ministro de Energía.
Sin experiencia en el sector energético, Navia ha conseguido el puesto en detrimento de otros candidatos más familiarizados con el mismo, como el director de Energía de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Fernando Hernández Jiménez-Lasquet, y el diputado y portavoz del Partido Popular en la Comisión de Energía del Congreso Guillermo Mariscal.
El sector eléctrico ha recibido al secretario de Estado con desconfianza, pues consideran que su perfil está demasiado orientado a las finanzas y la banca, a las que dedicó una década de su vida.
Sus inicios fueron en el Banco de España, donde entre los años 2002 y 2007 ejerció como economista titulado en la División de Economía Internacional.
Durante ese tiempo, publicó junto con otros compañeros varias investigaciones, entre ellas una sobre el impacto de los tipos de cambio en la disciplina fiscal, y otra sobre la inversión financiera extranjera directa en los países emergentes. También publicó el artículo Banca extranjera y estabilidad financiera en los países en proceso de adhesión a la UE.
Luego fichó por BBVA, donde fue economista jefe de distintas unidades del Servicio de Estudios: de la de escenarios y mercados financieros entre 2007 y 2010, y de la de análisis transversal de mercados emergentes entre 2010 y 2011.
Desde enero de 2011 y hasta noviembre de 2012 ocupó el puesto de director de relaciones con los bancos centrales de BBVA. Navia es licenciado en Económicas por la Universidad Carlos III de Madrid y Máster en Economía y Finanzas por el Centro de Estudios Monetarios y Financieros, también de Madrid.