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Ministerio de Defensa

Cospedal quiere sacar a flote los esqueletos del Mar Egeo y el Casón

Después de más de 20 años, los restos de los barcos protagonistas de dos de las mayores tragedias medioambientales en España pueden abandonar su tumba en el lecho marino

Tras la toma de posesión de la cartera del Ministerio de Defensa el pasado cuatro de noviembre, María Dolores de Cospedal se estrena en el cargo con una tarea de calado: extraer del lecho marino los restos de los protagonistas de dos de las mayores tragedias medioambientales de España.

El petrolero de bandera griega Mar Egeo y el barco mercante de bandera panameña Casón se hundieron en aguas gallegas en 1992 y 1987 respectivamente. Después de más 20 años, Defensa da el paso para la recuperación de los restos sin proporcionar una explicación sobre el motivo para efectuar la operación.

¿Como se extrae un barco hundido del fondo del mar?

La empresa holandesa Boskalis fue la encargada de retirar restos de barcos tan celebres como el Costa Concordia. 

En el vídeo, se muestra el proceso seguido por la compañía para retirar el esqueleto del carguero Baltic Ace, naufragado tras colisionar con otro barco dejando sus restos y su carga de miles de automóviles bajo el agua.

Ayer, el Ministerio de Defensa anunció a través del BOE la celebración de dos subastas púbicas para determinar que empresas realizarán la extracción de los pecios. A partir del 26 de enero de 2017 las empresas licitadas podrán hacer ofertas para aspirar a llevarse el contrato por una cantidad de dinero cuyo tope el Estado se niega a proporcionar.

Aunque es la primera vez que se subasta el contrato del carguero Casón, no es la primera ocasión en la que se intenta recuperar los restos del petrolero Mar Egeo. En el año 2008 ya se efectuó una subasta pública para extraer al buque del lecho marino que terminó de forma infructuosa a pesar de que encontró una empresa dispuesta a llevar a cabo la tarea. Desguaces Petrallo se adjudicó la misión a la que con posterioridad tuvo que renunciar debido a la falta de rentabilidad de la operación.

Hace veinticuatro años que el petrolero de bandera griega, Aegean Sea, naufragó entre las puntas Eiras y Robaleira, en las inmediaciones de la Torre de Hércules (puerto de La Coruña).

El accidente se produjo el 3 de diciembre de 1992, cuando el barco entró en el puerto con unas condiciones meteorológicas adversas. Bien por culpa de un golpe de mar, según la versión del capitán del barco, o por seguir una maniobra incorrecta, según la versión de la Dirección General de la Marina Mercante, el petrolero no siguió la ruta fijada por los prácticos y terminó encallando contra los bajos rocosos de las Xacentes, a unos 100 metros de la costa. Esto provocó que el buque se partiera de dos en dos, vertiera su carga y más tarde explosionara, originando llamas de 50 metros de altura y una intensa humareda que fue visible desde diferentes puntos de la comarca.

Si bien este siniestro no provocó ninguna muerte, supuso una catástrofe natural en la que se vertió el 85% del total de toneladas de crudo que transportaba a la refinería de Repsol en La Coruña, es decir, unas 67.000 toneladas de las 79.081 que contenía.

Alrededor de 20.000 personas tuvieron que ser evacuadas en Fisterra, Muxía, Cee y Corcubión por culpa del cargamento químico del navío de bandera panameña. Durante el naufragio frente a las costas de Fisterra, murieron 23 de sus 31 tripulantes debido a un incendio provocado al desplazarse la carga.

Con 1.100 toneladas de materiales tóxicos, inflamables y corrosivos a bordo, el hundimiento del carguero no tardó en provocar una gran alarma en la región por el temor a la nube tóxica que generó. La carga del barco fue finalmente rescatada y llevada a Amberes.

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