S&P confirma la nota de Popular y su perspectiva positiva
La deuda a largo plazo se mantiene en “B+”, dentro del denominado “bono basura” La agencia sostiene que el éxito de la ejecución de sus planes será clave para que recupere la confianza de los inversores.
A pesar de las dudas del mercado sobre la situación de Banco Popular, la agencia Standard and Poor's (S&P) ha vuelto a confirmar, por segunda vez en el año, la calificación crediticia de la entidad y su perspectiva positiva.
De este modo, la deuda a largo plazo de la entidad presidida por Ángel Ron e inmersa en un ambicioso plan de reestructuración, según destaca S&P en un comunicado, se mantiene en “B+”, dentro del denominado “bono basura”.
La agencia sostiene que el éxito de la ejecución de sus planes será clave para que el Banco Popular, que ha perdido el 68,55 % en Bolsa desde que comenzó el año hasta 0,84 euros por acción, recupere la confianza de los inversores.
Pero hasta entonces, aclara, la calificación crediticia de la entidad sigue estando restringida al riesgo de su balance, a su moderada capitalización -unos 3.550 millones- y a las dificultades de las condiciones del mercado.
Aún así la perspectiva de S&P sobre Banco Popular sigue siendo positiva por su posición de liquidez y los avances en su plan estratégico, que prevé la creación de una sociedad inmobiliaria o “banco malo” al que traspasaría unos 6.000 millones de euros en activos problemáticos.
Además, los analistas de S&P confían en que el banco volverá a la senda de la rentabilidad a partir de 2017 si logra culminar sus planes estratégicos.
La agencia, que este año confirmó el rating de Popular tras la macroampliación de capital de algo más de 2.500 millones, destaca ahora el nombramiento de un nuevo consejero delegado y los esfuerzos destinados a la reorganización del banco.
Standard and Poor's respalda el plan de negocio de Popular y recoge a lo largo de su nota las diferentes medidas que está llevando a cabo el banco o sobre las que tiene visibilidad en el momento actual: reducción de activos improductivos, racionalización de la estructura operativa para incrementar la rentabilidad o la eventual segregación del balance.