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Ante la sombra de una recesión

¿Afectará la política de Donald Trump a mis inversiones?

Donald Trump

¿Será Trump tan malo para la economía como muchos auguran? Para tranquilidad, o no, de detractores y defensores del que será el 45 presidente de Estados Unidos desde el próximo mes de enero, empezamos este análisis con un estudio histórico de cómo han influido las presidencias demócratas y republicanas en casi el último siglo de gobierno en Estados Unidos.

El resultado es llamativo, ya que la economía y los mercados financieros se han comportado mucho mejor con gobiernos demócratas que con republicanos, cuando estos abogan por una menor intervención en el mercado y sobre el papel deberían ser mejor para la Bolsa. Incluso si quitamos a Hoover, el presidente republicano que sufrió más de lleno los efectos de la crisis de 1929, el resultado sigue siendo favorable a los demócratas.

El análisis preliminar nos haría pensar que los demócratas son mejores gestores económicos que los republicanos, pero nos confundiríamos. La realidad es que más gobiernos del partido demócrata han coincidido con etapas económicas positivas y se han beneficiado de ello. Es decir, influyen mucho más las variables macroeconómicas, sus problemas y ventajas, que las propias políticas gubernamentales. Más cuando estamos en un país generalmente poco intervencionista como es Estados Unidos. Eso no quita que tendrá responsabilidad en bastantes decisiones, pero seguramente no será el punto principal.

Situémonos ahora en el 2016. Aparentemente la Bolsa de Estados Unidos está muy bien, cotizando en máximos, pero eso sí, con muy pocos movimientos al alza, muy plana. Cada día más analistas afirman que estamos en el punto alto de una curva de ganancias en Bolsa y que lo que queda por saber es cuándo empezará a bajar. Fundamentan este punto en los resultados empresariales de la mayoría de las grandes empresas, en casi todos los sectores, pero especialmente en las de más crecimiento. Desde hace varios trimestres sus resultados decrecen y los rendimientos son más pobres.

Todo ello aún no se ha traducido en caída de cotización como tampoco se ha visto en una importante disminución de los puestos de trabajo. Lo contrario, algunos datos han sorprendido a los analistas. Pero no olvidemos que la Reserva Federal ya ha hecho su primer movimiento de tipos al alza y que se prevé que haga otro en el mismo sentido el próximo mes de diciembre. Con todo ello, el pistoletazo de arrancada para un ciclo económico y de inversión negativo está cada día más cercano y si se produce, Trump tendrá la responsabilidad de que los perjuicios sean los menores posibles y la recuperación lo más rápida. Pero pararla no está en sus manos ni de ningún posible gobernante en USA.

El punto más importante con respecto a lo que nos afecta a todos nosotros como miembros de una economía global estará en sus relaciones comerciales con el resto de los países y su posible impacto. Por mucho que se haya dicho, el proteccionismo tal y como se estudia en los libros de economía o se ha aplicado en décadas y siglos pasados es inviable. Por supuesto, puede endurecer su posición con respecto a terceros países, pero esto significaría que estos terceros países harían lo mismo con Estados Unidos.

Por ejemplo, endurecer su política comercial con México es algo más sencillo (sin ser fácil en ningún caso) que hacerlo por ejemplo con la Unión Europea. México tiene una importante dependencia económica de lo que exporta a Estados Unidos. Para la Unión Europea, Estados Unidos es un mercado importante, pero lo es de forma recíproca. Con China, que se ha demonizado su papel en la campaña electoral, también existe una dependencia económica tan importante que llevará a que cualquier medida de endurecimiento comercial no sea tan importante como proclamaba. Tan sólo hace falta pasarse por cualquier Walmart, la gran superficie norteamericana por excelencia, con dos tercios de productos importados de países asiáticos para darse cuenta que cualquier medida proteccionista tendría unos efectos catastróficos para los precios difícil de ser corregidos en el corto plazo.

Seguramente veremos que los nuevos acuerdos serán más “políticos” que económicos con menos efectos reales, especialmente a corto plazo, que lo que esperan muchos de sus votantes, pero todo ello puede afectar al dólar de forma importante, agravando su posible política de gasto público en un momento, que como hemos visto delicado para la economía. El dólar puede ser el principal perjudicado, veremos gran volatilidad en el billete verde derivado de la subida de su déficit público y este será el efecto más directo para nuestras inversiones.

• Cuidado con la inversión en dólares sin cobertura de tipos, podemos tener volatilidades y pérdidas altas.

• La subida de tipos de interés no tiene por qué animar a subidas en Europa. Las circunstancias son muy distintas y puede que incluso la subida sea muy limitada.

• Cuidado con el dólar barato. Nos beneficiará en exportaciones como el petróleo, pero perjudicará exportaciones. Quien invierta en exportadoras importantes a Estados Unidos como la automoción de Alemania, puede ver como sus resultados decaigan.

• El oro puede volver a repuntar como valor refugio.

Aunque la realidad, irá marcando el camino, parece claro que Estados Unidos no será el mercado más “tranquilo” para invertir, ni tampoco el de mayor potencial y que todo ello nos afectará.

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