Una junta societaria por 'streaming' con validez legal
Las ‘legaltech’ permitirán automatizar y simplificar los procesos jurídicos
Hacer una junta societaria online, con vídeo y votación electrónica, y que tenga validez legal. O una herramienta que valora empresas mediante un algoritmo. Son dos de las nueve startups de tecnología legal, legaltech, que se están desarrollando gracias a la aceleradora Cuatrecasas Acelera, un proyecto conjunto del despacho de abogados Cuatrecasas, Gonçalves Pereira y el programa Telefónica Open Future.
Councilbox, creada por los empresarios del sector tecnológico Víctor López y Agustín Tourón, permite realizar dentro de una única plataforma todos los trámites que entraña una reunión societaria: la convocatoria fehaciente de los participantes, la asistencia presencial y en remoto por vídeo en streaming, una votación electrónica certificada, la toma de acuerdos, compartir documentos, y la redacción y aprobación del acta de la reunión, así como la custodia legal durante cinco años de todos los contenidos generados.
Automatiza y aporta seguridad jurídica a todos los procesos necesarios para la correcta celebración de juntas de accionistas, juntas de dirección y consejos de administración, explican sus creadores. Además, aporta transparencia a la gestión corporativa.
Cuatrecasas y Telefónica apoyarán el desarrollo de nueve ‘startups’ del sector
Otro de los proyectos de la aceleradora, Argon, una plataforma para gestionar de forma online consejos, juntas, relaciones societarias y publicaciones oficiales de las sociedades (también permite votar a distancia).
The Logic Value, por su parte, es una herramienta que, mediante un algoritmo, realiza valoraciones objetivas de empresas cotizadas, y permite crear escenarios propios modificando seis variables. Es una startup creada en Valencia por Lorenzo García Tamarit, profesor de la Universidad CEU San Pablo, y un equipo de ingenieros, economistas y abogados.
Bigle Legal y Legaliboo permiten personalizar documentos legales; Esto es Legal permite resolver dudas legales a través de un abogado-bot virtual; LegalUp es un buscador de abogados para formalizar citas; Marcaclic es una plataforma de registro online de marcas (si el registro no se concede, devuelven el dinero); y Pyme Legal es una plataforma de servicios legales para pymes, autónomos y startups.
Las empresas seleccionadas desarrollarán sus proyectos en remoto gracias a la plataforma online.openfuture.org, un punto de encuentro virtual y global de Telefónica Open Future. Durante los seis meses que dura la aceleración, los proyectos seleccionados recibirán, de la mano de StepOne Ventures -del Grupo Barrabés-, sesiones individualizadas y presenciales con un mentor asignado para consolidar el modelo de negocio y su escalabilidad.
De forma paralela, el proyecto contará con el apoyo de un profesional de Cuatrecasas. Los emprendedores también participarán en talleres grupales sobre temáticas tan diversas como marketing, innovación y diseño, financiación, etc.
El futuro es la inteligencia artificial
Francesc Muñoz, CIO del despacho Cuatrecasas, Gonçalves Pereira, destaca los avances que las legaltech están aportando al sector legal. Además de la automatización de contratos y procesos, “a través de tecnologías más punteras como la inteligencia artificial, se están creando herramientas y servicios que permiten la revisión de documentos de forma automatizada e identificar los riesgos potenciales en una compra-venta de empresas. Estos sistemas requieren de un entrenamiento previo y algunas de ellas incorporan también algoritmos de aprendizaje de máquinas, en los que el sistema “autoaprende” de cada uno de los casos que realiza”.
Muñoz reconoce que el sector legal va algo por detrás de otros en cuanto a aplicación de tecnologías. “La tecnología y el derecho son mundos que han estado muy alejados el uno del otro. La Universidad es un campo en el que se puede actuar para mejorar esta situación. Es imperativo y urge que los programas de Derecho incluyan asignaturas de ciencias, como estadística, matemáticas o tecnología, pero también habilidades de gestión de proyectos, de sistemas de colaboración, de innovación, etc. Esto ya está pasando en Estados Unidos”.
Víctor López, CEO de Councilbox, cree que esta situación está justificada, puesto que la tecnología “evoluciona de forma tan veloz que hace imposible que el marco jurídico se desarrolle a la misma velocidad. La práctica del derecho requiere de estabilidad para no producir inseguridad jurídica. La magnitud e importancia de muchos conflictos entre las partes requieren que su resolución no pueda verse afectada por la incorporación de una tecnología que pueda ser puesta en cuestión, por lo que es lógico que se requiera cierto grado de madurez en la tecnología antes de que sea incorporada a la ley”.
“El legislador se enfrenta al reto de por un lado satisfacer las necesidades de la realidad social y al mismo tiempo dar soporte a herramientas tecnológicas que ayuden a cumplir la ley o a resolver conflictos entre las partes. Así, en los últimos años numerosas leyes como la de Ley de Firma Digital, la Ley de Sociedades de Capital o la Ley de la Sociedad de la Información ya introducen la posibilidad de utilizar herramientas telemáticas como el voto electrónico, la firma digital, o la participación en remoto en Juntas de Accionistas”.
Lorenzo García Tamarit, CEO y co-fundador de The Logic Value, coincide en que en derecho “prima la seguridad frente a la innovación y eso provoca cierto retraso comparativo con otros sectores como el financiero. La innovación es más habitual en sectores donde los profesionales poseen carreras científicas donde la experimentación e innovación son parte del proceso del aprendizaje, y algo menos en las carreras de humanidades. Además en Derecho los cambios en los procesos deben ser validados por los que aplican las leyes y los reglamentos, que suelen tener poco incentivo por modificar sus comportamientos.”
¿Cómo mejorar? “En el corto plazo, gracias a la presión que ejercen los clientes sobre los despachos de abogados y fiscalistas para la implementación de soluciones rápidas y eficientes, y para esto es fundamental lo que hagan los despachos más grandes. Esta inversión inicial de los líderes atraerá a los innovadores tecnológicos al derecho, y en el medio plazo permitirá crear soluciones legales al alcance de abogados y fiscalistas más pequeños que llegarán a la gran masa de clientes. En el largo plazo el mestizaje de carreras y equipos de trabajo de ingeniería y humanidades será fundamental para consolidar el proceso iniciado”.