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Desayunos Cinco Días

Turquía busca socios españoles en energía renovable y nuclear

El Gobierno turco última un plan de 90.000 millones para reducir la dependencia energética Subastará 1.000 MW de eólica y tiene capacidad para construir nueve reactores nucleares

Arriba por la izquierda: Joaquim Gay de Montellà, vicepresidente de CEOE;Tomás López Fernebrand, vicepresidente sénior de Amadeus IT Group; e Íñigo de Palacio, vicepresidente sénior de Indra. Sentados por la izquierda: Ömer Önhon, embajador de Turquía en España; y Arda Ermut, y el presidente de la Agencia de Promoción y Apoyo a las Inversiones de Turquía (Ispat).
Arriba por la izquierda: Joaquim Gay de Montellà, vicepresidente de CEOE;Tomás López Fernebrand, vicepresidente sénior de Amadeus IT Group; e Íñigo de Palacio, vicepresidente sénior de Indra. Sentados por la izquierda: Ömer Önhon, embajador de Turquía en España; y Arda Ermut, y el presidente de la Agencia de Promoción y Apoyo a las Inversiones de Turquía (Ispat).Pablo Monge

La debilidad del crecimiento entre las grandes naciones desarrolladas y emergentes contrasta con las buenas perspectivas económicas de Turquía para los próximos años y los planes de inversión público-privados en sectores estratégicos como infraestructuras o transporte. El FMI prevé que la economía turca cerrará este año con un crecimiento del 3,3% y el año que viene en el 3%, muy por encima de las tasas de otras economías.

 Para afianzar ese crecimiento, el Gobierno turco quiere consolidar un marco de estabilidad política y seguridad jurídica con el fin de garantizar que las empresas nacionales y extranjeras participen en los planes de inversión previstos. CincoDías y la Agencia de Promoción y Apoyo a las Inversiones de Turquía (Ispat) reunieron a un grupo de expertos para exponer las oportunidades que presenta una economía con la que España tiene lazos importantes en inversiones y exportaciones.

“Turquía representa una piedra angular de la conexión histórica de las relaciones comerciales y empresariales que han existido. Es puerta de entrada todo Asia. Representa el octavo mercado en exportación e importación con Europa y el cuarto socio más importante del área mediterránea”, apuntó Joaquim Gay de Montellà, vicepresidente de CEOE y presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la patronal. “Vamos a insistir para que Turquía se encuentre muy cómoda en la UE, pero los empresarios necesitamos estabilidad política y seguridad jurídica para invertir”, reclamó ante el embajador de España en Turquía, Ömer Önhon.

“En la actualidad, hay 600 empresas españolas en Turquía; son pocas, tiene que haber el doble y habrá oportunidades en el corto y medio plazo, con la construcción de 10.000 kilómetros de ferrocarriles de alta velocidad, 8.000 kilómetros de autopistas y la edificación del tercer mayor aeropuerto del mundo, entre otras oportunidades”. A ello ayudaría la adhesión a la Unión Europea o bien la firma de un acuerdo alternativo como el que tienen suscrito Noruega o Suiza con las autoridades comunitarias. “Algunos países pequeños de la Unión Europea no quieren que Turquía entre como país miembro, pero no pueden cambiar la relación que deben tener ambos bloques”, advirtió Önhon.

Una presencia empresarial que se antoja como imprescindible ante la avalancha de planes de infraestructuras que el Ejecutivo turco quiere desplegar para estimular la economía. “Va a haber grandes inversiones en energía. La demanda de energía va creciendo cada vez más”, subrayó Arda Ermut, presidente de la Agencia de Promoción y Apoyo a las Inversiones de Turquía (Ispat). “Ya supone un 14% de la renta disponible y hay un déficit comercial muy importante, ya que se compra más energía al exterior de la que se vende. Tenemos que realizar inversiones muy fuertes. Está previsto un plan por valor de 90.000 millones de euros, de los que 54.000 serán proyectos con colaboración público-privada y los restantes 36.000 procederán del sector privado”.

Turquía es especialmente fuerte en energías renovables, sobre todo gracias a la fotovoltaica. “En renovables tiene una posición geográfica óptima y vamos a construir el mayor campo solar de la historia en Konya en el que también habrá fabricación de placas solares. En 2017 se van a subastar 1.000 MW de energía eólica”, remarcó Ermut. Las autoridades turcas también prevén introducir la energía nuclear en el mix energético. “Hay dos proyectos ya en marcha y Turquía tiene potencia para construir hasta nueve reactores de energía nuclear. Existe un gran potencial para las empresas de ingeniería extranjeras”.

Otras dos actividades en las que España puede tener un peso determinante son la digitalización de las Administraciones públicas y la construcción de hospitales. “Va a haber 17 subastas o concursos para construir centros sanitarios”, señaló Ermut. El plan diseñado por el Ejecutivo turco prevé la construcción de grandes obras para el año 2023, en el que se cumple el centenario de la fundación de la República. “Hay sectores en los que las empresas españolas cuentan con una larga trayectoria y altos conocimientos, por lo que cuentan con cierta ventaja”, detalla Ermut. En el agrícola, Turquía se propone estar en 2023 entre los cinco mayores productores mundiales. En sanidad tiene previsto abrir “zonas francas” de salud, que incluirán hospitales, centros de rehabilitación, instalaciones de turismo termal, residencias geriátricas, parques tecnológicos sanitarios y centros de I+D, que se construirán en las grandes ciudades.

El encuentro también sirvió para que dos empresas con amplia experiencia en Turquía (Indra y Amadeus) relataran las posibilidades de un país que requiere de capital extranjero para seguir creciendo. Íñigo de Palacio, vicepresidente sénior de Indra, apuntó como satisfactorio el periplo de la empresa iniciado en 2006. “Hay tres elementos que distinguen nuestra experiencia. Llevamos 10 años, tenemos dos oficinas en Estambul y Ankara y tan solo 35 empleados porque trabajamos con el modelo de exportación e importación”.

Desde 2006, los pedidos de Indra han variado desde los simuladores aéreos hasta la gestión de aeropuertos y ferrocarriles. “En 2006 instalamos los primeros simuladores aéreos para entrenamiento de los Black Hawk y los Seahawk (helicópteros navales). Posteriormente, vendimos laboratorios de análisis químicos o radiológicos, entre otros. Y de ahí pasamos a maquinaria más compleja, como la provisión de sistemas satelitales para los submarinos de la armada de Turquía, en competencia con Thyssen Krupp, el mayor constructor de submarinos del mundo”.

De Palacio destacó que existen grandes oportunidades en el tráfico aéreo, especialmente en el nuevo aeropuerto de Estambul (ya han mantenido las primeras reuniones con el gestor aeroportuario), en las empresas de distribución eléctrica privatizadas y en las de ferrocarril. “En estas últimas tenemos oportunidades en la alta velocidad, en las líneas de 170 kilómetros/hora y disponemos de un modelo adaptado a las necesidades de los mercados regionales. Estamos dispuestos a trabajar para otros países de la región. Es un modo de colaboración con el socio local, al que también se le transfiere tecnología”.

Pero, por encima de las oportunidades, el directivo de Indra hizo hincapié en la idoneidad de Turquía como centro de operaciones. “Está en un momento de madurez estratégico para las empresas, con capacidad para recibir compañías, para hacer partenariados con empresas locales y expandirse a otros países de la región”, remarcó.

Otro sector vital para la economía turca es el turismo. Los últimos datos de la Organización Mundial de Turismo, correspondientes a 2015, revelan que Turquía fue el sexto destino más visitado del mundo, con 39,5 millones de turistas, solo por detrás de Francia, Estados Unidos, España, China e Italia, y el duodécimo del mundo por ingresos.

Amadeus, que opera ya en 190 países, lleva también 20 años en Turquía. “El mayor aprendizaje posible es ir allí. El cambio que se ha producido en 20 años es extraordinario. Amadeus comenzó a operar en 1994 con la creación de un sistema de reservas para líneas aéreas y proveedores turcos, y posteriormente en una actividad muy cercana a nuestro negocio como son los loyalty management system. Tenemos dos sociedades allí que operan no solo en Turquía, sino a nivel regional. El turismo de viajes representa una parte muy importante del PIB mundial, es uno de los tres o cuatro sectores más importantes de la economía global y es donde operamos. Las oportunidades de crecimiento en Turquía son evidentes. El mejor ejemplo es el de la compañía aérea Turkish Airlines, que se ha transformado y se ha convertido en una de las mayores aerolíneas del mundo y en uno de los principales clientes de Amadeus, aseguró Tomás López Fernebrand, vicepresidente sénior de Amadeus IT Group.

Amadeus tiene interés en vender soluciones tecnológicas para sectores cercanos al turismo, como el transporte ferroviario. La apuesta va más allá del ámbito turístico y lleva a que uno de los 18 centros de I+D que tiene en el mundo esté en Estambul.

Acceso directo a 1.600 millones de personas

Ermut destacó que los principales pilares del programa de reformas se basan en la Ley de la Inversión Extranjera directa de 2003 y la adopción del Código Comercial en 2012. “Estas dos importantes leyes han contribuido al establecimiento de un entorno favorable a las empresas, presentando estándares internacionales, transparencia y rendición de cuentas al contexto empresarial. Las características únicas de Turquía, como una población con una edad promedio de 30; una economía viable y en crecimiento; un lugar que proporciona acceso a los mercados de Europa, Oriente Medio, África del Norte, Asia Central y el Golfo, cubriendo 1.600 millones de personas con un PIB total de 28 billones de dólares, y una posición regional del corredor de energía la hacen atractiva para las empresas españolas. En otras palabras, invertir en Turquía es más que invertir en una economía de 800.000 millones de dólares de PIB y una población de 78 millones de personas”.

Unos hitos que se han visto ensombrecidos por el golpe de Estado del 15 de julio, que dejó más de 240 muertos y 2.400 heridos. El embajador de Turquía en España, Ömer Önhon, lo califica de golpe de Estado ilegítimo. “Los ciudadanos que salieron a la calle para ponerse contra el intento de golpe no solamente eran del partido del Gobierno, sino de toda la franja política, de derecha, de izquierda. Todos se pusieron en contra de un intento de golpe de Estado ilegítimo. Puede que resulte difícil de entender para los que no son de Turquía que las células de una organización terrorista se hayan infiltrado en los organismos del Estado para paralizarlo y para adueñarse de él. Sin embargo esta es la situación. Hay que purificar el Estado de este tipo de terroristas. Todos los juicios se van a realizar con arreglo a derecho”, explicó. Respecto al cierre de medios de comunicación, el embajador en España, quien también ocupó la representación diplomática en Damasco y Nueva York, los considera justificados. “No es verdad que no hay libertad de expresión en Turquía. No hay censura”.

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