Google responde a Bruselas: "Android no daña la competencia, la incrementa"
La multinacional asegura que alterar el equilibrio que aporta el sistema operativo al sector haría subir precios, obstaculizaría la innovación y reduciría la variedad de terminales
Google presentó ayer sus alegaciones contra el pliego de cargos de la Comisión Europea que el pasado mes de abril acusó a la compañía de abuso de posición dominante con su sistema operativo para móviles Android. La compañía ha respondido que su plataforma gratuita y de código abierto no solo no daña la competencia, sino que la incrementa. “Android no ha causado daños a la competencia, sino que ha hecho que aumente. Es la plataforma móvil más flexible que hay, y equilibra los intereses de los usuarios, los desarrolladores de apps, los fabricantes de hardware y los operadores de redes móviles”, aseguró en un blog corporativo Kent Walker, vicepresidente sénior y consejero general de Google.
La dirección general de Competencia de la CE deberá revisar ahora los argumentos de la multinacional estadounidense. Y si no le resultan convincentes, podría adoptar un dictamen imponiendo cambios en las prácticas comerciales de Google con Android y castigando sus anteriores abusos con una multa de hasta el 10% de su facturación mundial.
Los rivales de Google reclamaron ayer mano dura a la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. “Google dice que no hay problema porque Android es un sistema abierto, pero la verdad es que es un sistema cerrado y los fabricantes de móviles están sometidos a numerosas restricciones por su uso”, señaló Thomas Vinje, asesor legal de FairSearch, un grupo de empresas que se siente perjudicado por el dominio de Google en algunas actividades.
Google alega en su defensa ante la CE, como prueba de que no ha dañado la competencia,que Android ha permitido desde su lanzamiento en 2007 abaratar los costes de los smartphones (los hay a partir de 45 euros, dijeron) al permitir a los fabricantes evitar la compra o la elaboración de sistemas operativos. “Todo ello ha facilitado a un número mucho mayor de clientes acceder a teléfonos inteligentes”, añadió Walker, que recordó que, en la actualidad, más de 24.000 dispositivos de 1.300 marcas tienen Android. “Asimismo, desarrolladores europeos pueden distribuir sus apps a más de 1.000 millones de personas en todo el mundo”
El directivo también alertó de que alterar “el equilibrio” que aporta Android haría “que los precios suban, obstaculizaría la innovación, reduciría la variedad y limitaría la competencia”.
La respuesta de Google llega después de que el pasado 20 de abril la CE acusara formalmente al gigante tecnológico de abusar de su posición dominante al obligar a los fabricantes y operadores de los móviles y tabletas que operan con Android a instalar de forma predeterminada sus servicios, como su buscador y su navegador Chrome.
La compañía responde que la CE basa su acusación en la idea de que Android “no compite” con el sistema operativo para móviles iOS de Apple, algo que rechaza el 89% de los encuestados en el estudio de mercado sobre el caso hecho por Bruselas.
Walker mostró su “preocupación” por que la CE “infravalore la importancia de los desarrolladores y los peligros que supone la fragmentación del ecosistema móvil”, ya que aquellos necesitan “un marco estable y consistente para hacer su trabajo”. Aseguró que cualquier fabricante puede “descargar Android y modificarlo como lo desee”, una “flexibilidad” que lo hace un sistema operativo vulnerable a la fragmentación. Y por ese motivo, añade, se celebran “acuerdos de compatibilidad” con los fabricantes de teléfonos al mismo tiempo que ofrecen a los desarrolladores “la confianza que precisan para crear aplicaciones compatibles”.
Sobre las críticas de la CE a los paquetes de aplicaciones que ofrece Google, la compañía defendió que “ningún fabricante está obligado a preinstalar ninguna aplicación de Google en un teléfono Android”. Y recordó que el iPhone de Apple o el teléfono Windows de Microsoft “no solo hacen lo mismo, sino que brindan muchas menos opciones en las aplicaciones que vienen preinstaladas”.
Por lo que respecta a las quejas de Bruselas sobre los acuerdos de Google para la distribución de beneficios, Walker indicó que son cláusulas “legítimas” que, en todo caso, han ido “reduciendo progresivamente” en los últimos dos años para “responder a las preocupaciones de la Comisión”.
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